Cuando los padres envidian a sus hijos

Un padre me escribió que siente envidia de sus hijos.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 09.11.23

Un padre me escribió que siente envidia de sus hijos. Me contó que él mismo se crio en un hogar religioso, en una familia de eruditos de la Torá y estudió en talmudei Torá y en excelentes yeshivot de las más selectas que existen pero, a pesar de eso, jamás le enseñaron a darle las gracias con total inocencia a Hashem y vivir la emuná de una manera semejante. Hoy, este padre ve cómo sus hijos escuchan otra clase de enseñanzas, que les dan vitalidad y luz a sus vidas. Estos niños viven con todo su ser estas enseñanzas y aprenden a usar conceptos tales como “Hashem me ama”, “Hashem está orgulloso de mí”, y saben dar las gracias y vivir la emuná incluso cuando están pasando por momentos difíciles. Este padre me dijo: “Ojalá yo también hubiese transitado este mismo camino cuando era pequeño. Si hubiese conocido estas enseñanzas en ese entonces, entonces las pruebas que tuve que enfrentar en la vida, estoy seguro de que las habría enfrentado de una manera mucho más fácil, lleno de emuná y de alegría, y habría alcanzado grandes salvaciones. Y quién sabe adónde habría llegado…”.

A propósito, me gustaría mencionar un consejo acerca de cómo infundirles a nuestros hijos el camino de la gratitud.

Lo primero que hace falta, por supuesto, es que los padres mismos practiquen ellos mismos estas enseñanzas. Que ellos mismos den las gracias por cada cosa que enfrentan. Porque si ustedes, como padres, Le dan las gracias a Hashem y se dan las gracias el uno al otro, los hijos van a “mamarlo”. Pero si ustedes, como padres, se quejan todo el tiempo y se lamentan, y no aceptan con emuná y con alegría todo lo que les pasa, entonces ¿cómo pretenden enseñarles a sus hijos algo que ustedes mismos no practican?

También les recomiendo de todo corazón que consigan los libros “En el jardín de la fe para gente joven” y “Un regalo llamado Gracias”, que ahora ya están publicados en idioma español.

Además, ustedes, como padres, pueden contarles historias del libro En el jardín de los milagros que se adapten a su edad. Y sería bueno que ustedes mismos cuenten todo el tiempo historias de agradecimiento.

Otro consejo que quisiera darles es contar historias de Supervisión Individual Divina, también llamada “Providencia Divina”, que demuestran cómo Hashem participa en cada detalle de nuestras vidas y cómo cosas que parecían terribles, resultaron ser una bendición. De hecho, muchas de las historias de la Torá son historias como estas. Y probablemente, la historia más conocida sea la historia de la Meguilat Ester, que se cuenta en Purim.

Todas estas historias son muy importantes para la educación infantil y también para el fortalecimiento espiritual de los adultos. La mejor manera de transmitir mensajes es contando cuentos. Y es muy importante que les expliquen a sus hijos la moraleja de cada cuento:

“¿Ves, querido? Al principio esto parecía una cosa terrible, pero al final, vemos que todo era para bien. O sea que hay que dar las gracias por todo, porque de hecho uno no es capaz de entender realmente qué es bueno y qué no lo es. Nosotros solamente tenemos fe en que Hashem hace todo para bien y por eso podemos dar las gracias incluso por lo que parece malo”. De esta manera, los hijos aprenden a darle las gracias a Hashem por todo, incluso cuando no entienden qué tiene de bueno algo que parece tan malo.

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