Quién pierde en 2016?

El tiempo es dinero.

En realidad, el tiempo es muchísimo más valioso que el dinero. Podemos gastar unos cuantos dólares en una comida acá o allá, pero en la vida jamás se puede desperdiciar un momento. Sin embargo, la Mala Inclinación tiene muchas formas ingeniosas de hacernos perder el tiempo.

Si bien todavía faltan varios meses para las elecciones de 2016, yo ya puedo anticipar quién va a perder:

Yo.

Estoy obsesionado con las elecciones. Tal vez se deba a que disfruto tanto de ver a alguien atacando ferozmente a uno de los peores enemigos de Israel: los medios de comunicación. Tal vez porque el mundo se está acercando a uno de esos momentos peligrosos en la historia en que la perspectiva de un total caos está volviéndose demasiado real.

Para ser franco, tal vez se deba a que el enfoque se volvió un teatro político, como una especie de telenovela en la que me muero por saber lo que ocurrirá en el próximo episodio.

La Mala Inclinación se anotó un buen punto conmigo. Durante los pasados dos meses, no existía la sorpresa acerca de quiénes serían los candidatos. Siempre supimos  que iba a ser una competencia feroz, con encuestas oscilando entre ambos candidatos.

Sabemos todo lo que hay que saber hasta que llega el Día de las Elecciones.

Aun así, desperdicié los dos últimos meses pasándome una hora por día leyendo los artículos de las noticias que jamás decían nada nuevo. Eso equivale a 50 horas que le di al Otro Lado.

El único artículo con noticias reales será publicado el miércoles 9 de noviembre declarando al vencedor. Todo lo que pase en el medio es una pérdida de tiempo.

Entonces cómo fue que perdí las elecciones de 2016?

Hagamos unos cuantos cálculos. Si ya desperdicié 50 horas en los últimos dos meses, a este ritmo, voy a perder un total de 150 horas en este ciclo de elección. Tal vez pueda encontrar alguna información acerca de los yernos judíos de ambos candidatos, pero comparémoslo con lo que NO voy a estudiar:

En un lapso de 150 horas, o apenas una hora por día durante medio año, yo puedo:

• Leer el Pórtico de la confianza 25 veces.
• Estudiar 3 Tratados de la Guemará en una clase de Daf Iomi
• Completar la mayoría de los libros del Rabino Shalom Arush en inglés
• Estudiar con mis hijos durante todo el año escolar
• Aprender hebreo a nivel profesional para facilitar la adaptación.

Y saben qué es lo peor de todo? Que yo no voto. Yo vivo en Israel.

Entonces qué les parece que me conviene elegir?