Emuná fanática

Hace ya casi seis años que vivo en Israel y ha sido una experiencia de crecimiento después de otra. Es como mudarse a otro planeta en muchos sentidos, porque acá la gente vive muy diferente. Quiero decir, sí viven como seres humanos (la mayoría, no todos) y sí trabajan (la mayoría, no todos) y hacen otras cosas que la mayoría de los seres humanos suelen hacer.

Entonces ¿cuál es la gran diferencia? Es la mentalidad de los israelíes. No hay nada que se le parezca ni remotamente. Es difícil de explicar pero en el mismo minuto pueden ser totalmente faltos de tacto y se te meten a la fuerza en tu espacio personal, vociferando sin control y al mismo tiempo ser las personas más genuinas, más cálidas y más amables que puedas imaginarte. Son bipolares, creo yo…

Junto con esta mezcla extraña de amor-odio y todo lo que entra en el medio, viene la tendencia al fanatismo. Bueno, eso no es ninguna sorpresa para la mayoría de ustedes. Aquí hay tantas perspectivas extremas y tantos estilos de vida distintos, y en especial en las comunidades religiosas, que si bien pensamos que somos personas normales y que ellos son los chiflados, en relidad nosotros mismos nos portamos a veces en forma muy extrema, sin siquiera darnos cuenta.

¿Acaso somos menos extremos que los fanáticos anti-sionistas del grupo de Naturei Karta? Esperemos que sí. Y en qué área de extremismo caemos? Les voy a dar algunos ejemplos.

Cuando alguien quiere perder de peso, pero no quiere hacer gimnasia o cambiar su dieta, y dice que tiene emuná en que Hashem lo va a ayudar a perder peso. Eso es emuná fanática.

Cuando uno quiere acabar con las deudas pero no está dispuesto a cambiar sus hábitos financieros y sigue gastando como si fuera un millonario, y no busca trabajo y dice que Hashem le va a enviar la parnasá, el sustento. Eso es emuná fanática.

Cuando uno quiere encontrar pareja pero no se mueve como debería para conocer a alguien que valga la pena. Y dice que tiene emuná en que Hashem le va a enviar a su pareja directo a su casa. Eso es emuná fanática.

Cuando uno Le pide a Hashem que lo cure de una enfermedad grave pero no deja de fumar ni de comer grasas y azúcar y de beber alcohol. Y dice que tiene emuná en que Hashem lo curará. Eso es emuná fanática.

¿Se dan cuenta de cómo funciona entonces?

Muchas veces insistimos en repetir los mismos errores o seguir con nuestras vidas en el mismo patrón pero esperamos que Hashem compense nuestra falta de iniciativa. No funciona de esa manera.

Si quieren tener un cuerpo fuerte y sano, eso no va a pasar si ustedes comen todos los días hamburguesa con papas fritas y no hacen ejercicio y fuman y beben alcohol. Es responsabilidad de cada uno hacer todo el esfuerzo posible por mantenerse sano. Recién entonces podemos pedirle a Hashem que nos dé Su bendición.

Si quieren salir de las deudas, empiecen a ser más responsables financieramente hablando! Si quieren pareja, dejen de salir con las personas equivocadas. Hashem no te va a presentar a tu pareja hasta que no vea que estás preparado-a. igual que importante que la plegaria es la mejora del carácter.

Por eso, vemos que muchas veces confundimos fanatismo con emuná. Solamente podemos confiar en la emuná mientras hagamos el máximo esfuerzo posible en cada situación. Si no hay forma de que el esfuerzo cambie una situación, entonces debemos depender únicamente de la emuná.

Es como el viejo chiste del tipo que quiere ganarse la lotería y todos los días Le reza a Dios para que le haga ganar la lotería. Un día, el hombre escucha un estruendo desde Arriba que le dice: “¡VE DE UNA VEZ POR TODAS A COMPRAR UN BOLETO!”

No hace falta decir nada más.

Pueden enviar sus preguntas, y en especial sobre temas como el noviazgo, el matrimonio, la educación de los hijos y el rol de la mujer. Escriban a racheli@breslev.co.il