Ante todo, respeto

El mensaje de hoy es breve, pero muy poderoso. Les voy a contar dos historias de prodigiosos tzadikim y hasta qué punto se cuidaban de no ofender a nadie

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 04.04.21

El mensaje de hoy es breve, pero muy poderoso. Les voy a contar dos historias de prodigiosos tzadikim contemporáneos y hasta qué punto se cuidaban de no insultar ni ofender a ninguna persona, y en especial, a sus esposas.

 

Uno de los más grandes tzadikim vivos se enteró inmediatamente después de su boda que su joven esposa sufría de graves problemas emocionales. Los padres de la joven lo habían mantenido en secreto, por lo cual todo era un mekaj taút (transacción basada en falsos términos). Todos insistieron en que el joven marido debía ir al beit din, donde le iban a dar la anulación inmediata del matrimonio y un divorcio en forma automática. Pero el joven se negó terminantemente, argumentando: “¿Cómo puedo causarle semejante humillación a una hija de Israel?”. Durante muchos años sufrió tremendas dificultades pero a pesar de todo siguió casado con su mujer y tuvo hijos con ellos, formando una familia maravillosa.

 

Los verdaderos tzadikim hacen lo imposible por evitar causar daño a otro ser humano. Déjenme que les cuente otra historia más:

 

Había muerto la esposa de un conocido rabino de Jerusalén. Al tiempo, alguien le ofreció al rabino un shiduj (una propuesta matrimonial). Todos le dijeron que se negara a tal propuesta, alegando que la mujer era una bruja que le iba a causar un tremendo sufrimiento. Le dijeron que no le iba a dejar estudiar Torá y que le causaría toda clase de problemas.

 

El rabino no les respondió; solamente les agradeció por la advertencia y les dijo que a pesar de todo estaba interesado en la propuesta.

 

Una de las personas “preocupadas” tuvo la insolencia de decirle: “Honorable rabino, dígame la verdad – todos le están advirtiendo pero usted insiste, a pesar de todo. ¿Para qué va a arruinarse la vida en los años que le quedan de vida?”.

 

El rabino respondió: “Hace algunos años, cuando mi mujer todavía estaba con vida, esta mujer problemática estuvo en mi casa y me molestó mucho con su voz chillona y sus gritos. Ese día en particular, yo no tenía paciencia y le pedí que dejara de gritar. Ella se sintió muy insultada. La pobre mujer está sola en este mundo sin un marido y sin una familia. Yo le pedí que me perdonara y ella me dijo que yo la había insultado y que por ser rabino, debería haberme comportado de otra manera. Y que jamás me perdonaría. Ahora que alguien me propuso este shiduj, espero que al casarme con ella, me perdone”.

 

El rabino estaba dispuesto a soportar años de sufrimiento solamente para que ella lo perdonara. En efecto, ella lo perdonó y él sufrió.

 

Y contamos estas historias para todos comprendan lo graves que son los insultos y las humillaciones, y para que todos se cuiden mucho de no causarle pena a nadie en el mundo. Y si alguien les causó aflicción a ustedes, hagan el esfuerzo de perdonarlo enseguida. Ese es el sendero que toman las personas justas.

 

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1. Irina pinzon

12/30/2017

Agradecimiento Gracias Rabino , estas historias me ayudan a perdonar cada vez con más felicidad

2. Indra Garduño

12/28/2017

Grandes esperanzas. Gracias

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