El Sr. Sonrisa

Mi alma estaba sintiendo la iluminación de la Emuná. Estaba probando los dulces frutos del Jardín de la Fe, de los beneficios de tener una relación íntima con el Creador…

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 30.12.21

Mi alma estaba sintiendo la iluminación de la Emuná. Estaba probando los dulces frutos del Jardín de la Fe, de los beneficios de tener una relación personal e íntima con el Creador…
 
 
Descubriendo la Emuná
 
La historia de vida del Rabino Shalom Arush, Última Parte:
 
La semana pasada, quedamos en que HaShem estaba haciendo milagros asombrosos – uno tras otro – al Rab Arush, en aquel entonces un laico estudiante de la Universidad de Tel Aviv. Sin embargo, su serpiente de la duda estaba lejos de ser aniquilada…
 
 
Nadie más a quién recurrir
 
A pesar de la visita de mi hermano y mi éxito en el examen final de Economía, aún quería más pruebas.
 
Los exámenes finales, la Guerra de Yom Kipur, y la muerte de mis amigos habían sido una carga tan emocional y grande para mí que mi cuerpo estaba comenzando a sentir sus efectos. Un par de cervezas con los amigos en una cantina local o una cita con "la reina de la universidad" ya no eran suficientes para calmar mi alma herida y hambrienta. Había empezado a tener unos dolores de cabeza insoportables que sentía como puntas de hierro en mi cráneo y qué me pinchaban el cerebro. Eran insoportables y me incapacitaban. Pasé dos semanas yendo de un neurólogo experto a otro y nadie sabía lo que me estaba pasando. Ningún medicamento me producía alivio.
 
Finalmente se me ocurrió recurrir a HaShem. "Querido Di-s, yo quiero creer en Ti. No quiero dudar de Ti. Actualmente estoy en una posición en la que ningún médico tiene respuestas, nadie tiene una solución para mi problema. El medicamento no me alivia el dolor. Por favor, Creador del Universo, sé que no merezco otro milagro, pero por favor ayúdame a fortalecer mi Emuná, la fe pura y completa en Ti. Si estos dolores de cabeza se me van de inmediato sin ningún tipo de medicamentos, sabré que la cura proviene de Ti y qué sólo Tú me estás curando. Por favor, quítame estos horribles dolores de cabeza".
 
A la mañana siguiente, me desperté como una persona nueva, sin ningún dolor de cabeza.
 
Así fue, Di-s: 3 – dudas: 0. El puntaje fue una victoria clara e impresionante para HaShem. Mi Mala Inclinación ya no podía decir que fueron coincidencias o casualidades. Tenía mucho que mejorar, y ciertamente no era ingenuo. Esto era real. Di-s tenía la paciencia de darse a conocer tres veces consecutivas.
 
Mi alma estaba sintiendo la iluminación de la Emuná, sin ninguna conexión en absoluto con la "religión". Estaba probando los dulces frutos del Jardín de la Fe, de los beneficios de tener una relación personal e íntima con Di-s. Desde ese momento, comencé a hablar con Él todos los días por un mínimo una hora. También hablaba con Él todo el día. E ¿imagínense qué? – ¡Recibía respuestas!
 
El dolor de muelas
 
Ahora estaba hablando con Di-s todos los días y prácticamente todo el día. Repito, aún no era religioso en absoluto, pero eso no me impidió construir una gran relación con Él. Compartía todo con Él, incluso mis pensamientos más íntimos. Hablaba con Él como le hablaría a mi mejor amigo o al abuelo más amable y benévolo del universo. Estaba experimentando la felicidad.
 
Hoy en día, la gente me conoce por mi sonrisa. Esa es mi seña, como la espinaca de Popeye. No nací con esa sonrisa; esta es la forma como la desarrollé:
 
Poco antes de salir de la universidad para asistir al seminario rabínico, de repente tuve un dolor de muelas insoportable, la clase de dolor que hace que la persona lamente el día en que nació. De alguna manera, mantuve la calma y calculé el tiempo que perdería en buscar un dentista que pudiera tratarme de inmediato. Calculé que necesitaría por lo menos tres horas para localizar una clínica y recibir tratamiento. "Está bien, HaShem," dije dirigiéndome a Él como lo había venido haciendo más y más últimamente: "Entiendo que debo perder algo de mi tiempo. En lugar de perderlo buscando una clínica dental donde me puedan tratar o que no pueda resolver mi problema, pasaré ese tiempo contigo".
 
Hablé con Di-s durante tres horas seguidas. Me di cuenta de que Di-s en Su posición de Creador inicia todo en la tierra, incluso mi dolor de muelas. Como ya había establecido en mi mente que Él es un Padre cariñoso, entonces llegué a la conclusión de que mi dolor de muelas era un regalo de Él. Y debido a que yo no haría nada sin un propósito – y ciertamente no soy más inteligente que Di-s – yo sabía que Él me estaba dando el dolor de muelas con un propósito.
 
