El negocio de la vida

Rabí Najman de Breslev, el más grande tzadik de todas las generaciones, quien trabajó y alcanzó todo lo que alcanzaron los más grandes líderes de todas las generaciones, les allanó el camino a todos aquellos que vinieron después de él. Él sabía que no basta con meras explicaciones, que no basta con tener ideas, que no basta con tener reglas, que no basta con tener teorías. Por eso, él delineó un sendero de consejos prácticos para todos. Rabí Najman de Breslev nos dio un enorme regalo.

Si tomas este regalo, estás recibiendo el canasto entero. Pero si leíste, disfrutaste de la lectura y te quedaste ahí, y no realizaste esta actividad tan simple de extender la mano y tomar el regalo que estás a punto de recibir, entonces todo lo que leíste te va a servir de influencia un par de días, o, como máximo, una semana, y entonces vas a retornar al punto donde empezaste. Tu vida seguirá siendo exactamente igual que antes de haber leído este libro. Y eso es una lástima.

Desconozco cuántos de los lectores alguna vez recibieron una propuesta para hacer un negocio de mil millones de dólares. Pero eso es algo que ocurre una vez en la vida, si es que ocurre. E incluso entonces, hace falta que uno invierta una cantidad considerable de dinero y es un emprendimiento extremadamente riesgoso. Pero esto es lo que te está sucediendo ahora mismo a ti. Sí, a ti, a ti, el lector o la lectora.

Pero si bien yo lo llamo “la propuesta de mil millones de dólares”, en realidad es infinitamente más grande que eso. No tengo forma de describir o de evaluar el valor de este negocio. Por eso, a fin de hacerlo más fácil de entender, hablo de “mil millones de dólares”, pero cualquier cantidad que pueda mencionar solamente está disminuyendo el verdadero valor de este emprendimiento.

Además, hace falta cero inversión y es algo que está a disposición de todos. Así de fácil. Es un negocio con cero riesgo, totalmente garantizado, y con un beneficio infinito. “Tengo un buen regalo en Mi tesoro. Ven y tómalo” (Shabat 10b). Por favor, queridos hermanos, escuchen esto y pónganlo en práctica, ¡y sus almas vivirán!