Un milagro en la ruta

Un autobús blindado perdió el control del freno mientras iba en bajada en la ruta

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 14.11.21

Un autobús blindado perdió el control del freno mientras iba en bajada en la ruta a la ciudad de Beitar y Hashem hizo un milagro y no se chocó con nada. Al final fue a parar contra un auto del cual hacía apenas varios minutos se habían bajado un padre y su hijo, y allí se detuvo. Después, cuando le preguntaron al padre en mérito de qué había merecido un milagro tan grande, él respondió: “Me salvé porque yo escucho las clases de emuná y todo el tiempo doy las gracias por cada cosa. Por eso tuve el mérito de que Hashem me hiciera este milagro”.

 

Y de hecho, esto es lo que ocurre. La persona que vive dando las gracias ve milagros todo el tiempo y sabe que, si Hashem no quiere, nadie puede hacerle daño. Y si Hashem quiere, entonces lo va a aceptar con amor y Le va a dar las gracias.

 

Yo ya expliqué en muchas instancias que cuando la persona se dedica al agradecimiento al Creador, siempre ve milagros, y no por nada. A continuación enumeraré varios motivos:

 

  1.  Por medio del agradecimiento, la persona halla gracia a los ojos de Hashem y, por decirlo de alguna manera, su situación conmueve al Creador, tal como enseña Rabí Najman de Breslev (Likutey Moharán 1): “Cuando la persona pide algo, la gracia de sus palabras hace lugar, por así decirlo, en el corazón de aquel al que le está pidiendo y entonces le surge el deseo de aceptar la plegaria y el pedido”. Lo mismo ocurre con el tema del agradecimiento, porque las palabras hallan gracia y se aceptan con favor. Esto es algo que sucede todo el tiempo: cuando Fulano le da las gracias a Mengano por algún favor que le hizo, a Mengano le dan ganas de seguir haciéndole favores. Por el contrario, si Fulano no sabe dar las gracias por el favor que le hizo Mengano, entonces a Mengano se le cierra el corazón y ya no siente deseos de seguir ayudándolo. Incluso existe la prohibición de hacerle favores a una persona así, debido a que es un ingrato que no sabe dar las gracias cuando alguien le hace un favor.
  2. Existe una regla general que dicen así: “Por el camino que uno quiere ir, por ahí lo conducen”. De la misma manera, cuando uno cree que todo es para bien, lo conducen según esa emuná, esa convicción. De hecho, esa persona ve con ojos sorprendidos cómo todo lo malo se transforma en algo bueno. Por el contrario, a la persona que cree que existe el mal en el mundo se la conduce según su creencia, y por eso todo le sale a revés.
  3. Aquel que da las gracias por todo se conecta de inmediato con el objetivo de toda la Creación, que es revelar la compasión del Creador, tal como escribe Rabí Najman de Breslev (Likutey Moharán 64): “Hashem, en Su compasión, creó el mundo…”. Cuando la persona cree que todo es bueno y que no existe el mal en el mundo, y que todo lo que le sucede, es todo con la gran compasión de Hashem, esa persona Le da las gracias a Hashem por cada cosa y entonces se conecta con el Creador en el objetivo primigenio que tuvo al crear el universo. Esto mitiga todos los juicios estrictos debido a que los juicios no se mitigan excepto en su raíz. Y cuando la persona se conecta con la raíz de la Creación del mundo, eso mitiga todos los juicios estrictos que fueron surgiendo con posterioridad a la Creación.
  4. Se enseña en nombre del Rebe de Slonim, de bendita y santa memoria: “Cuando la persona da las gracias, está aceptando la supremacía de Hashem sobre ella y entonces, medida por medida, Hashem acepta la forma en que ella se conduce, sin juicios estrictos; sólo con amor y con compasión”.

 

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1. Obed luria

5/23/2022

Grandioso y perfecto es todo BH por eso

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