El noble líder de familia

Mucha gente me consulta por problemas con sus hijos. Pongamos el caso del padre que tiene un hijo irrespetuoso o con conductas perturbadoras...

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 08.11.21

Mucha gente me consulta por problemas con sus hijos. Pongamos el caso del padre que tiene un hijo irrespetuoso o con conductas perturbadoras, que se esté alejando del camino de la Torá. La reacción natural, normal e inicial de todo padre en una situación así es preguntarse: “¿Qué es lo que está sucediendo acá? ¿De qué forma algo así puede ser algo bueno?”. En realidad, ese no es un mal comienzo, pero tenemos que llevarlo un paso más allá, y plantearnos otros tantos interrogantes: Por qué está pasándome esto – ¿Cuál es el mensaje? – ¿Qué enseñanza práctica puedo obtener de todo esto?

 

He aquí una idea de lo que puede estar sucediendo bajo la superficie de tu hijo descontrolado: los niños son los seres más puros del planeta (nosotros también éramos así de niños). Todos los niños tienen la intención, en lo más profundo, de ayudar a sus padres. Si ese hijo se está portando mal o se está apartando de la buena senda, entonces, en cierto sentido, eso significa que ha tomado control de toda la familia. Sí, es un control que no es sano, pero todos los niños necesitan una familia y van a hacer todo lo que sea necesario por tratar de mantenerla. Si los padres están teniendo problemas, y la unidad familiar está empezado a quebrantarse, entonces el hijo, que no quiere tener un divorcio en la familia, la única forma que tiene de mantener intacta su familia es creando una situación de emergencia, o un “shock” que haga que la familia se una a fin de ayudarlo y asistirlo.

 

Puede ser que esto les suene estremecedor, pero en los más de 35 años que llevo de psicoterapeuta, jamás he visto un divorcio en una familia que tuviera un hijo con tendencias suicidas, anoréxicas o automutiladoras.

 

En un sentido muy profundo, el hijo se está sacrificando a sí mismo a fin de mantener unida la familia. No se está causando daño a sí mismo solamente para enfrentarse a sus padres o para ser un chico “difícil”. Lo que ese niño está buscando es ser parte de la unidad familiar, pero la unidad familiar en sí misma corre peligro de desaparecer. Una vez que vemos las cosas desde esa perspectiva, podemos ver con claridad que el verdadero problema no radica en el niño sino en sus padres.

 

Por lo tanto, tenemos que empezar con nosotros mismos y tratar de darles inspiración a nuestros hijos con nuestro propio comportamiento y en especial si tenemos un chico “difícil”. Cuando el padre toma esa decisión y se mantiene firme en ella, aunque le exija un enorme sacrificio, eso significa que el padre (o la madre) está actuando de “líder” de la familia y está creando el medio adecuado para motivar a sus hijos. Y cuando los padres actúan así, les están dando a sus hijos una dirección en la vida. Los castigos y la indiferencia no sirven de nada, a largo plazo. Si queremos que nuestros hijos sean adultos felices, bien adaptados, y sanos, entonces tenemos que liderarlos y conducirlos en esa dirección. Tenemos que hacer todos los cambios que sean necesarios en nosotros mismos para que la familia llegue allí. Y si nos vemos forzados a elegir entre darles “demasiado” o “demasiado poco”, entonces erremos pecando por exceso de cautela, y tratémoslos con toda la generosidad y la bondad de que seamos capaces! Porque a largo término, esto puede serles de enorme ayuda, y los va a ayudar a sentirse amados, valiosos y exitosos.