Estar de Pie ante el Creador
En el día de su muerte, Moisés reunió a toda la Nación Judía a fin de pararlos delante de HaShem y sellar con Él el pacto. Los comentaristas explican que éste fue el pacto de…
En el día de su muerte, Moisés reunió a toda la Nación Judía a fin de pararlos delante de HaShem y sellar con Él el pacto. Los comentaristas explican que éste fue el pacto de…
Estar de Pie ante el Creador
Esta semana, el último Shabat antes de Rosh Hashana, leemos la Parashá de Nitzavim. "Atem nitzavim ha-yom (Ustedes están de pie hoy) kuljém (todos ustedes)… delante de HaShem su Di-s" (Deuteronomio 29:9).
En el día de su muerte, Moisés reunió a toda la Nación Judía a fin de pararlos delante de HaShem y sellar con Él el pacto. Los comentaristas explican que éste fue el pacto de "arvut", literalmente definido como el pacto del "garante". Es decir el pacto en el que cada uno tomara responsabilidad colectiva.
Esta Parashá siempre es leída en este Shabat porque se refiere a Rosh HaShana. El Zohar enseña que cuando el versículo dice: "Ustedes están de pie delante de HaShem "ha-yom" (hoy), se esta refiriendo al día de juicio en a Rosh HaShana.
El Netivot Shalom desarrolla aun mas esta idea. La palabra "nitzavím" (estar parados) no significa estar parados solamente, sino estar parados de manera muy firme. Además, agrega, cuando el versículo más adelante dice que Moshe habló a todo el pueblo de Israel, la palabra "kuljém" (todos ustedes) pareciera ser innecesaria.
El Netivot Shalom explica que, en un nivel más profundo, el versículo nos enseña cómo podemos tener éxito en el juicio que esta por delante en Rosh HaShana, el Dia del Juicio. El consejo que el Netivot Shalom da, se puede resumir en la palabra "kuljém". Si aceptamos nuestra responsabilidad colectiva y somos garantes mutuos, así nos hacemos socios del resto de la nación y tendremos el mérito colectivo y el respaldo de toda la nación. Sólo así podremos estar parados con firmeza delante de HaShem en Rosh HaShana.
Esto explica la famosa declaración de Rabi Akiva: "Ama a tu prójimo como a ti mismo, pues esto es uno de los pilares fundamentales de la Torá". ¿Qué es lo tan único y especial de este fundamento que lo diferencia del resto de los muchos otros que enseñanza la Torá? Él explica que este principio fue lo que determino la fuerza del pueblo judío a lo largo de las generaciones. Sólo conectándose con el resto de la nación uno puede obtener la compasión especial que HaShem, nuestro Padre Celestial, tiene con Sus hijos.
La Yeshivá (lugar de estudio) de Mir había establecido temporalmente su sede en Shanghai cuando tuvo que escaparse de los nazis. Fue una época cargada de constantes peligros y día a día se vivía con temor a desaparecer. En la sinagoga donde la Yeshivá se estableció, algunos jóvenes prefirieron sentarse con sus compañeros de estudio en una salón contiguo menos atestado y mas tranquilo que el salón de estudios principal. Cuando el Rabino Jaim Shmulevitz zt"l se entero de esto, les advirtió muy claramente. "Todo el mundo debe darse cuenta de que toda la Yeshivá está siendo juzgada en el Cielo sólo por el mérito colectivo de todos y cada uno de los alumnos. Cualquier persona que se separa del grupo será juzgada como un individuo y necesitará de una cantidad increíble de méritos personales para salvarse".
Un hombre una vez se acercó a Rab Shalom Shwadron zt"l después de su famoso discurso que daba los viernes por la noche y le conto la siguiente historia que le había sucedido años atrás. (Extraído del libro "The Maggid Speaks" por el Rab Paysach Krohn).
"Apenas después de la Primera Guerra Mundial durante algunos años hubo una relativa libertad para los judíos de Rusia. En esa época estaba involucrado en el negocio de los diamantes y las cosas iban muy bien. Cada mañana estaba en mi oficina a las 8:00 y estaba ocupado con negocios todo el día. Una cierta mañana había decidido ir a mi oficina un poco mas temprano de lo habitual para poder terminar algún trabajo retrasado. Como siempre, llevaba conmigo mi maleta llena de diamantes y joyería. En el camino oí a un hombre gritándome desde una sinagoga pequeña pidiendo a un "tzenter" el décimo hombre para completar al minyan (el quórum necesario para la Tefilá – rezo). Cuando el hombre me vio que me dirigía hacia él, me gritó que entre pues me necesitaban para el minyan.
Al darme cuenta de que estaba más temprano de lo habitual y con tiempo de sobra, resolví ayudar y ser el décimo hombre. Sin embargo, al entrar vi que allí sólo habían otros tres hombres, mientras que el hombre que me había gritado volvía a la puerta y reanudó su búsqueda del un "tzenter".
¡Qué bronca me dio el haber sido embaucado! Fui hacia el hombre en la puerta para quejarme que ni siquiera yo era la quinta persona… "No se preocupe," el hombre grito desde la puerta. "Muchos judíos pasan por aquí y tendremos un minyan inmediatamente".
Tome mi libro y empecé a leer algunos Salmos durante los siguientes diez minutos. Para entonces el hombre sólo había logrado encontrar a una persona más, así es que me levanté para salir. "Por favor," comenzó a suplicarme. "Hoy es yahrtzeit de mi padre (aniversario del fallecimiento) y estoy tratando de reunir un minyan tan rápido como sea posible para por decir Kadish. Por favor quédese". "No puedo quedarme más," protesté. "Debo estar en mi oficina ahora mismo, ya estoy tarde".
Cuando dije esto, el hombre se torno un poco agresivo: ¡"No lo dejo salir! Tengo el yahrtzeit y tengo que decir Kadish. Tan pronto como reúno diez lo dejo salir". Renuentemente regresé a mi libro de salmos, pero cuando otros diez minutos pasaron, sólo había conseguido a dos personas y decidí otra vez abrirme paso hacia la puerta. El hombre me apuntó con su dedo me y dijo: "Si usted fuera el que tiene que decir Kadish por su padre, seguramente querría que yo me quede y yo lo haría. ¡Ahora quiero que usted haga lo mismo por mí!".
Al suplicarme de esa forma me hizo mirar la situación de manera diferente y decidí que, pase lo que pase, me quedaría. A eso de las 8:30 finalmente reunió su minyan. Pensé que él diría un Kadish y nos dejaría ir, pero a mi asombro comenzó desde el principio del servicio matutino. En ese momento me di cuenta que no llegaría a mi oficina hasta después de las 9:00.
Continué esperando hasta que otro hombre entre en la sinagoga y me de permiso para retirarme, pero eso no ocurrió. Me tuve que quedar allí hasta el final de todo el rezo. Cuando termino, nos agradeció profundamente, sirvió unas galletas y bebidas y nos dejó salir.
Cuándo yo y mi maleta llena de joyería estábamos a dos cuadras de mi oficina, un conocido mío vino frenéticamente corriendo hacia mí. "Los bolcheviques asumieron el control del gobierno y varios de ellos entraron y mataron a los judíos en el mercado de diamantes, y están saqueando todo lo que pueden. ¡Corra inmediatamente para salvar su vida".
Me escondí durante algunos días y finalmente pude escapar de Rusia. "Ama a tu prójimo como a ti mismo…", para poder pararse firmemente delante de HaShem en Rosh HaShana.
(Gentileza de www.tora.org.ar)
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