Un alma sana en 5 minutos

Estás a punto de sentirte fantástico. En apenas cinco minutos. ¿Cómo?

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 15.03.21

Estás a punto de sentirte fantástico. En apenas cinco minutos. ¿Cómo? Así como hay lava-autos de cinco minutos, también hay “lava-almas” de cinco minutos. Cuando uno tiene el alma limpia, se siente fenomenal.

 

La gente abre cualquiera de los libros de ética judía y aprende que todo el sufrimiento proviene de un alma sucia de impurezas resultantes de previas transgresiones que no han sido expiadas aún. Este proceso de expiación es lo que se llama en el judaísmo “teshuvá”. Una vez que uno aprende el arduo proceso de la teshuvá tradicional, cierra el libro de un golpe y lo devuelve al estante.

 

A lo largo de los años la teshuvá ha obtenido mala reputación. Normalmente, se la traduce como “penitencia”, que es una palabra que suena a “las llamas del infierno”. ¡De ninguna manera! La teshuvá es simplemente un proceso a través del cual el alma se acerca más a su Creador. La palabra “teshuvá” significa literalmente “volver, retornar” y describe el estado en el que el alma retorna a su fuente de salud y vitalidad, al Creador, que es Donde provino.

 

Teniendo en cuenta lo antedicho, podemos afirmar que la teshuvá es un proceso de limpieza o higienización del alma. Cuanto más limpia está el alma, más digna es de recibir la luz Divina. Y cuanta más luz Divina recibe, más sana y más feliz es.

 

Para la higiene física, uno debe bañarse con cierta frecuencia. La mayoría de la gente se ducha a diario. Lo mismo ocurre con la higiene espiritual. Para que el alma esté sana y feliz, hay que hacer teshuvá a diario.

 

Ahí es donde la gente objeta: “Eh… yo tardo cinco minutos en ducharme… Entro y salgo. Pero la teshuvá te lleva años”.

 

Bueno, tengo una noticia que darte, hermano/a: puedes librarte de toda esa carga espiritual que te está tirando abajo en solamente cinco minutos, incluso menos. Quédate conmigo un ratito más ¡y vas a ver cómo puedes empezar a tener un alma limpia, feliz y sana!

 

¿Cómo? Así:

 

 Las transgresiones ensucian el alma y bloquean la luz Divina. Esa oscuridad daña la salud emocional y espiritual y trae todo tipo de problemas en la vida. Una vez que las manchas se limpian, el alma recobra la salud y los problemas desaparecen.

 

Existen dos clases de transgresiones. La primera es entre el hombre y el Creador. La segunda es entre el hombre y su prójimo. Esta es la forma de rectificar ambos problemas dedicando cinco minutos de tu tiempo al díua:

 

  1. Para rectificar las transgresiones entre tú y tu Creador:

 

Esto es muy fácil. Piensa en las cosas que hiciste mal que el Creador no quería que hicieras. Seguramente no las habrías hecho si hubieras sentido que el Creador estaba ahí a tu lado. A nadie se le ocurre excederse del límite de velocidad cuando tiene el patrullero atrás. Dile al Creador: “Lamento lo que hice (dile lo que hiciste: Él siempre perdona siempre y cuando seamos sinceros con Él). Dios mío, yo jamás habría hecho algo así si hubiera sentido Tu presencia. Por un momento me olvidé de Ti. Por favor ayúdame a creer siempre en Ti y a no olvidarte nunca. Perdona mi falta de emuná que fue la que me hizo pecar”.

 

Acabas de hacer lo que mucha gente religiosa no hace: arrancar la causa del pecado, que no es otra que una falta de emuná y demostrarle al Creador que eres sincero. Esto invoca todas las bendiciones en la vida.

 

2 – Para rectificar las transgresiones entre la persona y su prójimo:

 

Trágate el orgullo, toma el teléfono y pídele perdón a cada persona a la que alguna vez hayas dañado o insultado. Qué difícil, ¿eh? Ok, hay una forma de posponer eso. En vez de pasarte los próximos treinta días revisando la guía de teléfono y tu historia de vida, buscando a todas las personas a las que tienes que pedirles perdón, prométete a ti mismo/a que, si te los llegas a encontrar, les pedirás perdón. Mientras tanto, esto te servirá de “póliza de seguro” espiritual.

 

Mejor aún, haz lo siguiente:

 

Dile al Creador, con sinceridad, que perdonas a todos los que alguna vez te hicieron daño, de la forma que sea. Los Sabios talmúdicos prometen que cuando la persona perdona a los demás, el Todopoderoso la perdona a ella.

 

Haz estos dos ejercicios durante cinco minutos todos los días y vas a ver lo bien que te vas a sentir. Mientras tanto, haz todo lo que puedas por fortalecer tu emuná, y tu alma brillará con salud. Solamente hacen falta cinco minutos por día.

 

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1. brenda Manrique

9/20/2019

Bendito sea Hashem que cada vez que buscamos ayuda, consejos ;y mas espiritualidad, estas nos llegan con gran sabidura que Hashem siempre los bendiga todas sus publicaciones me inyectan fortaleza. Gracias…

2. Yolanda

10/16/2018

5 minutos con ASHEM

DIOS PADRE CELESTIAL LOS BENDIGA ES ALGO BUENO QUE NOS AYUDA A VIVIR CON PLENA FELICIDAD

3. Yolanda

10/16/2018

DIOS PADRE CELESTIAL LOS BENDIGA ES ALGO BUENO QUE NOS AYUDA A VIVIR CON PLENA FELICIDAD

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