Entonces, ¿cuál es el propósito del dolor de muelas?, Le pregunté, con la esperanza de que me daría una respuesta.
 
Y lo hizo.
 
Me di cuenta de que había estado más feliz en las últimas semanas de lo que jamás lo había estado. Sin embargo, no les estaba sonriendo a las otras personas. Si hubiese estado sonriéndoles a los demás y si se enterasen de por qué estaba tan feliz, a lo mejor también buscarían su propia conexión con Di-s. Sí, ¡eso es lo que Di-s quiere de mí! Mi sonrisa perpetua – no importa lo que pase – sería un gran testimonio de Emuná! ¡Claro, mi dolor de muelas era un mensaje de que tengo que sonreír!
 
Mi mandíbula todavía se sentía como si un martillo neumático estuviera trabajando en ella, pero me paré frente al espejo y me obligué a sonreír.
 
No, la sonrisa no es lo suficientemente amplia…
 
Muestra más los dientes…
 
¡Sé sincero!
 
Treinta minutos después, ya no tenía dolor de muelas.
 
Señor Sonrisa
 
Me convertí en el "Sr. Sonrisa" de la Universidad de Tel Aviv. La gente me preguntaba por qué estaba tan feliz. Mi respuesta – que existe el Creador del Universo, el Di-s Todopoderoso que nos ama – llevó a muchos a pensar que estaba loco. Pero no guardé a Di-s para mí solamente. Lo compartí con otros, aunque todavía estaba en "pañales" espirituales.
 

Un día, una de las chicas más populares de la escuela me detuvo. "Tu sonrisa es hermosa", me dijo. "Dime, ¿qué estás tomando?". Nadie creía que alguien podía ser verdaderamente feliz. Ella quería saber si tal vez había algún secreto "superior" o alguna sustancia que causa la alegría que ella no conocía. "Vamos", insistió. "No guardes los buenos secretos solamente para ti".
 
"¡No tomo nada!" le contesté. Ella se negó a creerme. "El buen secreto es la Emuná. No necesitas un analista ni una receta médica. Puedes hablar con Di-s todo lo que quieras sin tener que pagar una buena cantidad de dinero por una sesión de cuarenta y cinco minutos".
 
Ella se fue. Como dicen, "puedes llevar a un caballo al agua, pero no lo puedes obligar a beber". Poco sabía la joven que se estaba alejando de la verdadera felicidad y paz interior. ¡Qué lástima!
 
La luz de la Emuná
 
Todavía no llamaba a mis conversaciones con Di-s "plegarias", pero eso es lo que eran. Empecé a pedir toda clase de cosas. Me sentaba en el coche y decía: "Padre en el Cielo, hay una gran cantidad de conductores peligrosos en la calle. Por favor, ayúdame a llegar con seguridad a mi destino". Le agradecía por la comida después de comer y le pedía que me despertara a cierta hora de la mañana. Él lo hacía – justamente al minuto que se lo pedí. Le agradecía por un día más de vida. Al igual que Abraham nuestro padre, comencé a observar la Torá antes de que supiera lo que estaba escrito en ella – esas cosas fueron naturales para mí, un deseo interior. Aunque no era formalmente observante, estaba hablando con Él todo el tiempo.
 
Mucho antes de que me convirtiera en un estudiante rabínico y un maestro y guía espiritual, Di-s iluminó mi corazón con la luz de la Emuná. Me di cuenta, por mi propia observación, que solamente Él dirige al mundo, hace todo para bien, y con un propósito específico, y entonces me enteré de que en realidad estos son los Tres Principios de la Emuná, que puedes aprender en el libro "En el Jardín de la Fe".
 
Di-s siempre está accesible para cada uno de nosotros. La Emuná, la pura y auténtica fe, es la clave para la paz interior, la felicidad y el bienestar. La Emuná es fundamental en cada etapa de nuestras vidas, desde los sucesos mundanos hasta los eventos más grandes. Es nuestra tarea difundirla en todo el mundo. Por eso he escrito el libro "En el Jardín de la Fe"y los demás libros, y he grabado varios CD's. Pero para lograr que este hermoso conocimiento, esta pura verdad, llegue a todo el mundo – necesito su ayuda.
 
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¡Que HaShem los bendiga siempre, Amén! 
 

Escribe tu opinión!

1. Beatriz elena lopez

8/29/2018

Gracias

Millones de millones de millones de veces GRACIAS

2. Beatriz elena lopez

8/29/2018

Millones de millones de millones de veces GRACIAS

3. sara penhos

1/02/2012

agradecer al rab le agradesco al rab por encenarlos lo que es la emuna y que con su alegria no los trasmita para que nosotros veamos que hashem existe breni leder voy a tratar de llevarlo acabo siga escrivien donos de sus esperiencias para que nos haga creser en emuna

Gracias por tu respuesta

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