¡¡Deja de Quejarte!!

"¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para morir en el desierto? ¿Por qué nos has sacado de Egipto?"

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.04.21

Deja de Quejarte, Primera Parte: 

"¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para morir en el desierto? ¿Por qué nos has sacado de Egipto?"
 
Vamos a dar una mirada sobre lo que ocurrió durante la primer Geulá, la Redención de la esclavitud de los Hijos de Israel, a partir del momento que dejaron la tierra de Egipto hasta el momento que entraron en la Tierra Prometida de Israel.
 
Primeramente, HaShem ya ha golpeado con Diez Plagas sobre las cabezas de los egipcios, una más milagrosa que otra. Mientras había agua en la taza del israelita había sangre en la taza del egipcio aunque se hubieran servido de la misma jarra. Mientras un egipcio era atrapado por una completa oscuridad, su vecino israelita disfrutaba de la luz de pleno día. La Divina Supervisión del Creador era tan obvia que hasta los más grandes idólatras del mundo – los brujos sacerdotes del Faraón – gritaron que la mano del Señor estaba sobre ellos. Y finalmente, HaShem realizó un ataque quirúrgico muy sofisticado contra Egipto, golpeando con la muerte a cada primogénito. Incluso el Faraón no pudo negar más la existencia de HaShem, y como era el único primogénito sobreviviente en Egipto, estaba realmente asustado y entonces expulsó a todo el pueblo de Israel de Egipto.
 
El Midrash nos cuenta cómo, desde el lugar en que ni un sólo esclavo podía escaparse, debido a la cortina hermética de hierro fortificada con brujerías de Egipto, dos millones de israelitas marcharon hacia su libertad al descubierto, habiendo visto con sus propios ojos, la forma magnífica conque HaShem destruyó a los ídolos y a los poderes oscuros e impuros del imperio Egipto.
 
Los Hijos de Israel alcanzaron la costa del Mar Rojo. A pesar de las muchas cicatrices de las últimas semanas, el Faraón se arrepiente de su decisión de liberar a los Judíos y los persigue con sus mejores fuerzas de ataque, montadas en carros. Los Judíos que vieron a los egipcios acercándose, entraron en pánico, y se olvidaron completamente de todos los recientes milagros del Creador. La gente comenzó a gritarle a Moisés (Éxodo 14:11):
 
"¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para morir en el desierto? ¿Por qué nos has sacado de Egipto?"
 
Este es un ejemplo directo de la Torá de la clásica corta memoria. La gente grita a Moshe y aun peor, a HaShem – porque cuándo se grita al Tzadik, el Justo, realmente se grita a HaShem – "¿Qué has hecho Tú por mí últimamente?" En tan corto tiempo, se han olvidado de las Diez Plagas y los increíbles milagros. Se han olvidado como lloraron, gritaron y se quejaron al Creador por cada día de esclavitud. Cuando HaShem los redime de la esclavitud, otra vez se quejan.
 
Imagínense miles y miles de personas gritando y quejándose a Moisés… Comenzamos a ver este arquetipo en la Torá: cada vez que la vida se desvía ligeramente de la zona de comodidad, la gente comienza a llorisquear y a quejarse. Todas las tribus comienzan a formar comités de agravio contra HaShem y Moisés. Como un puñado de llorones, ellos gimen, "¿Por qué nos sacaste de Egipto? ¿Quién pidió marcharse? ¿Por qué nos metiste en problemas con el Faraón?" Y un millón de quejas más…
 
¿Qué aprendemos de la repetida bondad y milagros de HaShem contra los llantos repetidos de Israel y sus quejas? La respuesta es simple – si una persona no trabaja seriamente en mejorar su carácter, nunca cambiará. Aunque una persona ve los grandes milagros sobrenaturales con sus propios ojos – si no trabaja sobre sí mismo, será espiritualmente completamente ciego. Él ve la mano de HaShem salvarlo de los egipcios, cuando lo natural habría sido la imposibilidad de evitar sus filosas espadas, pero cinco minutos más tarde ya se olvida de todo eso. ¿Cómo puede ser? Esto es lo que pasa cuando una persona no trabaja sobre sí misma y no se esfuerza para mejorarse.
 
Uno de los hombres jóvenes de nuestro Yeshivá vio un absoluto milagro que salvó su vida. Él lo anotó en un pequeño cuaderno y ahora agradece a  HaShem por ello cada día. ¿Cuál es la diferencia entre este hombre joven y los quejosos? Que él trabaja sobre sí mismo. Él se esfuerza para mejorarse diariamente. Él hace Teshuvá, el proceso de Arrepentimiento frente al Creador, y se dirige a HaShem al menos una hora por día. Él abre sus ojos y presta atención a todas las bendiciónes de HaShem. Por esta razón, él nunca se queja y está siempre feliz.
 
Piensen un poco más en la generación que dejó Egipto. ¡Ellos recibieron la sagrada Torá en el Monte Sinaí! Ellos vieron el espectáculo luminoso y sonoro del Creador con sus propios ojos. Ellos oyeron a HaShem hablándoles cara a cara. Piensen sólo quién fue su Rebe – Moisés, Moshe Rabeinu – el mismo Moshe a quién HaShem se reveló y quién aprendió Torá directamente de Su boca! Aún así, ellos no cambiaron. Vemos que no importa si Moshe Rabienu es tu Rabi y ves a los arcángeles de HaShem mirándote fijamente a la cara… Si tu no trabajas sobre ti mismo, nada de esto te impresionará y no cambiarás.
 
De un estudioso de la Torá, aprendiendo la Torá durante casi veinte años, esperaríamos que se transforme en un ángel. Pero, si él no ha estado trabajando sobre sí mismo y tratando de mejorar su carácter, la Torá que aprendió podría ser canalizada al lugar incorrecto. Podría volverse más arrogante, pues él no reza por su aprendizaje, él no realiza una autoevaluación diaria, y no dedica una hora por día a la Hitbodedut, el rezo personal. Así es como la gente puede estudiar la sagrada Torá durante muchos años y permanecer egoísta, deprimida, y de mal genio. Ellos simplemente no trabajan como es debido para poder ser dignos de la Torá y no aprenden la Emuná, la fe auténtica que se necesita tener. Hay que saber, la Torá debe ir junta con la Emuná. Cuando una persona no trabaja sobre sí misma, queda pegada en el barro con todos sus malos hábitos y rasgos – nada cambia.
 
A partir del momento de la Creación hasta nuestros días, los milagros más grandes de la historia ocurrieron cuando nuestros antepasados estaban en el proceso de salida de Egipto.
 
 
Continuará…

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1. Silvia Cholffo

4/11/2019

al leer

Al leer entendí, lo que es tener la verdadera Fe, y valorar lo que Dios nos da como bendiciones todos los días. La duda en el Amor de Dios es sin duda lo que mata al hombre.

2. Silvia Cholffo

4/11/2019

Al leer entendí, lo que es tener la verdadera Fe, y valorar lo que Dios nos da como bendiciones todos los días. La duda en el Amor de Dios es sin duda lo que mata al hombre.

3. MARIA ISABEL URREGO

7/14/2012

para ayudar a las personas que lo necesitamos es excelente para nuentras vidas diarias y para que estos textos sean degran ayuda para las personas para aplicarla y vivirlo a diario.

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