El Príncipe Azul

Ricardo tiene un grave problema en su matrimonio y está desesperado. Ya está al borde del divorcio. Ricardo consulta a Rajeli...

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Rajeli Reckles

Posteado en 08.11.21

Querida Rajeli:

 

Durante estos últimos meses, mi mujer sin ningún motivo ha perdido interés en tener intimidad conmigo. Ella se resiste a mis insinuaciones y dejó de ir a la mikve (baño ritual) en más de una ocasión. Como resultado, ahora cargo con la culpa de profanar el pacto y me siento terrible. Pero ¿qué puedo hacer? Soy un hombre y tengo mis necesidades. No puedo seguir así mucho tiempo más. La tensión está arruinando nuestro matrimonio. ¡Socorro!

 

Ricardo

 

Estimado Ricardo:

 

Yo no soy hombre, pero estoy convencida de que lo fui en una vida pasada, así que tengo un poco de entendimiento residual de lo que estás pasando. Creeme que te entiendo. Los deseos físicos son sin lugar a dudas los más difíciles de resistir. Es increíble lo diferentes que son las necesidades del hombre y de la mujer. Mientras que el hombre tiene una necesidad biológica de tener intimidad cada tres minutos, las mujeres tienen una necesidad biológica de comprarse algo nuevo cada tres minutos.

 

Gracias a Dios, nosotras somos capaces de resistir esas necesidades la mayor parte del tiempo, excepto cuando nuestro querido marido se va de viaje, que es cuando tenemos una compulsión a comprar todo lo que pueda caber en dos (o tres) valijas. Pero cuando pasamos un período prolongado sin que se satisfagan esas necesidades, podemos llegar a hacer cosas que sabemos que no deberíamos, pero que no podemos evitar hacerlas.

 

Así que, primero lo primero, no te persigas! Eres un ser humano (me parece…) y los seres humanos hacen toda clase de estupideces. ¡Está todo bien! La teshuvá sirve para arreglar todo. Hasta que resuelvas el problema con tu esposa, te sugeriría que hagas 30 minutos de plegaria personal por día pidiéndole a Hashem que te ayude a superar tus deseos físicos.

 

Ahora pasemos al tema de la relación con tu mujer. Ella se resiste “sin motivos”. Acá anda algo mal, Ricardo. La mujer, si bien no es de sangre tan caliente como el hombre, por lo general responde a las insinuaciones cariñosas de su marido, a menos que ella esté muy cansada, tenga hambre, esté dando de mamar, esté embarazada, acabe de dar a luz, esté sobrecargada de trabajo, tenga un millón de cosas en la cabeza, esté doblando la ropa, o esté soñando con tirarse a tomar sol en una fantástica playa caribeña. De modo tal que su renuencia repentina es muy significativa.

 

 

Ricardo: tienes que hacer una seria auto-evaluación. Pregúntate, por ejemplo, qué tal eres como marido, cómo te comportas cuando estás con ella, eres agradable, qué tal tu temperamento, acaso la criticas, acaso tratas de tener una conversación agradable con ella, te muestras interesado en cómo le fue este día, ella puede hablar contigo de las cosas que le molestan, le das gracias por todo el esfuerzo que hace por mantener la casa y la familia, tratas de ayudarla cuando estás en casa, o la ignoras y te sientas a ver televisión o a jugar con el teléfono. Si tienen hijos, eres un buen padre, un padre cariñoso, atento, dedicado?

 

Yo te puedo decir que, como mujer, no hay nada que te aleje más de tu marido que el hecho de que él no muestre interés en mí, que no me elogie, que no me dé su atención, que no se esfuerce un cien por ciento por estar conmigo. Y tengo que decirte que no soy la única. Nosotras las mujeres no sólo queremos sentirnos la número uno, sino que queremos sentir que no existe una número dos. Si olfateamos siquiera la más mínima falta de atención, nos ponemos en modalidad “de cierre” y entonces dile adiós a la intimidad…

 

También tienes que descartar cualquier asunto personal que ella esté pasando y que no te haya contado como por ejemplo estrés en el trabajo o con alguna amiga. El estrés es un asesino del romance, por si no lo sabes. Si la situación es relativamente normal entonces tengo algunas otras sugerencias: lee mis artículos acá en Breslev.co.il, donde vas a aprender la regla de las tres A: atención, aprecio, afecto. Segundo, contactate con alguno de nuestros terapeutas de emuná: el Dr. Ballen o la Rabanit Yehudit Channen. Yo creo que cada persona necesita una forma de expresar sus sentimientos y frustraciones sin temor a que lo juzguen y lo que es principal, que sea un terapeuta experto. . Tercero, lee En el Jardín de la Paz, que es la mejor guía matrimonial para hombres.

 

Ricardo, en una palabra: tienes que hacer todo lo posible por llegar a ser el Príncipe Azul. Tienes que ser el marido con el que tu mujer soñó con casarse. Eso significa que tienes que ser romántico, apasionado, considerado, acicalado, con buenos modales, dulce, y sin exigencias. ¿Entiendes a lo que me refiero? Haz que ella se sienta como una princesa y con la ayuda de Dios ella te va a hacer sentir como un rey!

 

Con afecto

 

Rajeli