Respetar al otro

Hay cosas que se aprenden de los libros. Pero la lección que les voy a contar ahora se aprende en la universidad de la vida. Yo conocí a personas que estaban muy lejos de la observancia de la Torá, pero eran muy buenas personas, que sentían respeto por los demás. Ellos viven una vida feliz.

Por el contrario, están aquellos que tienen aspecto de ser observantes, pero que también dañan a los demás. Estas personas viven una vida muy desagradable y muy difícil. La gente que tiene una vida feliz es aquella que respeta a los demás. Cuanto mejores son los rasgos de carácter del individuo, más en armonía está con los que lo rodean. Esas personas se ganan el amor de los demás y vive una vida gratificante.

Mucha gente comete el error de pensar que los aspectos más importantes de la Torá son la observancia del Shabat, de las leyes de Kashrut y el cumplimiento preciso de las mitzvot. Pero en realidad eso es solamente parte de lo que significa “hacer teshuvá”. La mayor parte trata de aquellas mitzvot que tienen que ver con la persona y su prójimo y de corregir el daño que uno le causa al otro. Mucha gente se olvida de esto. Pero si no se hace esto, entonces uno se olvidó de lo más importante.

Yo vi con mis propios ojos cómo las personas que pidieron perdón a todos aquellos a los que les habían hecho daño, vieron grandes milagros. Hay alguien muy famoso que leyó En el Jardín de la Fe y empezó a hacer teshuvá pero seguía teniendo dificultades en la vida. Entonces me enteré de que no se hablaba con su mamá. Le pregunté: “Qué te piensas, que esto es una broma? Cómo puedes pretender vivir una vida decente cuando le estás causando dolor a tu propia madre?”. Como resultado de aquella charla, él se reconcilió con su mamá y todo se arregló.

Cuando uno soluciona los problemas que tiene con los demás, al final todo sale bien. En especial es muy importante que uno esté en paz con sus familiares y sus seres queridos, ya que eso exige un esfuerzo mayor.

Debemos tratar a todos con dignidad y con respeto. Y cuando hacemos eso, Hashem se encarga de cuidarn nuestra propia dignidad, medida por medida.