Gánalo en un minuto

Todos sabemos que la vida en este mundo llega a un final en cierto momento. Pero a la gente no le gusta pensar en eso.

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 15.03.21

El Rey Salomón fue el hombre más sabio que alguna vez existió. Él sabía el valor de cada momento de vida. Él dijo: “Porque el hombre no sabe cuándo le llegó la hora… su último momento lo acomete de repente; esto también lo he visto como sabiduría bajo el sol y me pareció algo grande” (Eclesiastés 9:12-13).

 

Todos sabemos que la vida en este mundo llega a un final en cierto momento. Pero a la gente no le gusta pensar en eso. Sin embargo, vemos que el Rey Salomón se refiere al hecho de que nadie sabe cuándo es su último día y a esto lo llama “gran sabiduría”. No, no es un tonto hablando. ¡Es el Rey Salomón, el más sabio de todos los hombres! No se entiende…

 

Pensé mucho en el tema y con la ayuda de las enseñanzas de nuestros sabios, llegué a la conclusión de que la “gran sabiduría” de la que habla el Rey Salomón es la conciencia del valor del tiempo y la importancia de aprovechar cada minuto. ¿Por qué? Porque uno nunca sabe qué minuto puede ser el último.

 

Fijémonos en algunos momentos trascendentales de nuestra historia:

 

La historia de David y Goliat es una de las que cambiaron nuestra historia (véase Samuel I, cap. 17). El Rey Saúl y los israelitas tenían terror de los filisteos, a causa de su poderoso y temible líder, Goliat. Durante cuarenta días, Goliat provocó a los israelitas, blasfemando a Dios y desafiando a los judíos a que enviaran un guerrero a que se le enfrentara. No fue nadie.

 

David, un joven adolescente, llegó al campamento israelita para llevarles provisiones a sus hermanos. Pero cuando oyó las maldiciones que pronunciaba el repugnante filisteo, no pudo soportarlas y usando una honda con cinco piedritas, confrontó al filisteo y le arrojó una piedra en medio de los ojos que lo arrojó al suelo sin vida. El resto es historia.

 

Tal vez pienses que este acto de David, el rey ungido de Israel y antepasado de nuestro Mashíaj, que venga pronto, amén, es algo que pasa una sola vez en la historia.

 

No es así.

 

Hay personas que solamente tienen el mérito de alcanzar momentos semejantes inmediatamente antes de morir, tal como ocurrió con el famoso baal teshuvá (arrepentido) Rabí Eliezer ben Dordaiá (Avodá Zará 17ª), quien nos enseña que el ser humano puede elevarse desde la más tremenda maldad a la más grande rectitud en apenas un minuto. El ministro romano Ketia bar Shalom salvó al pueblo judío de la aniquilación con apenas un momento de dedicación (Avodá Zará 10b). Rabí Yehuda el Príncipe afirma que cualquier persona puede “adquirir su mundo en un instante”.

 

Nuestros adversarios también sabían del poder de un solo momento. El rey de Moab sintió un miedo terrible de los israelitas cuando estos salieron de Egipto, que habían derrotado milagrosamente a los prodigiosos ejércitos del Rey Sijón y los amorreos así como al Rey Og y los bashaneos. No había nada que Balak pudiera hacer, en términos militares, para dañar a los israelitas. Balak contrató al malvado Bilam para que maldijera a los israelitas pero eso tampoco le sirvió. Finalmente Bilam le dio a Balak un consejo “de un minuto”: “El Dios de ellos aborrece la inmoralidad” (Sanedrín 106ª). Balak envió a las mujeres de Moab a que tentara a los judíos y 24.000 fueron muertos posteriormente.

 

La buena noticia es que nuestros Sabios nos enseñan que una medida de bien es 500 veces más fuerte que una medida equivalente de mal (Rashi, Éxodo 34:7). Eso significa que si un minuto de malos consejos es capaz de acabar con 24.000 personas, entonces un minuto de buenos consejos es capaz de salvar a doce millones de personas. Y si un minuto de buenos consejos puede salvar a doce millones de personas, entonces cinco minutos implementando buenos consejos es más que suficiente para darle a la persona una nueva oportunidad en cada aspecto de la vida.

 

Vale decir que si comparamos la vida con un juego o concurso, y la felicidad y el sentirse realizados son la victoria, mientras que la tristeza y el sentirse fracasados son la derrota, entonces puedes ganarla en un solo minuto. Es por eso que no queremos desperdiciar ni un solo instante de vida, ya que cada uno puede ser el momento crucial en el que la vida puede volverse muchísimo mejor.

 

Que siempre disfruten de la bendición de aprovechar cada minuto para bien!

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