Déjenme ser yo!
Veinte años más tarde, Todd llamó a Breslev Israel. Quería pedir turno para una consulta con un terapeuta de emuná. Y empezó las sesiones de terapia ...
Todd, de diez años de edad, estaba por batear y pidiéndole a Hashem que fallara. ¿Cuántos chicos de diez años conocen ustedes que quieran perder?
El otro equipo perdió un jugador y el padre de Todd le dijo que por mucho que quería que ganara su equipo, él tenía que batear para equipo oponente y hacer todo lo posible por vencer a su propio equipo.
En las bandas estaban sentados los compañeros de Todd, sus compañeros de equipo de los que se había hecho amigo toda esa temporada.
Todd le guiñeó al lanzador de su propio equipo y falló a propósito.
Todd se sintió culpable de no poder estar a la altura de las expectativas de su padre. Más tarde, ese mismo día, se confesó. Dijo su padre: “Has pecado contra mí, Todd. Me has traicionado al no hacer tu máximo esfuerzo (por ganar para el equipo oponente).
Veinte años más tarde, Todd llamó a Breslev Israel. Quería pedir turno para una consulta con un terapeuta de emuná. Y empezó las sesiones de terapia tratando de entender por qué sería una traición a su padre dejar de trabajar en el negocio de este (el cual Todd aborrece) y seguir su pasión, que es la música.
El incidente en el campo de juego fue definitivamente traumático pero los traumas de una sola vez, aunque sean muy pesados, rara vez alcanzar para explicar por qué a la gente joven le cuesta tanto llegar a ser quienes realmente son y en especial si sus padres quieren que lleguen a ser alguien que en realidad no son.
Cuando le pregunté por este tema, Todd muy abiertamente me dio a entender cuáles eran los motivos más profundos por los que se siente una mala persona que se odia a sí misma porque secretamente quiere traicionar a su padre nuevamente al abandonar el negocio familiar.
Según Todd, la verdad es que él básicamente creció creyendo que era malo de nacimiento. Que había nacido pecador y que por eso todo lo que quería hacer para sí mismo y no para los demás –como su padre- es “malo”.
Entonces por qué Todd quiere consultar a un terapeuta judío? Eso fue lo que le pregunté. Me dijo que uno de los motivos es porque quería saber si lo que le habían enseñado, que es que había nacido siendo malvado era verdad o no era verdad, de acuerdo con los judíos. La primera pregunta que me hizo se refería a Salmos 51:5, que dice: “He aquí que fui concebido en iniquidad y en pecado mi madre me concibió”. ¿Acaso eso no era prueba suficiente de que era malvado?, Todd quería saber. Si lo dijo el Rey David, tenía que ser cierto, no?
“No, Todd, eso no es lo que quiso decir el Rey David. De hecho, tu yo real es muy bueno y jamás ha pecado en absoluto! Tu alma, que es tu verdadero yo, es tan buena y tan pura como cuando fue creada. Lo que quiso decir el Rey David es que cuando el niño nace, nace con una “mala inclinación” y que no recibe su “buena inclinación” hasta que no cumple 13 años. La buena inclinación lleva a los adolescentes a buscar quiénes son realmente y qué valores lese importan. Y entonces empiezan a querer vivir en conformidad con una realidad valorada que les resulta sensata y no en fantasías infantiles. Los adolescentes quieren hacer propios esos valores. Los niños, por su parte, viven en un mundo de fantasía y todavía no han internalizado sus propios buenos valores.
“Fue muy injusto de parte de tu padre colocarte en una posición así, Todd. Él obviamente no quería entender la diferencia que hay entre un niño y un adulto. Él esperaba que tú hicieras más de lo que eras capaz a esa edad. El niño no tiene la capacidad de vivir a un nivel tan elevado de imparcialidad y para hacer las cosas todavía peor te llamó pecador y traidor.¿Cómo es que Hashem les da a los niños una mala inclinación al nacer sin darles la buena inclinación para ayudarlos a luchar contra la primera? La respuesta es que el niño tiene a sus padres, que tienen la buena inclinación y cuyos valores internalizados pueden ayudar al niño y a prepararlo para cuando él obtenga su buena inclinación. Y es por eso que es tan importante educarlos con el ejemplo. Además los padres tienen que reforzar el concepto de que sus hijos son esencialmente buenos. Todd quería cumplir con el pedido de su padre pero era imposible a esa edad. Hasta la mayoría de los adultos hoy en día no saben lo buenos que son y muchas veces se sienten inadecuados por culpa de lo que les dicen los demás.
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