La tienda de una mujer – Terumá

¿Cómo podemos atraer todas las bendiciones a nuestro hogar?

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Rabanit Jana Braja Seigelbaum

Posteado en 13.02.24

El Maharal explica que la mujer judía merece las bendiciones de la tienda de Sara a través del cumplimiento de las mitzvot especiales designadas para las mujeres…

UN SANTUARIO PERSONAL

“Que me hagan un santuario para que Yo habite en ellos” (Shemot 25:8). El Rabino Yaacov Yosef de Polnaya señala que, puesto que las seiscientas trece mitzvot son eternas, uno debe ser capaz de cumplirlas en cualquier época. El versículo “que Me hagan un santuario”, por lo tanto, da lugar a la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible cumplir la mitzvá de construir el Templo en nuestra época? El rabino responde que, puesto que cada persona es un pequeño mundo, cada uno de nosotros puede construir un santuario dentro de su corazón para que habite la Presencia Divina. De esta manera, se puede cumplir la continuación del versículo: “que Yo habite en ellos”.

EL HOGAR JUDÍO – UN SANTUARIO EN MINIATURA

Si nuestro corazón puede ser la morada de la Presencia Divina, ciertamente el hogar judío puede ser comparado con el Templo, pues es sabido que el hogar judío es llamado un “mikdash meat” (un santuario en miniatura). Puesto que la mujer es la jefa de su hogar, se la puede comparar con el Kohen Gadol (Sumo Sacerdote) y sus tareas domésticas con su Servicio Divino. Al igual que el Kohen Gadol enciende la menorá en el Beit HaMikdash (Templo), la mujer enciende las velas del Shabat en su casa. El pan que hornea es como el pan de la proposición en el Templo. La comida que cocina es como un korban (sacrificio) y la mesa que pone es un mizbeaj (altar). Su objetivo es impregnar su hogar de espiritualidad y temor a Di-s. De la misma manera que el Kohen Gadol hace que la Shejiná habite en el mundo, la mujer invita a la Shejiná a entrar en su casa. Al igual que el Kohen Gadol no es inferior al rey, la mujer no es inferior a su marido. Se completan el uno al otro, desempeñando cada uno su función vital.

COMO LA TIENDA DE SARA

En Parashat Jaiei Sara aprendemos que Itzjak llevó a Rivká a la tienda de su madre Sara (Bereshit 24:67). Rashi explica que “la tienda de Sara” era única en tres sentidos: “Mientras Sara vivía, había una luz ardiendo en la tienda de una víspera de Shabat a la siguiente, siempre había una bendición en la masa y una nube estaba siempre colgando sobre la tienda. Desde su muerte, sin embargo, todo esto había cesado. Cuando llegó Rivka, estas señales eaparecieron”. Así, vemos que el Mishkan (Tabernáculo) está modelado según el hogar de Sara Imenu (nuestra madre). La luz eterna de la menorá corresponde a la luz que ardía en su tienda, y el pan de la proposición, que permanecía fresco y caliente de un Shabat a otro, se asemeja a la bendición de su masa. La nube de gloria que pendía sobre la tienda de Sara es la misma nube que “cubría la tienda designada, y la gloria de Hashem llenaba la morada” (Shemot 40:34). Estas cualidades especiales del hogar judío fueron heredadas por Rivka. Ella las transmitió a la cadena de futuras mujeres judías. Recibir esta genética espiritual nos permite entrar en la tienda de Sara y transformar nuestro hogar en una morada para la presencia femenina de Dios (Shejiná).

LAS VIRTUDES DE UNA MUJER JUDÍA

El Maharal explica que la mujer judía merece las bendiciones de la tienda de Sara a través de su cumplimiento de las mitzvot especiales designadas para las mujeres. La brajá en la masa corresponde a la mitzvá de tomar jalá, (ofrenda de masa de pan) la nube de la Shejiná de Hashem, a la mitzvá de taharat ha-mishpajá, (pureza familiar) ya que la tahará (pureza) conduce a Ruaj ha Kodesh, (inspiración Divina). La luz encendida corresponde a la mitzvá de encender las velas del Shabat. Según Yafet Toar, además de tener el mérito de cumplir las mitzvot especiales designadas para las mujeres, estas bendiciones nos enseñan las virtudes a las que debe aspirar toda mujer judía. La bendición de la masa se produce cuando la mujer se ocupa de las necesidades de su hogar y vela por sus pertenencias, como está escrito: “Ella mira bien los caminos de su casa” (Mishlei 31:27). Mantener la calma y la paz, evitar las peleas y la tensión hacen que la vela, símbolo de la paz, arda infinitamente. La luz de la vela es también un símbolo del estudio de la Torá, tal como se afirma: “Porque la mitzvá es una vela, y la Torá es luz” (Mishlei 6:23). Por esta razón, cuando encendemos las velas del Shabat, es costumbre rezar por los niños, que iluminarán el mundo con su Torá.

QUERUBINES CON CARA DE NIÑO

“Harás dos querubines de oro…” (Shemot 25:18). Los querubines simbolizan a nuestros hijos pequeños, tal como explica Rashi: “Tenían la forma de la cara de un niño”. Al igual que los querubines estaban unidos al Arca Sagrada que contenía las Tablas de la Ley, debemos asegurarnos de que nuestros pequeños sean educados para apegarse a la Torá. El Rabino Meir Shapira explica que los utensilios del santuario podían estar hechos de cualquier metal, si no se encontraba oro. Sin embargo, los querubines debían ser de oro puro. Esto nos enseña que, cuando se trata de un asunto tan importante como la educación de los hijos, no es aceptable ningún compromiso. Estamos obligados a darles siempre lo mejor, ya que su estudio de la Torá vale mucho más que el oro.

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