Señales de tránsito

La persona a la que le falta emuná se equivoca, pero en el momento en que la persona retorna a la emuná, y cuando da las gracias, se salva de inmediato

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Posteado en 30.07.23

La persona a la que le falta emuná se equivoca, pero en el momento en que la persona retorna a la emuná, y cuando da las gracias, se salva de inmediato, porque Hashem ve que está volviendo al buen camino y está conectándose con el objetivo de su creación y su principal rectificación.

Todo el que vaya por este camino sin lugar a duda logrará rectificar todo lo que necesite. La persona que no tiene emuná recibe su castigo ya en este mundo porque sufre. Y viceversa, la persona que tiene emuná recibe su recompensa ya en este mundo, porque vive feliz y no sufre.

¿Y saben por qué?

Porque tanto el castigo como la recompensa son señales de tránsito, que conducen a la persona rumbo a su objetivo final, indicándole por dónde debe ir. Hashem quiere que cada persona alcance su objetivo final, que es la emuná, y es conectarse con Él y por eso cuando uno va por el camino de la emuná, la vida es tranquila y placentera, tal como enseña el Rey David: “Él me conduce por aguas tranquilas”.

Pero cuando la persona se aparte del buen camino, de inmediato lo acometen las aflicciones, que son señales de amor que le envía Hashem para mostrarle que se ha desviado del camino

Pero cuando la persona se aparta del buen camino, de inmediato lo acometen las aflicciones, que son señales de amor que le envía Hashem para mostrarle que se ha desviado del camino de la emuná y para inducirlo a retornar al buen camino y no se aleje más.

Pero si uno hace caso omiso de dichas señales y no entiende los indicios, y continúa yendo por el mal camino, está “dándoles una patada” a los sufrimientos y entonces estos no hacen más que incrementarse, como yo siempre digo: “O emuná o un infierno”.

Es que sin emuná, la vida se pasa la vida quejándose de los problemas y vive en un infierno. Pero cuando uno tiene emuná, acepta todo lo que le pasa con amor y mitiga todos los malos decretos y por eso vive en un paraíso. Por lo tanto, el peor problema es no tener emuná y al tener emuná completa, uno alcanza la rectificación completa y anula por completo todo el mal.

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