Vaikrá – La Verdadera Plegaria

A veces menospreciamos nuestro potencial espiritual y el valor de nuestros actos. Uno puede pensar: “¿Quién soy yo para causarle placer al Creador?”…

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Maór HaShabát

Posteado en 05.04.21

A veces menospreciamos nuestro potencial espiritual y el valor de nuestros actos. Uno puede pensar: “¿Quién soy yo para causarle placer al Creador?”…

Permitido pasar

Para que el aroma de la oración que reemplaza a los sacrificios del Templo Sagrado llegue hasta el Trono Celestial, hay que tomar por diferentes caminos y transformar la plegaria en un instrumento de acercamiento al Creador. El rezo dicho por la persona con sus propias palabras tiene ese aroma especial.

No sólo porque es prácticamente imposible no prestar atención a nuestros propios pedidos, a diferencia del texto de la plegaria que repetimos diariamente durante tanto tiempo que termina siendo rutinaria y nos resulta difícil concentrarnos en ella, sino que ¿cómo es posible no prestar atención a las palabras que la persona saca de su boca con los ojos cerrados, los puños apretados y el corazón abierto?

Cuando alguien habla con un compañero y le cuenta sus cosas, no necesita una concentración especial para que las palabras lleguen a sus oídos.

Estas fluyen naturalmente y automáticamente, de la misma forma son recibidas por quien lo está escuchando.

Esta es la ventaja más notable de la plegaria dicha con el estilo personal de cada uno y también es la causa por la cual una oración como esta, cuyo origen es el corazón – a veces es más aceptada que otras…

El Gaon Rabí Masuud Benshimon contó un episodio ocurrido en la casa del Baba Sali, Rabí Israel Abujatzira zt”l, en la ciudad de Netivot en Israel. Fue durante uno de los banquetes de Rosh Jodesh (nuevo mes hebreo), organizado en casa del Rab.

Rabí Masuud fue una de las personas que tuvo el honor de asistir a ese banquete.

Los presentes no eran personas estudiosas de Torá. En absoluto. La multitud que se encontraba allí  presente estaba compuesta, en su gran mayoría, por personas desafortunadas cuyos sufrimientos las habían desbordado y acudían a la casa del Tzadik para pedirle que hiciera Tefilá (plegaria) por ellas y que las bendijera para que acabaran sus desventuras.

En el banquete al que me refiero en esta oportunidad, cuenta Rabí Masuud, había un hombre sentado entre nosotros, que no dejaba de llorar y lamentarse.

Él mismo le contó al Baba Sali que había dejado en su hogar nada más ni nada menos que siete hijas, a las que debería casar y en su bolsillo no tenía ni una sola moneda.

Además de su extrema pobreza, él y su esposa habían sido golpeados por diversas enfermedades que afectaron la salud de ambos y no hicieron más que agregarles sufrimientos. El hombre le rogó al Baba Sali que lo bendijera para que de una vez por todas terminaran sus sufrimientos.

Todos los presentes pudieron percibir que el dolor de esta persona perforaba el corazón del Tzadik; vieron como se apiadaba de este hijo de HaShem que sufría tanto. En ese momento, se abrió la puerta y entró el yerno del Baba Sali. Cuando el Rab lo vio, alzó su voz y exclamó ante la sorpresa de todos:

"¿Por qué entraste? ¿Quién te dio permiso para que entraras?".

El yerno empalideció. También en la cara de los presentes se notaba la zozobra.

Todos conocían el cariño que tenía en el corazón el Tzadik hacia cada judío.

"¡¿Por qué le habrá gritado a su yerno, que lo amaba y lo respetaba tanto?!".

Todos sabían que este grito no había sido en vano, seguramente contenía algo muy elevado.

¡No era posible escuchar estas palabras del Baba Sali y no temblar!

El Tzadik no se inmutó por la sorpresa de sus invitados y nuevamente repitió su agresiva pregunta: "¿Quién te dio permiso de entrar?".

Después de una pausa, que pareció eterna, Rabí Israel Abujatzira miró fijamente a su yerno y le dijo: "Te pido que repitas, una a una, las palabras que diré ahora. Palabra por palabra: ´el yerno es como el hijo, y el hijo puede entrar a lo de su padre cuando lo desee´ (dándole a entender: esta es la respuesta que contestaba mi pregunta). El yerno, que todavía no se había repuesto de la sorpresa, no conseguía articular una palabra. Pero el Tzadik le insistía en que repitiera la frase.

Una vez que pudo recomponerse y hacer lo que su suegro le pedía, repitiendo en voz alta cada palabra, el Baba Sali se paró junto a la pared y estalló en llanto, mientras decía: "Tú oíste, Padre de los Cielos, lo que dijo mi yerno: un hijo puede entrar a lo de su padre cuando quiera. Siendo así, quiero entrar ahora mismo a Tu Morada para pedirte que ayudes a esta persona que está a mi lado".

Una larga hora se quedó parado al lado de la pared rezando; luego regresó a la mesa, se dirigió al hombre y le dijo: "Recé y me respondieron".

¿Cuál es el mensaje de esta historia?

¡El mensaje es que hay que saber cómo rezar! Cuando Le hablamos a HaShem con nuestras palabras y le pedimos de todo corazón, Él nos escucha y la pleg aria es respondida.

Ese es el valor de la lectura del Perek Shira que, como está escrito, si la persona la lee durante 40 días ininterrumpidos, su plegaria es escuchada. Esto se debe a que cada elemento de la creación alaba a HaShem a partir de sí mismo.

Reflexionemos: ¡Cuánto más cada uno de nosotros, hijos de HaShem!

Es cierto que seguramente las palabras del Baba Sali tenían peso específico en las alturas, pero nosotros tenemos prohibido desvalorizarnos; también nosotros somos Sus hijos, de forma tal que cada uno tiene permiso para ingresar a la morada de HaShem en el momento que desee y pedirle todo lo que necesita.

Incluso cuando pecamos y actuamos en contra de los deseos de nuestro Padre Celestial, seguimos siendo Sus hijos y también en esa situación tenemos la posibilidad de golpear a su puerta e ingresar en cualquier momento.

– Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable: Eliahu Saiegh

(Gentileza de www.tora.org.ar)

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1. María S.

3/25/2019

Enseña al lector, por medio de la historia, a saber sentir su plegaria.

2. María S.

3/25/2019

Sentir la plegaria

Enseña al lector, por medio de la historia, a saber sentir su plegaria.

3. Ludys España Atencia

3/17/2019

Plegaria

Hashem, siempre está dispuesto a escucharnos, así estemos en pecado. No podemos desvalorizar nos. El nos valora tal cual somos. Bendito sea Hashem, nuestro padre Éterno.

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