Quiero y no puedo

Aquí les traigo la solución a todos sus problemas y la llave de la auténtica felicidad.

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Tali Mandel

Posteado en 15.03.21

Quiero un coche nuevo, quiero una casa más grande, quiero un trabajo mejor, quiero más sueldo, quiero una novia guapa, quiero un marido comprensivo, quiero convertirme al judaísmo… Continuamente escucho o leo aspiraciones de personas que tienen un deseo profundo de hacer un cambio en su vida pero no saben cómo hacerlo. Aquí les traigo la solución a todos sus problemas y la llave de la auténtica felicidad.

 

Una persona sufre de depresión, no está a gusto con su vida o siente que hay algo que puede mejorar. A todos nosotros en algún punto de nuestras vidas nos ha surgido un imperante deseo de hacer algo diferente, de dar un giro de 180º a nuestra rutina diaria y ver la vida con otros ojos, o al menos intentarlo. Algunas veces, estos deseos se quedan simplemente en un “quiero y no puedo”. Quiero un trabajo diferente pero no puedo cambiar de oficio puesto que lo que hago es lo que he hecho durante toda mi vida, quiero tener una casa con jardín pero no puedo costearme el precio de una vivienda de ese tipo, y así suma y sigue.

 

En realidad, la persona que piensa que está triste porque no tiene otro trabajo o porque no tiene una casa con jardín se equivoca: está triste porque no se conforma con lo que tiene. Si la persona supiera con emuná completa que lo que tiene es lo que le viene mejor en ese momento de su vida entonces no sentiría tristeza. Estaría feliz de saberse cada día protegido nada más y nada menos que por el Creador del Universo. Él, que ha creado todo lo que existe, también ha creado la situación personal que atraviesa cada ser humano para que aprenda algo, para que disfrute de la vivencia, para que maneje situaciones difíciles o incluso fáciles y, sobre todo, para que lleve a cabo su reparación espiritual en este mundo.

 

¡Ojo! No estoy diciendo que la persona que tiene emuná no desea hacer ningún cambio y no quiere mejorar su trabajo, su casa o su vida. Todo lo contrario: la persona que tiene emuná tiene una visión ampliada. Sabe que lo que tiene en ese momento es lo que le conviene y sabe que si sus deseos son también los deseos del Creador para él o ella, entonces lo que está ansiando le va a venir de forma fácil. Esta persona con emuná tiene plena certeza de que HaShem le va a proveer de otro empleo si eso es bueno para él y que tendrá una mansión con jardín y piscina si eso es lo que le corresponde. Y si no le corresponde, sencillamente será feliz con su porción.

 

Por supuesto, debemos luchar por nuestros sueños (por eso HaShem los pone en nuestra cabeza) y debemos perseguir nuestras ilusiones (siempre y cuando sean cosas que estén de acuerdo a las leyes que a cada uno nos toca cumplir como judíos o como noájidas). Hay, para cada uno de nosotros, un camino marcado que vamos a seguir. En ese camino están también plantadas nuestras metas y nuestros deseos, aquellas que van a ser alcanzables para nosotros.

 

Sin embargo, muchas personas piensan que al no alcanzar aquello que anhelan tienen derecho a lamentarse y sufrir. Esto no es así, y de hecho es un mecanismo para redirigir la atención del verdadero foco de tristeza, que es la falta de emuná, al falso foco del malestar, que sería la imposibilidad de obtener aquello que pensamos que estamos necesitando de forma desesperada.

 

Es importante no dejarse llevar por la desesperación ni por las necesidades impuestas por la sociedad. La persona tiene que trabajar por mantenerse y ganarse el sustento, luchar por tener una vida digna en la que pueda servir a HaShem con todo el honor que se merece según esté al alcance de sus posibilidades. Sin embargo, no debe desanimarse el hombre por no conseguir la casa de sus sueños, que en realidad es la casa de los sueños del agente inmobiliario debido a la comisión que se llevaría al venderla. No se dejen engañar, es normal que caigan en la trampa del iétzer hará que, como sabemos, es mucho más entrado en años que nosotros pero siempre tenemos la oportunidad de ignorarle y seguir adelante con una sonrisa, con la emuná al frente de todo lo que hagamos por tener una vida mejor.

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

 

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