No te vengas abajo!

Si en algún momento sientes que te caíste en el pozo, ese es Hashem diciéndote que estás listo para ascender a un nivel superior.

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David Perlow

Posteado en 04.04.21

Ahora que ya pasaron las fiestas y hemos vivido una elevación espiritual es momento de que nos aseguremos de no perder esta sensación tan especial. Pero ¿cómo? A menudo experimentamos una sensación de paz y elevación espiritual – es la tercera comida del Shabat, el sol está por ponerse y acabas de cantar las canciones de Shabat con tu familia. Estás disfrutando de cada momento y sientes que siempre vas a tener esa maravillosa sensación. En este momento entiendes el significado de la emuná y sabes cómo implementarlos en tu vida personal.

 

Pero entonces BUM!! Te fijas en el reloj y te das cuenta de que ya es muy tarde. Te perdiste el minián (quórum) de la sinagoga y todavía no lavaste el piso y no lavaste los platos tal como le prometiste a tu esposa. De repente se te pone a prueba: los niños no quieren irse a dormir, hay que sacar la basura y ya empiezas a sentir la larga semana que te espera. Y todavía no comiste la cuarta comida para despedir al Shabat. ¿Te suena familiar?

 

Lo más probable es que, si te ocurre esto, Hashem te ame mucho. Porque solamente los mejores son puestos a prueba. Todos nuestros antepasados y nuestros más grandes tzadikim del pasado hasta el presente han tenido que enfrentar desafíos en la vida. Nadie que se eleve realmente en la Torá tiene una vida fácil toda su vida. Así que recuerda: si en algún momento sientes que bajas de tu elevación espiritual y sientes que te caíste en el pozo, ese es Hashem diciéndote que estás listo para ascender a un nivel superior. La pregunta es cómo puedes manejar el estrés. Cómo puedes retornar a esa sensación de elevación….

 

Tenemos que tomar una decisión de anhelo. Que no importa cuánto caigas, te lo vas a tomar “con soda”. Como dice el Rey Salomón en Proverbios: “Siete veces cae el tzadik y se levanta” – únicamente aquel que cayó siete veces puede llamarse tzadik. O sea que únicamente aquel que es puesto a prueba y a veces fracasa puede llegar a ser una persona exitosa.

 

Nadie se vuelve un Moisés de la noche a la mañana. Hace falta toda una vida, pero no tengas miedo. Piensa en tu crecimiento, no en términos de tu objetivo sino en términos de tu paulatino adelanto diario.

 

Por ejemplo, este mes de Elul que pasó, tuve muchas pruebas con el tema del enojo. Por poco me mata una motocicleta mientras iba en bicicleta por la calle y muchos de mis alumnos me faltaron terriblemente el respeto. En síntesis: no logré ser lo que se dice “el Sr. Tranquilo”, y me dio mucha vergüenza la forma en que actué y las palabras que usé. Pero lo importante es que me puse triste ni me perseguí a mí mismo. ¿Por qué? Dos respuestas: En el Jardín de la Fe e hitbodedut. Con este libro y esta técnica de meditación uno aprende a mirar sus defectos (todos los tenemos) y trabajar con ellos de manera productiva a través de la automejora y la plegaria personal. Te reúnes contigo mismo una hora y simplemente eres sincero con Dios acerca de tus errores y Le cuentas de las cosas que lamentas que hiciste. Y después sigues con tu vida. De hecho, al final de nuestras sesiones de plegaria personal, decimos: “Ahora declaro un nuevo comienzo y a partir del día de hoy, me apego a Ti, mi querido Padre!”.

 

Eso es! Hay que seguir adelante con la vida. Basta de rumiar las desgracias pasadas y andar con cara mustia. Como dice el Rabino Lazer Brody: “hay que adoptar la actitud del editor de la redacción de un periódico”. Siempre pasan cosas nuevas y las noticias de ayer ya no tienen relevancia. ¡Enfócate en tus virtudes y tus rasgos positivos!

 

TAREA PARA EL HOGAR: Ok, entonces no se olviden de conservar los niveles que alcanzamos en los buenos momentos. Primero que nada, algo que me dijeron mis Rabinos es que tenga un diario. Un diario en el que pueda compartir mis vivencias de crecimiento en el judaísmo. Cuéntale al diario lo que te cuesta, lo que te duele, lo que te va bien y cómo te parece que te va a ir mejor. Cada Shabat, o cada nuevo mes, repasa y fíjate en qué ámbitos creciste. No lo vas a poder creer. De repente vas a ver que todos tus momentos de elevación no son solamente un recuerdo en tu memoria sino un tesoro eterno para todas las generaciones por venir.

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