La Mejor Jugada

En el deporte hay jugadas que quedan para siempre en la mente de los espectadores, por su acrobacia, destreza y dificultad...

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David Artzi

Posteado en 15.03.21

En el deporte hay jugadas que quedan para siempre en la mente de los espectadores, por su acrobacia, destreza y dificultad, jugadas que todos querríamos imitar. Como la espectacular jugada hecha por los japoneses, luego de celebrar el triunfo 2-1 de su selección, con la que le dieron una gran lección al mundo, al recoger toda la basura del estadio Mordovia Arena de Rusia, ante la mirada atónita de los colombianos.

 

La misma buena acción fue repetida por los hinchas uruguayos después del partido ante Arabia Saudita, en el Rostov Arena, donde un aficionado dijo,Ustedes podrán decir que estamos copiando a los japoneses y es verdadEn realidad, no les robamos la idea, sino que aprendimos". De igual forma hicieron los senegaleses, posterior al encuentro Senegal vs. Polonia, en el Otkrytie Arena.

 

El Beit HaMikdash fue destruido por el sinat jinam (odio gratuitito), por nuestra incapacidad de tener respeto por el Creador y por Su creación, por sentirnos superiores a todos, por nuestro deseo de subyugación de los valores, por la avaricia, por el desamor a lo que nos rodea, por el deseo de poseer lo de los demás, por el sentimiento violento de desagrado hacia alguien o algo, deseándole mal, por la baja conciencia espiritual, por las ganas de alimentar solo nuestros propios deseos, por el desarrollo del ego sin importarnos absolutamente nada más que nosotros mismos. Esa es la verdadera basura, porque para hacer lo que hicieron los japoneses, hay que tener un alto grado de HUMILDAD.

 

Por todo esto y más, había sido decretado que todos fuéramos destruidos, pero el Creador, en Su inmensa misericordia, prefirió que fuese destruido el Templo Sagrado, dándonos la oportunidad de rectificación y arrepentimiento. En la época del Segundo Templo, el Nueve de Av, la alegría embargaba la celebración por la reconstrucción del Beit HaMikdash, y cuando este fue destruido, volvió la tristeza a Tisha be Av.

 

Debemos recobrar el temor y respeto a HaShem, los valores originales, porque es una forma de ser parte hoy en la reconstrucción del Tercer Templo. Cada generación en la que no se reconstruye el Templo Sagrado, es como si ella misma lo hubiese destruido; pero hay condiciones.

 

Originalmente, la gente tenía que salir del campamento para hacer sus necesidades, la basura era llevada fuera, todo debía estar limpio, porque la Shejiná del Creador moraba en medio de Israel. De la misma manera, debemos procurar nuestras casas y calles limpias, nuestras ciudades impecables y nuestro trato interpersonal pulcro y con santidad. De esa manera, el Creador mismo deseará volver a habitar entre nosotros.

 

El Profeta Yeshayahu se lamentaba por la basura en los corazones de la gente, por lo cual se produjo la destrucción del Templo. Tenemos que ser conscientes de que podemos traer la redención y reconstrucción del Beit HaMikdash. ¿Cómo? Limpiando nuestras vidas y corrigiendo nuestras malas acciones.

 

Los Sabios enseñan que después de la destrucción del Bet Hamikdash "la profecía fue dada a necios y críos". Al vivir Am Israel en la Tierra Santa, la energía celestial descendía al lugar debido. Sin embargo, después de la destrucción, esta energía se extravió a tierras desoladas y el esplendor espiritual a personas inapropiadas, “necios y críos".

 

En el año 1.840 (e.c.) 5.600 del calendario judío, comenzó la era de la revolución industrial. Desde ese momento al día de hoy, vemos el impresionante desarrollo en ciencia y tecnología. El Zohar ha Kadosh llama a esta época "la entrada a la inundación de la sabiduría". Si hubiésemos sido meritorios, este tremendo conocimiento habría encontrado su sitio en la sabiduría de la Torá y la Kedusha, dando en consecuencia el desarrollo científico-tecnológico más profundo jamás visto.

 

Volvamos al manantial de amor y respeto. La tierra de Israel necesita tanto de nuestras bendiciones como de nuestras acciones, reconociendo, valorando y exaltando las buenas cualidades de nuestro prójimo, juzgando favorablemente, no hablando mal o negativamente de nadie. No olvidemos que El Creador dijo:

 

"Yo habitaré entre los Hijos de Israel, y no abandonaré a Mi pueblo Israel"

(1 Melajim 6:13)

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1. Ariela valmont

8/01/2018

Profundo articulo

Reflexivo y que nos invita a mejorar cada vez más con nosotros mismos y con los demás.. Muchas gracias David por tus enseñanzas.

2. Ariela valmont

8/01/2018

Reflexivo y que nos invita a mejorar cada vez más con nosotros mismos y con los demás.. Muchas gracias David por tus enseñanzas.

3. Xóchitl Elizabeth Sánchez Ortíz

7/28/2018

extraordinario

Extraordinario tema, digno de reflexión mundial. Gracias. Bendiciones.

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