No te preocupes, sé feliz!

¿Por qué sentimos ansiedad? Por lo general, debido a que nos enfrentamos a una plétora de decisiones, desde qué preparar para la cena hasta con quién casarnos y a qué escuela enviar a los hijos. Cada una de estas decisiones conduce a un grupo de consecuencias, algunas obvias, otras ocultas, algunas positivas, otras negativas. A todos nos da pánico equivocarnos y tener que vivir con la culpa de habernos arruinado la vida a nosotros mismos y a nuestras familias.

A medida que nuestras responsabilidades se van multiplicando, se multiplican también nuestras decisiones, y nuestra ansiedad, y en especial cuando estalla la burbuja y nos equivocamos y nos damos cuenta del lío que estamos haciendo.

La gente suele enfrentar la ansiedad de una de dos maneras: o bien se desconectan o bien se vuelven controladores, tratando de minimizar lo desconocido y todos los riesgos que conlleva. Si somos sinceros, veremos que ninguna de estas opciones está realmente atacando la raíz del problema.

¿Y cuál es la raíz del problema? Que no creemos en Di-s, o si creemos, que no creemos que Él realmente crea que Di-s dirige el mundo, y que cada detalle de nuestras vidas, incluyendo las difíciles situaciones en la que nos encontramos, fueron hechas a medida por Él, y que todo finalmente es para nuestro propio bien.

Dicho de otra manera, la raíz del problema es que no vivimos en el Mundo de la Emuná. La gente con emuná tiene confianza en las decisiones que toman, porque saben que incluso si resulta ser la decisión equivocada, igualmente los va a llevar a un lugar bueno.

Además, la gente con emuná sabe que Di-s puede dar vuelta las cosas en una fracción de segundo. Di-s te puede dar toda la inspiración, información y claridad que necesitas para tomar la decisión correcta. Di-s nos ama. Incluso si cometemos muchos errores, Él quiere que volvamos a Él, para que nos pueda dar un abrazo y nos ayude a empezar a arreglar el lío que hicimos. Tenemos que confiar en Di-s en que todo lo que Él hace con nosotros viene de un lugar de amor profundo. Tenemos que aprender a decirnos a nosotros mismos: “Ahora mismo voy a retornar a Di-s. Y voy a aceptar todo lo que Él haga. No voy a renunciar a Él”. Y por supuesto, Di-s jamás renuncia a nosotros. Él nos ama y nos acepta en forma incondicional, y siempre lo hará.