Éxito en el trabajo en 5

No es fácil ser una mujer que trabaja, especialmente si eres una mujer casada. Si tienes que salir de casa para aumentar el ingreso familiar, o incluso si aún eres soltera y te mantienes a ti misma, tienes que hacer el trabajo como una mujer de negocios y dejar la vida social para el hogar. El lugar de trabajo es para trabajar, no para hacer vida social.

Existe un secreto en el judaísmo: el libertinaje destruye el sustento. Esto es algo que se percibe a diario en los medios de comunicación. Vemos en las noticias que personas súper talentosas son atrapadas infraganti en un acto escandaloso y a pesar de todos sus muchos talentos, destruyen su carrera, su sustento y su futuro con sus indiscreciones.

No importa cuál sea tu carrera o tu trabajo, si sigues esta guía que te va a llevar cinco minutos leer, vas a poder tener un éxito garantizado en el trabajo y vas a poder una mujer exitosa en el trabajo. Cuanto más sigas estas indicaciones, más bendición y más ayuda Divina vas a tener en cada cosa que hagas.

Entonces:

1. Debes hablar en tono cortés y amable, pero al mismo tiempo oficial y para nada íntimo. Jamás llames a un hombre por su nombre, sino por su apellido y no preguntes por su vida personal. En vez de decir: “¿Cómo estás, Diego?” di “¿En qué puedo ayudarlo, Sr. González?”. Que los diálogos sean los mínimos necesarios para las cuestiones del trabajo.
2. A cada mujer le gusta aparecer atractiva en público, pero cuando te vistes y te maquillas con recato, subes por la escalera del éxito y te vuelves una persona distinguida, con clase. Los hombres sienten un respeto intuitivo por la mujer con clase. Ni siquiera un idiota va a pasarse de la raya con una mujer distinguida, porque una mujer distinguida jamás la vas a ver con una falda mini o un escote provocativo. La mujer distinguida usan ropa recatada y escotes cerrados y un mínimo de maquillaje. Recuerda: tú también perteneces a la realeza, porque eres la hija del Rey. No te vuelvas una mujer barata para llamar atención barata. Incluso si trabajas en una carnicería, no eres un pedazo de carne.
3. Si tus compañeras de trabajo se visten con falta de recato o usan malas palabras, busca otro trabajo. Las manzanas podridas acaban arruinando a todas las demás. Incluso una novia con vestido blanco tiene un olor horrible si camina en medio de un establo.
4. Ten mucho cuidado en la relación que tienes con tu jefe. No le cuentes tus problemas personales y no escuches los suyos. Esto es absolutamente necesario, ya que muchos hombres se aprovechan de las empleadas. En el momento en que tu jefe te guiña el ojo, infórmale que eres cinturón negro en karate o que tu marido es un ropero de 1,90 m que come tres bifes de desayuno cada mañana. Si eso no logra disuadirlo, entonces renuncia.
5. Coloca un ejemplar del libro Cuide su palabra, del Jafetz Jaim, en tu escritorio. Y cuídate mucho de lo que dices en el trabajo. Estudia dos leyes del Jafetz Jaim por día.

Si eres una mujer casada, llama a tu marido durante el recreo. Es muy bueno hablarse durante el día, porque así se acercan y uno tiene la mente puesta en el otro.

Esta guía general funciona mejor en un medio sano con gente sana. Pero si tu trabajo implica tener contacto con gente poco sana entonces por el bien de tu matrimonio, junta tus cosas y vete de allí cuanto antes.

Y parafrasesando la bendición de los sacerdotes, que Hashem te dé el aura de nuestras matriarcas, Sara, Rebeca, Rajel y Lea, y que te provea un fantástico sustento. Amén!