¡Podemos Bailar!
A ver si alguien sabe responder a la siguiente pregunta: si la Emuná es algo tan grande y la Emuná nos salva de las situaciones más difíciles, entonces...
A ver si alguien sabe responder a la siguiente pregunta: si la Emuná es algo tan grande y la Emuná nos salva de las situaciones más difíciles, entonces ¿cómo es que todo el mundo no va corriendo a aprender la manera de obtenerla?…
Existen dos clases de redención: la redención general o pública y la redención individual o privada. Rabi Natan, el gran discípulo de Rabi Najman de Breslev, promete que aun si el público en general no adopta ni interioriza los principios de la Emuná, la auténtica y pura fe en Creador del Universo, apenas el individuo los adapta e interioriza, se hace merecedor de su propia salvación. Rabi Najman explica que Di-s creó el mundo para demostrar Su compasiva benevolencia. Una vez que descubrimos a Di-s y nos dirigimos a Él de verdad (no solamente yendo a la sinagoga mientras pensamos en los impuestos a las ganancias…), Él está encantado de demostrarnos Su compasiva benevolencia. Di-s nos hace todo el tiempo favores enormes: soluciona nuestros problemas, cura a la gente de enfermedades terminales incluso cuando los médicos se dieron por vencidos y hasta nos protege de nuestros peores enemigos.
A ver si alguien sabe responder a la siguiente pregunta: si la Emuná es algo tan grande y la Emuná nos salva de las situaciones más difíciles, entonces ¿cómo es que todo el mundo no va corriendo a aprender la manera de obtenerla? La respuesta es muy simple. Lo que se interpone en el camino son los deseos de la carne. Ellos quieren hacer una cosa, pero Di-s quiere que hagan otra cosa muy diferente. En ese sentido, la verdad y la Emuná se le interponen en el camino. Por ejemplo, si un hombre quiere comer algo o mirar algo que la Torá prohíbe y no logra superar su deseo, lo único que tiene que hacer es decir que la Torá es anticuada, que pasó de moda. Los que no pueden bailar dicen que el que tiene la culpa es el piso por estar torcido…
Así es como las personas con apetitos incontrolables no quieren saber nada de la Emuná ni de Di-s y así se pierden todos los beneficios de la Emuná. No es de extrañar que muchos de ellos recurran al alcohol, al tabaco, a las drogas, a los tranquilizantes y a los psicoanalistas -ése es el precio que tienen que pagar por sus deseos corporales que van en contra de la Voluntad de Di-s.
Por eso, si la persona aprende a tener Emuná, y subyuga su deseo a la Voluntad de Di-s, no sólo que cosechará los beneficios de mayores bendiciones Divinas y de una mayor Providencia Divina, sino que también obtendrá la conciencia de que todo proviene de Di-s. Apenas se vuelve consciente de este hecho, la persona se libera del 95% del estrés y la ansiedad que tenía antes…
Vayamos un paso más allá. Con Emuná, nos decimos a nosotros mismos que las dificultades que estamos pasando provienen directamente de Di-s. Encaramos las situaciones de estrés como exámenes periódicos de Di-s que podremos aprobar con gran éxito si aplicamos la Emuná. La forma de graduarse con honores en la vida, en cualquier situación, es decirnos a nosotros mismos que todo lo que nos está ocurriendo en este mismo momento no sólo que proviene de Di-s sino que es la Voluntad misma de Di-s.
Ahora bien: si de veras quieres recibir un “sobresaliente” en el examen de la Emuná, puedes decirte a ti mismo: “Espera un segundo… Esto que me pasa es la Voluntad de Di-s y siendo así, entonces es también mi voluntad, porque lo único que yo quiero es ir junto a Di-s”. Por eso, cuando hacemos que la Voluntad de Di-s sea también nuestra voluntad, no hay más estrés, ni úlceras, ni ataques al corazón ni enojo. Ahora obtenemos la compostura necesaria para activar el cerebro, organizar los pensamientos y funcionar de la mejor forma posible. En síntesis: ésa es la forma de acabar con el estrés. Ni siquiera nos preocupa el resultado, porque sabemos que el resultado de todas las situaciones está en las afectuosas manos de Di-s.
A esta altura, la Mala Inclinación (Yetzer HaRa) interviene y dice: “¡Eh! ¡Un segundo! ¿De veras te parece que esto es “bueno”? ¡Ja, no me hagas reír! ¡Mira lo triste y deprimida que está tu esposa! ¡Escúchame lo que te digo! ¡Estás frente a una catástrofe!”. El marido llega a casa y se encuentra con una esposa deprimida – ésta es una situación potencialmente desastrosa y una tremenda prueba, pero con Emuná, es pan comido…
Recuerda que el hogar es un potencial campo de batalla en el que el Yetzer puso minas por todas partes; sin Emuná, la gente explota todo el tiempo y sus matrimonios parecen la Ciudad de Gaza después del bombardeo. Pero si sabes cómo evitar las trampas o aún mejor, si sabes neutralizarlas, ¡entonces pasaste un difícil examen y sales vencedor! Aquí te diremos cómo:
El marido tiene la obligación de hacer feliz a su esposa. Si ve que ella está por el suelo y entonces por eso él también se pone triste, ahora su problema se vuelve mucho más grave. Porque en el momento en que el marido se pone melancólico, la Presencia Divina se aleja de él y entonces él está renunciando a la ayuda de Di-s. Es ahí cuando el hogar se vuelve una zona de desastre.
Pero cuando el marido se enfrenta a esta delicada situación sabiendo que se trata de una prueba de fe de Di-s para estimular la Teshuvá (arrepentimiento y retorno al buen camino) y la Emuná, entonces no se va a permitir caer en la trampa de la desesperación, sino que va a acabar con la tristeza -con el enemigo- pidiéndole ayuda a Di-s, fortaleciendo su Emuná y sonriéndole a su esposa con optimismo. Su sonrisa no sólo es alentadora, sino que es contagiosa. Ninguna mujer puede seguir estando triste mucho tiempo si su marido le está sonriendo.
Debemos recordar todo el tiempo que el Creador sabe lo que hace y que todo lo que hace es para bien. Tenemos que hablar de esto todo el tiempo y recordárnoslo a nosotros mismos todo el tiempo, porque el Yetzer todo el tiempo trata de que nos olvidemos de eso. Cuando vemos que todo es para bien, el Yetzer dice exactamente lo contrario.
En español, al Yetzer se lo llama la “Mala Inclinación” porque todo lo que dice es negativo, malo, o ambas cosas a la vez. Él siempre trata de socavar nuestra Emuná, argumentando con su supuesta lógica: “¡No tienes escapatoria! ¡No hay salida!”. Nosotros sabemos que eso no es cierto, porque la Emuná anula a la lógica. ¡Con Emuná no hay desesperación en el mundo!
Con Emuná, sabemos que en realidad el piso no está torcido y – ¡por fin podemos bailar!
3/26/2018
3/23/2018
Es algo que nunca había escuchado
2/13/2018
Muy buena enseñanza, SHALOM