El poder de una decisión

“Vivimos solamente una vez” es una frase muy utilizada para alentar a la gente a que aproveche el momento y experimente cosas nuevas mientras todavía pueden hacerlo. Pero en realidad solamente vivimos una vez cada momento y cada minuto es pasajero. Solamente hace falta es una decisión para alterar completamente el curso de nuestras vidas.

Curiosamente, la etimología latina de la palabra “decisión” es “cortar”, lo cual demuestra claramente lo que estamos diciendo. El propósito de decidir es abandonar toda opción alternativa, para ir únicamente tras el curso de acción elegido. Vale decir, cortamos la posibilidad de fracaso, temor o cualquier pensamiento que trate de convencernos de que no podemos. Utilizamos el concepto de “decisión” para hacer de cada momento un nuevo comienzo, sin las trabas de las limitaciones del pasado.

Cada obstáculo presenta una oportunidad para conectarnos con nuestro Creador. Al elevar nuestra carga a Dios y aceptando aquello que está más allá de nuestro control podemos encontrarle sentido a la frustración, al dolor y al trauma. Si creemos en la justicia de Dios, nos fortaleceremos con la conciencia de que todo lo que pasa está Divinamente ordenado y es para nuestro máximo beneficio, aun cuando los planes no salen como esperábamos.

La clave para avanzar es antes que nada aceptar la realidad de quienes somos y las situaciones que hemos vivido. Aceptar lo que es nos permite ser conscientes del momento presente. Reflexionar acerca de la naturaleza transitoria de nuestra existencia física nos da la perspectiva que necesitamos para liberarnos de los pensamientos, las emociones y las vivencias que no nos sirven en esta vida.

Pregúntate a ti mismo: ¿qué harías mañana si no pudieras fracasar? ¿cómo sería tu vida si dejaras de vivir en el pasado? ¿qué puedes hacer en este mismo momento para reconstruir, a pesar de la forma en que empezaste el día?

Al entender el valor de cada momento, de cada día, de cada decisión, nos empoderamos con la posibilidad de impactar nuestras vidas y las vidas de los demás en apenas un instante. Si podemos cambiar la manera en que interpretamos nuestras circunstancias, quitar nuestras propias limitaciones de la ecuación de la grandeza, podremos extender cada momento, cada día, con el impacto duradero y significativo de cada decisión que tomamos. Al tomar la decisión de “cortar” con el pasado, podemos crear más espacio para un futuro mejor.