El Rabino Yaakov Yosef zt”l

El pueblo judío ha perdido a uno de sus más poderosos gigantes: hace unos días, el viernes 12 de abril a las 3.30 de la tarde, Rabí Yaakov Yosef, de bendita y sagrada memoria, retornó su alma pura a su Creador…

El pueblo judío ha perdido a uno de sus más poderosos gigantes: hace unos días, el viernes 12 de abril a las 3.30 de la tarde, apenas tres horas antes del inicio del Shabat, Rabí Yaakov Yosef, de bendita y sagrada memoria, retornó su alma pura a su Creador. Sucumbió a la batalla contra el cáncer que finalmente logró dominarlo a la temprana edad de 66 años. Hasta hace dos semanas y media, Rabí Yaakov todavía dio su clase de Torá semanal en la Sinagoga Borojov en Jerusalén. Él era el director de la Yeshivá Jazón Yaakov (que lleva el nombre de su abuelo) y el rabino del barrio de Givat Moshé en Jerusalén. Rabí Yaakov era el segundo hijo de nuestro reverenciado líder espiritual Rabí Ovadia Yosef shlit”a, y su primer hijo varón.

Rabí Yaakov fue un gigante monumental en el estudio de la Torá, y aun así, absolutamente humilde. Siempre esquivó la publicidad y viajaba de un lugar a otro en autobuses públicos. Fue miembro de la Kneset desde 1984 hasta 1988, en representación del Partido Shas, prácticamente forzado a hacerlo. Pero no le gustaba la política y después de un solo período de servicio, regresó full-time al estudio de la Torá. Siempre estaba accesible, y respondía las preguntas de cada persona que lo consultaba. Rabí Reuven Elbaz, shlit”a, director de la Yeshivá Or HaJaim y ex compañero de estudios suyo, dijo que la diligencia de Rabí Yaakov en la Torá era simplemente fenomenal: él era capaz de estudiar durante varias horas sin interrupción, y sin siquiera levantar la cabeza del texto.

No le temía a nadie y hasta fue arrestado cuando le dio su aprobación al controversial libro “La Torá del Rey”, escrito por Rabí Itzjak Shapira de Itzhar. Rabí Yaakov también luchó contra lo que pensaba que eran prácticas discriminatorias en las escuelas religiosas.

El Rabino Principal ashkenazí, Rabí Yona Metzger, caratuló la muerte de Rabí Yaakov como “una gran pérdida para el pueblo judío, la Tierra de Israel y el mundo de la halajá y la jurisprudencia sefaradí”.

El Rabino Metzger dijo que el amor de Rabí Yaakov por la tierra era inmenso y que sentía un gran dolor por cada metro de la Tierra de Israel que era devuelto [a los palestinos], como si se tratara de un preciado diamante perdido”.

Poco antes de morir, Rabí Yaakov convocó a su querido amigo, el kabalista Rabí Yaakov Ades, shlit”a, y le imploró que le transmitiera al mundo sus últimos dos mensajes:
 

1. “Diles a los colonos (en Judea y Samaria) que los amo, pero diles que dejen de enviar a sus hijas al Sherut Leumí (Servicio Nacional).
2. “En cuestiones de educación religiosa, no lleven los casos a la corte civil” (en otras palabras: la comunidad religiosa debería arreglar sus diferencias sin intervención externa).

Breslev Israel llora esta tremenda pérdida que ha sufrido el Pueblo Judío y ora para que el alma pura de Rabí Yaakov Yosef interceda por nosotros ante el Trono Celestial. ¡Amén!
 
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