¿Pavo Real o Buitre? – Parashat Toldot

Esav es un enigma - por un lado actúa como una persona cortés pero por el otro es un asesino. Qué lección aprende de él la historia mundial?

3 Tiempo de lectura

Rabino Lazer Brody

Posteado en 08.11.21

 “Te ruego viertas este guiso rojo dentro de mi garganta” (Génesis 25:30)

 Jacob cocinó un guiso rojo de lentejas, que es una de las clases de comidas de luto que suelen comer los dolientes. ¿Y por qué? Rashi explica que ese mismo día había fallecido Abraham, el abuelo de Jacob, cinco años antes de tiempo, para que no pudiera ver las terribles transgresiones que cometió Esav en aquel día.

El pedido de Esav a Jacob demuestra una total falta de congruencia. Desde un punto de vista, él habla en forma burda pero desde el otro punto de vista, el antecede su burdo pedido diciendo una expresión cortés: “te ruego”.

La verdad es que no esperaríamos de alguien tan vulgar como Esav hablar con cortesía. Esav es un asesino capaz de matar a gente para saciar sus apetitos animales. Pero debemos recordar también que Esav era un consumado actor, que vestía sus mejores galas para servirle la cena a su padre. Por supuesto que su respeto por los ancianos era artificial, un mero show, porque detrás de sus espaldas, él hablaba de ellos con desdén..

El texto original hebreo revela algunos secretos muy profundos acerca de Esav y su verdadero carácter, características que se revelarían en sus descendientes para detrimento de toda la humanidad, y en especial, el pueblo judío. Haliteni na min ha-adom – te ruego viertas esto rojo… las iniciales de las primeras tres palabras de este pasaje son las letras hebreas hei, nun y mem, que si las reordenamos, forman las letras de Haman, que era un descendiente directo de Esav. Igual que los Nazis.

La Guemará en el Tratado Meguilá se refiere a Alemania como “Alemania de Edom”, y los edomitas son los descendientes de Esav. Su nombre proviene del hebreo adom, que alude tanto al  pelo rojo de Esav como a las lentejas rojas que comió.

Una observación atenta de la Alemania nazi revela el gran grado en el que siguieron los pasos de su ancestro Esav. Esav dice “por favor, te ruego” antes de comportarse como una bestia y hacer bajar la comida por su garganta. Los nazis, por su parte, alcanzaron el más alto nivel de ciencia y tecnología de su época.  Ellos adoraban la música y las artes. Y en su sociedad se veneraba el orden. Tenían estrictas leyes en contra de crueldad contra los animales, y si una persona era descubierta pateando a un perro, la mandaban a la cárcel. Sus calles estaban siempre impecablemente limpias.

Pero tal como sucedió con Esav, la etiqueta y la cultura nazi no eran más que una capa superficial. Eran buitres disfrazados de pavos reales. La gula fue, y sigue siendo, un pasatiempo nacional, tal como lo demuestran las bierfests, los periódicos festivales de cerveza que se llevan a cabo en todo el país. Después de unas cuantas cervezas, el buitre se olvida por completo de la etiqueta del pavo real…

La civilización se pregunta cómo es posible que una de las naciones más cultas y más educadas se haya transformado de la noche a la mañana en un grupo de sadistas que construyó la infame maquinaria de muerte más notoria de toda la historia mundial. Y la respuesta es muy sencilla – y está aludida en el pasaje citado. La cultura y la etiqueta de Esav eran solamente superficiales. Ni él ni sus hijos aceptaron las Siete Leyes Noájidas, que constituyen la base de la decencia humana. Además, Esav no tiene Torá y no aprende ética. Sus únicos objetivos son el poder, el dinero y la satisfacción de los apetitos físicos. El refinamiento de carácter y la automejora no forman parte de su agenda.

Ahora podemos entender por qué, tal como nos enseñan nuestros Sabios, Esav siempre va a odiar a Jacob. Esav piensa que él no tiene ningún problema… hasta que ve a Jacob. Esav usa la ropa más de moda, maneja un Audi o un Mercedes y recibe un sueldo de siete dígitos, además de ser un capo en su profesión. Para Esav, el cuerpo es el objetivo en sí mismo. Para Jacob, el cuerpo no es más que un vehículo para servir a Hashem.

Comparemos la forma en que comen Esav  y Jacob. Esav quiere comer como un camello y se emborracha hasta quedarse flotando en los vapores del  alcohol.

Por su parte, Jacob se lava las manos antes de comer y pronuncia una bendición. Antes de comer el primer bocado de pan, se sienta a la mesa y pronuncia otra bendición. Luego come el pan con absoluta compostura y aleja el plato antes de estar completamente saciado .Luego pronuncia una bendición final por la comida. Jacob  con su Torá, con su elevado nivel moral, con su emuná y con su refinado carácter es una refulgente luz comparado con Esav, que es una fachada de respetabilidad pero por debajo oculta a la persona más cruel, más despiadada.

Esav y Jacob eran mellizos. La Torá y su ética son lo que los hace diferentes. Aquel que elige el sendero de la Torá y del servicio de Hashem está eligiendo el sendero de Jacob. Y el que elige el camino de la gratificación corporal está siguiendo el camino de Esav. La decisión depende de cada uno.

 

Escribe tu opinión!

1. Aideth

11/20/2020

Muy buena enseñanza, esto me ayuda a identificarme más mi personalidad

2. D

12/05/2019

3. ELBA I Navarro Taboada

12/02/2019

EXCELENTE : MUY BUENA DEFINICION: LA separacion de la herencia genealogica es muy bien definida,se podría decir hasta este tiempo de los acontecimientos postreros de la humanidad.Siempre en el transcurir de la historia hubotiempos muy bien definidos de la herencia de los Esav. Me encanto su punto de vista a traves de la historia. Muchas Bendiciones de lo Alto sobre su vida Rab. Con mucho respecto SHALOM ALEIJEIM.

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Comentarios cerrados.