Sé feliz, cúrate – Tzav
El mes de Nisán es un mes de milagros. El mero hecho de ser feliz es en sí mismo una de las pociones curativas más poderosas posibles...
“Esta es la ley de la ofrenda de paz que la persona ofrecerá a Hashem: Si la ofrece como ofrenda de acción de gracias, ofrecerá con la ofrenda de acción de gracias de la fiesta panes sin levadura mezclados con aceite, obleas sin levadura untadas con aceite y panes de harina fina escaldada mezclados con aceite” (7:11-12).
Rabí Natan de Breslev enseña que la ofrenda de acción de gracias es la obligación de todo aquel que es rescatado de una situación difícil o de una enfermedad de dar gracias a Hashem al recuperarse. Los cuatro tipos de situaciones por las que una persona debe dar gracias y decir una bendición especial son: Alguien que viaja a través de un páramo o desierto, alguien que es liberado de prisión, una persona enferma que es sanada, y alguien que viaja a través del mar (o en avión hoy en día).
Todos los diferentes tipos de sufrimiento que experimentamos son el aspecto del exilio de la presencia de Hashem en el mundo (galut haShejiná), porque en todas nuestras penas, Él también siente el dolor. Su presencia está en el exilio con nosotros. La principal expresión del exilio es cuando la tristeza le entra al corazón a la persona, porque todos los deseos negativos surgen a causa de la tristeza. Como resultado de esto, la persona sufre por el hecho de estar lejos de Hashem, lo cual es el exilio. Por lo tanto, cuando Hashem ayuda a alguien a rescatándolo de su dificultad, esa persona necesita traer una ofrenda de agradecimiento.
Hoy en día, cuando no somos capaces de traer esta ofrenda, necesitamos agradecer a Hashem con el corazón lleno, que es el aspecto de la felicidad. La principal expresión de felicidad es cuando la persona agradece a Hashem, porque esta es la principal simjá que experimentaremos en el futuro: “Dad gracias a Hashem con un arpa, con una lira de diez cuerdas haced música para Él” (Salmos, 33:2). También está escrito en otro capítulo de los Salmos: “Salmo de acción de gracias, clamad a Hashem toda la tierra. Servid a Hashem con alegría, venid ante Él con canto alegre” (100:1-2). Al darle las gracias a Hashem cuando salimos de una situación difícil, estamos rectificando la tristeza que nos hizo caer en un estado de sufrimiento. Cuando la persona vive con felicidad, se salva de todo tipo de sufrimiento. Por lo tanto, los Sabios enseñaron que en el futuro, cuando el Templo sea reconstruido, todos los sacrificios serán anulados, excepto la ofrenda de acción de gracias (Likutei Halajot, Leyes de Acción de Gracias, 6ª enseñanza).
Ya sea que esta porción de la Torá caiga en Adar o en Nisán, ¡lo más importante es la felicidad! Oremos por tener simjá (alegría) y tratemos de aumentar la felicidad en nuestras vidas. Una de las afirmaciones más famosas de Rabi Najman es: “Es una gran mitzvá estar siempre feliz”. Hace poco decidí aprender más a fondo esta enseñanza (y la que la precede) sobre la alegría en la segunda parte de Likutei Moharán, las lecciones 23 y 24. Rabi Najman concluye la segunda enseñanza diciendo: “Y el principio general es que la persona necesita superarse y fortalecerse para ser feliz siempre… y hacerse feliz de cualquier manera posible, incluso contando chistes y haciendo alguna tontería”.
Rabí Natan añade en su plegaria basada en esta enseñanza que la principal revelación de santidad y nuestra principal fuente de vida y vitalidad viene a través de la felicidad. Simjá es también un remedio para todo tipo de enfermedades y dolores. Así de importante y vital es para nuestras vidas. Rabí Natan nos enseña de esta porción que al ser conscientes de todas las bendiciones y todas las cosas buenas que tenemos en la vida, y al darle las gracias a Hashem y concentrarnos en ellos, podemos aumentar nuestra felicidad y salvarnos del sufrimiento. También debemos agradecer a Hashem todas las veces que nos ha ayudado en situaciones difíciles. Este es un consejo adicional para llevarnos a un estado de felicidad.
Rabí Natan escribe en una hermosa plegaria sobre Purim en su libro Likutei Tefilot, su libro de rezos, que el milagro de Purim fue mayor que todos los demás milagros que hemos experimentado como pueblo.
El nombre del nombre hebreo del mes de Nisán proviene de la palabra nes – milagro. Este es un mes de milagros, pero también es un mes para alegrarse y apreciar todos los milagros y maravillas que Hashem hace por nosotros, día tras día. Gracias por cada aliento, gracias por cada bocado de comida, gracias por mi salud… ¡gracias por todo!
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