No me merezco tanta bondad

Toda aquella persona que adopta el hábito de agradecer por lo material, por lo espiritual (por cada fortalecimiento, por cada estudio, por cada agradecimiento, por cada plegaria), no sólo que no se siente “con derecho” a nada por el hecho de haber rezado, sino que ahora se siente todavía más en deuda con el Creador.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 16.04.23

Toda aquella persona que adopta el hábito de agradecer por lo material, por lo espiritual (por cada fortalecimiento, por cada estudio, por cada agradecimiento, por cada plegaria), no sólo que no se siente “con derecho” a nada por el hecho de haber rezado, sino que ahora se siente todavía más en deuda con el Creador. Porque incluso el sacrificio que hizo para rezar con todas sus fuerzas es únicamente gracias a que Hashem se apiadó de él y le dio el mérito de rezar. ¿Acaso esta persona puede decir: “¡Hashem, mira todo el esfuerzo que hice por Ti!” ? ¡No! ¡Al contrario! Esta persona siente vergüenza y dice: “Hashem, ¡cuántas cosas hiciste por mí! ¡Cuántos méritos me concedes a cada instante! ¡Cuánta gratitud Te debo aún!”.

Igualmente cuando estudia Torá o le enseña Torá a otra persona, no se siente más “importante” por eso, sino que se siente “menos importante”. De esta manera, cada persona puede llegar a este nivel de no sentir soberbia por nada de lo que hace, y de dar las gracias a Hashem por todo, pidiéndole siempre a Él regalos gratuitos que no siente que se merece.

A fin de ilustrar la gravedad de esta falta, incluso tratándose de grandes tzadikim, vamos a citar las palabras de la Guemará acerca de Nehemías.

Nehemías era un importante ministro en el palacio del Rey de Babilonia y era admirado y respetado por todos. En Babilonia la situación en términos generales para los judíos y la comunidad de la Torá era muy buena. Por el contrario, en la Tierra de Israel, la situación económica era muy difícil y además los enemigos no los dejaban en paz. Desde el punto de vista espiritual, la situación tampoco era fácil y Nehemías actuó con abnegación y ascendió a la Tierra de Israel y llegó a liderar a la nación judía y rectificar todo lo relacionado con el cumplimiento de la Torá y la construcción del Templo Sagrado. O sea que realmente tenía méritos enormes.

El libro llamado “Ezra y Nehemías” fue escrito en su mayor parte por Nehemías, y en la época de la Guemará, el libro se llamaba solamente “Ezra” y por eso la Guemará pregunta: ¿Por qué su libro no se llamó como él sino como Ezra el escriba? Y la misma Guemará responde algo estremecedor: “Porque se adjudicó el mérito a sí mismo” y dijo algo así como: “Mira todo lo que he hecho por el Pueblo de Israel y que se me considere como una virtud y un mérito”. ¡Y por eso fue castigado!

O sea que este gran tzadik, que tuvo el mérito de escribir uno de los veinticuatro libros del Tanaj (Biblia) y que verdaderamente hizo muchísimo por el Pueblo de Israel y tuvo méritos increíbles, fue castigado por haberse “apropiado”, por así decirlo, de sus méritos. ¿Saben por qué? Porque nada de lo que tenemos realmente nos pertenece, sino que es todo un regalo del Cielo.

No se trata de un “pequeño error”, sino que Hashem fue estricto con él en conformidad con su nivel de piedad y por eso fue castigado.

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1. Angelica

4/16/2023

Gracias por la enseñanza. Shalom!! 🥰

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