El atajo

Las nuevas tecnologías nos han enseñado muchos atajos y de cada uno de ellos podemos aprender algo para nuestro trabajo espiritual.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 15.03.21

 

Si no te gusta perder el tiempo, ¡esto es para ti!

Las nuevas tecnologías nos han enseñado muchos atajos y de cada uno de ellos podemos aprender algo para nuestro trabajo espiritual.
Hashem nos ha dado una nueva app que nos hace pensar cómo nos las arreglábamos antes sin él. El Waze nos enseña que no existe camino más corto que el camino correcto. Si sabes cuál es el camino correcto, y si sabes exactamente dónde tienes que doblar y qué es lo que tienes que hacer en el paso siguiente, entonces vas a llegar a destino fácilmente y sin inconvenientes. Pero si obras según tu propia percepción de la situación y según lo que a ti te parece indicado hacer, entonces casi seguro que vas a acabar atascado en un gran embotellamiento.

 

En la vida no hay realmente atajos. Pero sí hay caminos más cortos. ¿Qué diferencia hay entre un atajo y un camino más corto? El atajo trata de ahorrarte pasos, mientras que el camino más corto consiste en seguir los pasos indicados de la manera correcta. Para tener éxito en la vida, hay que pensar de la manera correcta y luego utilizar las herramientas que nos da Hashem a fin de actuar como es debido.

 

Este es el camino indicado, que a la vez es el camino más corto que existe. En realidad, es el único camino. No hay otro.

 

¿De qué manera aplicamos esto en la práctica? A fin de progresar y actuar de la manera correcta en la vida, debemos seguir estos mismos tres pasos. En este artículo, vamos a tratar los dos primeros pasos, que son los siguientes:

 

Primer Paso – Pensar como se debe

 

El primer paso consiste en admitir la realidad de que tenemos una mala inclinación que forma parte de nosotros y de la que no podemos separarnos, como no podemos separarnos de ninguno de nuestros miembros. No tenemos que sentirnos mal por tener una mala inclinación, y no tenemos que sentirnos culpables. Hashem nos creó con todos nuestros defectos así como nos creó con todas las partes del cuerpo, y todo por nuestro propio bien. La mala inclinación no es un “defecto”, sino que es parte de plan de Hashem.

 

Igual que ocurre con el deporte, si el otro equipo es horrendo y fácil de vencer, entonces ¿acaso esa victoria tiene algún valor? El verdadero juego es cuando los dos equipos son prácticamente de la misma talla y ambos se esfuerzan al máximo por ganar el partido. Hashem quiere que ganes, pero Él quiere que tengas un desafío, para que puedas sacar a flote lo mejor de ti en el proceso. Por eso, Él creó dentro de ti a la mala inclinación, para que el partido fuera un poquito más difícil, y así forzarte a dar lo mejor de ti y darte más méritos cuando ganes.

 

Es por eso que debemos dejar de echarnos la culpa de nuestros defectos. Cada mal pensamiento que tienes de ti mismo es un derroche de energía en cosas que no están bajo tu control, cuando deberías estar utilizando esa misma energía para realmente mejorar como persona.

 

Segundo paso – usar las herramientas

 

Tienes que aprender a conocer tus puntos fuertes! Al conocerlos, te estás conociendo a ti mismo. Y el conocimiento es poder. Rabí Najman enseña que el problema de la mayoría de la gente es que no conocen el poder que tienen en sus manos.

 

Hashem te creó con una fuerte mala inclinación, pero también te dio una herramienta que es todavía más fuerte y más poderosa: la plegaria. Todo depende de la plegaria.

 

Sin plegaria, no tienes posibilidad de superar tu mala inclinación, porque estás enfrentándote a la mala inclinación tú solo, sin Hashem. La Guemará dice que si Hashem no ayuda a la persona, esta no puede superar su mala inclinación. No es tu culpa que no seas la excepción a la regla. Solamente eres una personita que está luchando contra un ángel – no puedes derrotarla.

 

Sin embargo, por medio de la plegaria, Hashem está contigo. Y Hashem es Todopoderoso. La mala inclinación no tiene poder sobre ti, porque es Hashem mismo enfrentándose a Su propia creación, a un ángel. Ahora es la mala inclinación la que no puede triunfar.

 

Por lo tanto, la verdadera batalla y el verdadero libre albedrío es realmente si rezar o no rezar. Si rezaste, ganaste. Si no rezaste, perdiste.

 

 

 

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1. Anónimo

6/24/2019

INCLUYO a Hashem en todo lo que haga para mi, todos los días. Me ha salvado de no caer en las tentaciones que en forma "engañosa" se me presentan como algo muy hermoso. He aprendido a hablarle a Hashem y a aceptar con alegría TODO es TODO. GRACIAS HASHEM.

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