No Me Presiones

Pregúntenle a cualquier joven que se haya alejado del buen camino y que anda dando vueltas por la calle cómo llegó adonde llegó…

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.04.21

En la educación de los hijos no se puede actuar bajo presión. En el judaísmo, tampoco.

Nunca fuercen a los niños pequeños a sentarse en la sinagoga o en la mesa de Shabat. Por supuesto que debemos alentarlos a que se sienten con nosotros y disfruten de la comida, las canciones, las palabras de Torá y las historias, pero todo eso sin ejercer nada de presión. Con el tiempo, ellos entenderán por sí solos la importancia del Shabat y querrán participar más. Crecerán mucho más sanos sin las críticas, los comentarios constantes y las presiones de los padres.

Sin embargo, cuando los hijos crecen en un ambiente de presión y nerviosismo, al final acaban odiando todas esas cosas que los forzaron a hacer, ya sea la sinagoga, la mesa de Shabat o la Guemará. Pregúntenle a cualquier joven que se haya alejado del buen camino y que anda dando vueltas por la calle cómo llegó adonde llegó y les va a decir que fue porque lo obligaron a hacer cosas que no quería hacer y que odia acérrimamente. Y por lo general les va a decir que cree en HaShem y en la Torá pero que con todas las críticas y toda la humillación que tuvo que soportar –tanto por parte de sus padres como de sus maestros-  ahora le tiene aversión a todo lo que le recuerda esa época.

Desgraciadamente, a veces me encuentro con padres que aterrorizan a sus hijos. Una vez un padre me preguntó acerca de un problema que tenía con su hijito. Yo sentí que él no me estaba contando todo, sino que había dejado afuera ciertos detalles de importancia. Después de investigar un poco el tema, el padre admitió que en una ocasión había perdido la paciencia y había golpeado a su hijo con mucha crueldad. Eso pasó una sola vez, pero fue suficiente para dejarle a su hijo una cicatriz en el alma.

He aquí este niñito tan pequeño frente a su padre gigante viniéndosele encima con el rostro desfigurado por la furia, golpeándolo como un loco y gritándole desaforadamente. ¡Qué trauma para el pobre niño! ¡Qué terror debió haber sentido! ¿Acaso se pueden imaginar el terror que habrá sentido en ese momento y el enorme daño psicológico que sufrió y las terribles secuelas que puede llegar a tener a largo plazo?

¡Terrible!

Por eso, los padres tienen que hacer la solemne promesa de no ser crueles con sus hijos de ninguna forma ni por ningún motivo. Nuestro maestro y guía espiritual, Rabí Najman de Breslev, nos enseñó que uno nunca debe ser cruel con sus hijos ni pegarles. En la educación infantil, es fundamental actuar con raciocinio y pensar muy bien de antemano lo que uno va a hacer. Por el contrario, las palizas son producto de la furia y de la falta de auto-control.

El padre que piensa que el castigo físico es beneficioso para el niño es perfectamente consciente de que la ira y la crueldad son transgresiones de la Torá, ya que el camino de la Torá es de paz y todas sus sendas son paz.

Y aquellos padres que se defienden diciendo que “Aquel que no usa la vara con su hijo, lo odia”, tienen que saber que “la vara” NO es furia y crueldad sino un comportamiento ético. Los mensajes que los padres les transmiten a sus hijos pueden ser firmes pero deben ser transmitidos con dulzura, para que al hijo le sean fáciles de “digerir”.

Por eso, siempre hay que evitar pegarles a los niños, y en especial en forma cruel. La Guemará nos cuenta una historia muy aleccionadora: había una vez un niño pequeño en la ciudad de Bnei Brak que rompió un objeto. Su padre lo amenazó en forma tan aterradora que el hijo se escapó de la casa, se arrojó a un pozo y murió. Esto tal vez pueda sonar exagerado, pero es innegable que los niños sienten terror de las amenazas de sus padres, y mucho más cuando les pegan con crueldad.

Los padres que pegan al final van a pegar un precio muy caro por todo el daño psicológico que les infligieron a sus hijos y van a tener todo tipo de problemas y dificultades con ellos.

Por eso, todos los padres tienen que decidir en forma clara y firme que van a eliminar todas las formas de abuso en su hogar, porque no hay justificación para la crueldad en la educación infantil ni en ningún otro aspecto de la vida hogareña.
                                                                                      
 
 

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1. Nancy

10/27/2019

Donde hay violencia no puede germinar el amor. Que HaShem nos ayude con nuestras malas inclinaciones…

2. Adriana

2/23/2018

Excelente articulo. Muy acorde con la torah!

3. Shirly

12/18/2013

Es lo que mas cuesta hacer, es no presionarlos!!!! Creo que la clave es tratarlos con amor, y hacerles saber que son importantes para nosotros, ya que su autoestima depende de como los padres traten al Niño!!

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