Conciencia Espiritual
Muchos de nosotros estamos tratando de vivir una vida de fe. Aun así, todos seguimos pasando por distintas circunstancias que nos llevan a al enojo y a la tristeza. ¿Por qué?...
Muchos de nosotros estamos tratando de vivir una vida de fe. Aun así, todos seguimos pasando por distintas circunstancias que nos llevan a al enojo y a la tristeza. ¿Por qué?…
Conciencia Espiritual
Muchos de nosotros estamos tratando de vivir una vida con Emuná, una fe auténtica. Estamos tratando de mantener la alegría todo el tiempo, porque sabemos que todo proviene de HaShem, el Creador del Universo, y que es para nuestro propio bien. Aun así, todos seguimos pasando por distintas circunstancias en la vida que nos llevan a tener sentimientos de enojo, frustración y tristeza. ¿De dónde provienen todos estos sentimientos? ¿Acaso son reales y se supone que debemos sentirlos o hay alguna forma de transformarlos en una experiencia de alegría y de gratitud a HaShem?
Rabi Najman enseña en Likutey Moharán lección 250:
“Sabe: Que todas las clases de sufrimiento se hacen presentes únicamente por una falta de daat (conciencia espiritual). Porque aquel que tiene daat y sabe que todo surge a través de la providencia divina de HaShem no ha de experimentar ninguna clase de sufrimiento, y no va a sentir nada de tristeza, pues “El Eterno da y el Eterno quita” (Job 1:21).
En esta misma lección, el Rebe pasa a describir el dolor físico, que uno no tiene más alternativa que sentir, ya que en efecto es algo que le está ocurriendo al propio cuerpo. Él dice que incluso esta clase de dolor puede ser muy fácil de tolerar y puede recibirse con alegría cuando uno sabe con una clara conciencia espiritual que todo proviene de la providencia directa de HaShem. Luego dice que con más razón uno puede encarar otras clases de dolores y sufrimientos (por ejemplo, los emocionales), que ni siquiera se sienten en forma física en el cuerpo, cuando uno posee la daat (conciencia espiritual) mencionada.
Ahora bien: ¿qué es exactamente esta daat, y cómo es que logra quitar las sensaciones de dolor y sufrimiento? De inmediato nos vienen a la mente dos ejemplos: uno inventado, y el otro, cierto.
Ejemplo # 1: Digamos que te dieron de comer una comida amarga, con mal olor. ¿Acaso la comerías? Probablemente no. Está bien, pero supongamos que alguien te dice que esta no es una comida cualquiera, sino que en realidad es una clase de súper alimento que posee tremendos poderes de curación y rejuvenecimiento. Ahora bien: todos sabemos perfectamente que no existe algo así, pero por el ejemplo, digamos que este alimento sí te restauró la salud por completo, te quitó las arrugas, te quemó las calorías extras, te dio energía, te hizo crecer el pelo sano y lustroso, te enblanqueció los dientes y lo que se te ocurra. Ahora déjame que te pregunte de nuevo: ¿acaso lo comerías? Y esta vez, ahora que tienes conciencia de todos sus beneficios, ¿te parece que sentirías incluso el mal sabor? En este ejemplo vemos de qué modo al tener conciencia espiritual puedes literalmente cambiar una experiencia de vida.
Ejemplo # 2: un día, cuando me detuve por la luz roja del semáforo en un día muy caluroso en Los Ángeles, vi a una señora parada en la parada del autobús esperando el micro. En esa parada pasan dos autobuses: el 7 normal y el 7 rápido, que tiene una cantidad limitada de paradas. Obviamente, el 7 rápido se aproxima a la parada y la pasa de largo. Ella se pone a dar saltos, a correr y ondear los brazos en medio de la calle y a vociferar como loca para que el autobús se detenga, hasta tal punto que casi la atropellan. Mientras tanto, yo estoy sentado dentro de mi coche, con aire acondicionado y pienso: “Pobre señora, si solamente supiera que el autobús que ella está esperando es el 7 normal y no el 7 rápido, todo su sufrimiento podría haberse evitado”.
Cabe destacar que en el ejemplo antedicho, la correcta conciencia espiritual no habría cambiado en lo más mínimo la situación de esta señora, porque ella habría continuado esperando el autobús bajo el sol abrasador, pero por lo menos le habría ahorrado todo ese sufrimiento que sintió cuando pasó el otro autobús.
Ahora bien: este nivel de conciencia espiritual que tiene la capacidad de librarnos de todo nuestro sufrimiento sólo puede lograrse perfeccionando nuestra Emuná. La Emuná es la creencia en la idea de que HaShem es nuestro padre cariñoso y que todo lo que nos ocurre en este mundo se encuentra bajo Su directo control (esto incluye incluso lo que nos hacen otras personas con libre albedrío). Además, debemos creer que todo lo que nos ocurre es con un solo fin: para que nos acerquemos a HaShem y formemos una relación con Él. Esto, a su vez, nos proporcionará el más grande placer tanto en este mundo como en el siguiente. Al poseer esta daat, podremos pasar por las pruebas y los desafíos de la vida sin experimentar dolor ni sufrimiento. Con esta daat, sabemos que no existe el desafío doloroso sin sentido sino que este proviene directamente de la afectuosa mano de nuestro Creador, a fin de enseñarnos algo, corregir algún aspecto de nuestra personalidad o fortalecernos, permitiéndonos alcanzar la ulterior recompensa, que es la cercanía con Él.
Esto nos recuerda la forma en que el atleta siempre está dispuesto a que su entrenador le dé “golpes”. ¿Por qué lo hace y encima con alegría? Porque tiene la vista puesta en la copa de oro y confía en su entrenador y sabe que su entrenador es el único que sabe lo que es mejor para él y cómo conseguirlo. De la misma manera, nosotros tenemos el mejor entrenador del mundo y estamos entrenándonos para obtener un premio tan inmenso y eterno que ni siquiera puede medirse en términos humanos. Entonces ahora podemos encarar la vida y todos sus desafíos con alegría.
La pregunta es ¿los sentimientos de enojo, sufrimiento y frustración son algo real? La respuesta es que uno los experimenta en forma real en la misma medida en que uno carece de la verdadera conciencia espiritual, tal como se ha explicado más arriba. Cuanto más uno posee esta conciencia espiritual o Emuná, menos sufrimiento va a sentir y más rápido llegará a experimentar el amor y la guía afectuosa de HaShem en la vida, que ha de conducirlo a su propia y personal redención, acercando a su vez la Redención de nuestro pueblo. ¡Que sea muy pronto, en nuestros días! ¡Amén!
P.D. Saber las ideas de la Emuná e internalizarlas para que uno pueda vivir según ellas en forma diaria y estar feliz todo el tiempo es algo que requiere mucho esfuerzo. Es muy recomendable mantener una sesión fija de estudio de En el Jardín de la Fe así como los demás libros de Rabi Najman de Breslev, que sirven de constante refuerzo de estos conceptos de felicidad y Emuná.
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