Sin enojo y sin rencor

Una mujer que asistió a una charla que yo di vino a verme con lágrimas en los ojos para decirme que sufre terriblemente a causa de su esposo...

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 18.03.21

Una mujer que asistió a una charla que yo di vino a verme con lágrimas en los ojos para decirme que sufre terriblemente a causa de su esposo. Algunas amigas le aconsejaron que se divorciara y otras, que se vengara. Le pregunté: “¿Seguiste su consejo?”. Ella respondió que no importa lo que hiciera, la situación era cada vez peor. Le dije: “Hay una sola cosa que puedes hacer: teshuvá”. Le expliqué lo que dice la Guemará en el tratado Shabat: que no hay tribulaciones sin previas transgresiones. Al poco tiempo escuché buenas noticias de ella: empezó a hacer teshuvá y al final todo se arregló.

 

No importa lo que estés pasando en la vida, incluso si hay una persona específica que te está causando daño. De acuerdo con los principios de emuná, tienes que creer que todo lo que te sucede es producto de la justicia Divina y que lo mereces. Y que Hashem está actuando con justicia en cada cosa que te pasa. Hashem es la Verdad y nosotros a veces nos portamos mal. Dijo el Profeta Jeremías: “De qué se queja el hombre vivo – el hombre por sus pecados – busquemos y examinemos nuestros caminos y retornemos a Hashem” (Lamentaciones 3:39-40). En otras palabras: en vez de quejarte y amargarte por lo que te sucedió, hazte responsable de tu propia vida y evalúate y fíjate qué cosas hiciste mal y corrija lo que puedas.

 

Sin embargo, la gente se crea imágenes en la cabeza que les causan mucho sufrimiento, porque les echan la culpa a las demás personas de su sufrimiento, en vez de acudir a Hashem. Esto invoca juicios todavía más duros. La corte Divina examina los registros de esa persona para ver si tiene razón en sentirse indignada por el sufrimiento que tuvieron y a menudo comprueban que en realidad se merecían un sufrimiento todavía peor, y entonces sí que están en problemas!

 

Veamos cómo enfrentar las experiencias desfavorables que nos causan las demás personas – con ojos de emuná!

 

La primera posibilidad es que la otra persona nos haya insultado – molestado – importunado – dañado debido a que le debíamos algo a él de otra vida anterior. La angustia que sufres es producto de la Divina Providencia, ni una pizca más o menos de lo que Hashem ha decretado. Esa es la manifestación de una regla espiritual: todo lo que no entiendes  puede explicarse a través de secreto de las reencarnaciones.

 

La segunda posibilidad es que esa persona te haya causado un sufrimiento debido a que hay un decreto Divino según el cual debes soportar cierto sufrimiento. Y la persona en cuestión es simplemente el desafortunado ejecutor de dicho decreto, o, en otras palabras, “el palo en manos de Hashem”. ¿Realmente importa cómo se llame el palo? Tenemos que ver quién sostiene el palo, o sea, Hashem!

 

Acaso X persona te causó un sufrimiento, un insulto o un dolor? Significa que hay duro decreto pendiendo sobre ti y tienes que hacer teshuvá. En cuanto a X, perdónalo. Hashem ya lo va a castigar por haber sido elegido para llevar a cabo tu castigo, en vez de apoyarte. Recuerda lo que dice el Rey David en el Salmo 23: “Tu vara y Tu palo me reconfortan”. Él miraba a Hashem, no al palo, y ese era lo que lo reconfortaba. Este mismo consejo también nos puede reconfortar a nosotros.

Escribe tu opinión!

1. Ana

1/05/2018

También estoy pasando algo parecido al texto pero no se como empezar a practicar lo escrito que parece muy buena solución

2. Miriam

1/04/2018

Importante

Muy buen consejo.. y muy importante saberlo. gracias Rabbi Arush, y a todo el equipo Breslev.

3. Miriam

1/04/2018

Muy buen consejo.. y muy importante saberlo. gracias Rabbi Arush, y a todo el equipo Breslev.

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