La conexión proteína-cáncer

Acabo de empezar a leer lo que considero que es uno de los libros de salud más informativos y con más sentido común que alguna vez se hayan escrito. Se llama “The China Study – El estudio “China”, cuyo autor es uno de los principales científicos del mundo, T. Colin Campbell, Ph D. Dr. Campbell empezó su investigación en Cornell, donde trató de encontrar mejores maneras de hacer que las vacas y las ovejas crecieran más rápido y más grandes. Luego participó en el descubrimiento de dos de los elementos químicos más tóxicos que existen: la dioxina y la aflatoxina. Finalmente, empezó a cuestionar la mentalidad status quo de los componentes de la dieta occidental tan recomendada y la información que descubrió es asombrosa.

Dr. Campbell llevó a cabo el estudio más abarcador y más extensivo de los efectos de la dieta en muchas clases de enfermedades crónicas en lo que se ha dado a llamar El Estudio China. En el transcurso de muchos años, él y su equipo de investigación recolectaron una increíble cantidad de información acerca de los hábitos alimenticios de miles de habitantes rurales chinos y los compararon con los de los norteamericanos. Este estudio ha ofrecido una imagen muy clara y abarcadora de la manera en que la dieta afecta todas las áreas de la salud.

Y lo que es más increíble todavía es que este estudio es el primero de su clase en demostrar claramente que las enfermedades crónicas, tales como el cáncer, la diabetes 1 y 2, las enfermedades coronarias, y la obesidad son en la mayoría de las casos, reversibles y curables, sin la intervención de drogas y tratamientos tóxicos.

Al aceptar un puesto docente en Virginia, empezó a colaborar en un proyecto de investigación en las Filipinas que se ocupaba de niños malnutridos. Parte del proyecto consistía en investigar por qué una cantidad tan grande de niños se morían de cáncer de hígado, que es una enfermedad que por lo general afecta a los adultos. Se pensó que aflatoxin, una de las dos toxinas con las que él había trabajado, era la que causaba el problema. Aflatoxina es una toxina de moho que se encuentra en los maníes- cacahuetes y en el maíz. Es uno de los carcinógenos más potentes alguna vez descubiertos.

Sorprendentemente, después de embarcarse en este proyecto, el Dr. Campbell descubrió que los niños cuyas dietas eran más altas en proteínas eran los más propensos a sufrir de cáncer de hígado! (Para aclarar, cada vez que me refiero a la palabra “proteína”, me estoy refiriendo a proteína animal, no a proteína con base vegetal).

Poco después, él leyó una investigación hecha en India que demostraba que ratas que recibieron aflatoxina y luego fueron alimentadas con una dieta de 20 % de proteína todas sufrieron de cáncer de hígado, mientras que ninguna de las ratas que fueron alimentadas con una dieta de solamente 5 % de proteína tuvieron cáncer de hígado.

Pensemos un momento. ¿Qué es lo que nos está diciendo este estudio básicamente? Que la exposición a toxinas por sí mismas no fue lo que mató a las ratas, sino que la proteína más la combinación de toxinas fue lo que las hizo morir. Las implicancias de esto son enormes, tal como se dio cuenta el propio Dr. Campbell.

¿Acaso es posible que la proteína haya sido la causa del aumento de las tasas de cáncer? ¡Esto iría en contra de todo lo que nos han estado enseñando! ¿No se supone que la proteína es sana y contribuye a un fuerte desarrollo corporal, muscular, cerebral, etc? ¿Y qué me dicen de toda la histeria en torno a la exposición a las toxinas? ¿Acaso esto significa que el cuerpo tiene una forma de tratarlas sin dejar que nos enfermen?

Estos resultados realmente sorprendentes lo llevó a China, donde él y un equipo de altísimo nivel de investigadores recolectaron información en “367 variables y luego compararon cada variable con cada otra variable”. Estudiaron 65 distritos y 6500 adultos en toda China y al final alcanzaron “más de 8000 asociaciones estadísticamente significativas entre variables de estilo de vida, dieta y enfermedad”. En otras palabras, se trata de un estudio muy minucioso.

Lo que descubrieron es realmente increíble. Los resultados eran casi idénticos a los de las ratas. Los chinos que consumieron una dietea que consistía de más de 10% de protenía tenían posibilidades significativamente más altas de contraer cáncer que aquellos que consumían menos de 10%. Una vez que la dieta alcanzaba el 20% de proteína, el riesgo de enfermarse de cáncer aumentaba en forma astronómica.

Al final, el panorama estaba claro. Aquellos que consumen más de 10% de proteína animal se están poniendo en una situación de gran riesgo de contraer cáncer – cualquier cáncer. En el futuro próximo, Dios mediante, vamos a continuar estudiando este increíble estudio, y también veremos cómo estas cifras pueden salvarles a ustedes la vida.