El camino hacia la libertad

Durante el Séder, se nos manda sentir que hemos sido liberados personalmente de Egipto, lo cual requiere un verdadero esfuerzo – ¿cómo podemos sentirnos liberados cuando estamos viviendo épocas tan caóticas?

Lo que sucede es que sentirse liberados de Egipto no es una opción, sino que es un mandato explícito.

La persona judía tiene un verdadero sentimiento de libertad sólo a través de una convicción inquebrantable de que todo proviene de Hashem.

El segundo día de Pésaj, uno de mis amigos me dijo algo que me estremeció. Me dijo que en el Séder de Pésaj se nos ordena sentirnos como si nos hubieran liberado a cada uno de nosotros en forma personal de Egipto, enfatizando en el hecho de que esto no es algo meramente opcional. Es un mandamiento explícito. Me quedé pensanbdo en esto y me di cuenta de que necesitaba trabajar sobre este punto. Además, me di cuenta de que esto no sería algo que pudiera completar en un día o incluso durante la semana restante de Pesaj. Más bien, iba a tener que hacer un esfuerzo que me iba a llevar bastante tiempo. Y lo que es más importante, me di cuenta de que sólo con emuná podemos alcanzar la verdadera libertad.

Uno puede tener sentimientos temporales de libertad y bienestar, pero sin emuná, estos sentimientos enseguida pueden verse destrozados por acontecimientos que causan ansiedad, frustración o ira. Uno logra mantener un verdadero sentimiento de libertad sólo a través de una convicción inquebrantable de que todo proviene de Hashem, que todo es para bien y que todo tiene un propósito. 

Por eso, quiero proponer cinco medidas que con la ayuda de Hashem, van a ayudarnos a fortalecer la emuná y alcanzar esa tan ansiada sensación de libertad.

Plegaria personal

Dedica un tiempo cada día a hablar con Hashem usando tus propias palabras, como lo harías con un padre que te ama o con tu mejor amigo. Cuando compartas tus esperanzas, sueños, éxitos, alegrías y preocupaciones con el Creador, sentirás Su presencia de cerca y en persona. Con el tiempo, esto aumentará tu nivel de emuná más que nada.

Reza por la emuná

Es natural sentir que las cosas que nos pasan son por causa de otras personas o por una reacción en cadena de acontecimientos naturales. Pero entonces uno debe elevarse por encima de las leyes naturales y darse cuenta de que sólo hay un Rey que es el Autor, Productor y Director de todo lo que sucede. Ciertamente, necesitamos desear la emuná y trabajar sobre ella. Sin embargo, no podemos lograr una emuná fuerte sin la ayuda de Hashem. Necesitamos rezar y pedir repetidamente este don tan preciado.

Estudiar

Nunca antes ha habido tantas oportunidades para estudiar este tema. Hoy en día contamos con correos electrónicos, conferencias y artículos de fácil acceso. En tan sólo unos minutos puedes obtener ideas inspiradoras y construir tu emuná.

Este sitio web es un recurso especialmente útil. Los artículos se leen en pocos minutos y hay vídeos impactantes del Rabino Shalom Arush que pueden verse en dos minutos o menos. 

Además, puedes leer un libro sobre emuná y progresar aunque sólo dispongas de unos cuantos minutos al día. Subraya los puntos que más te interesen. Pídele a Hashem que recuerdes, interiorices y pongas en práctica estos conceptos. Y cuando llegues al final del libro, vuelve atrás y comienza a leer de nuevo las secciones anotadas y sigue pidiéndole a Hashem que te ayude a interiorizar estas ideas en tu corazón.

No te quedes con estas ideas para ti mismo. Rabi Najman dice que es bueno hablar de emuná. No sólo ayudarás a otros, sino que también te ayudarás a ti mismo. Un momento especialmente favorable para hacerlo es en la mesa de Shabat.

Concéntrate en el Nombre de Hashem 

Es muy importante que cada vez que nos preparemos para decir el Nombre Inefable de cuatro letras de Hashem en la plegaria, hagamos una pausa y contemplemos que estamos hablando con el Amo del Universo. Vale la pena dedicar un tiempo extra a detenernos y reflexionar sobre el hecho de que estamos ante el Rey Todopoderoso que nos ama más que nadie en el mundo. Con el tiempo, esta práctica construirá una profunda fe en que nuestro Padre y Rey está totalmente a cargo de todo lo que sucede.

Gratitud

La gratitud es el tren expreso a la emuná. Al agradecer a Hashem a lo largo del día, reconocemos que Él es la Fuente de todo lo bueno en nuestras vidas. 

Una técnica que aprendí del libro Thank You, del Rabino Pliskin, consiste en hacer varias pausas a lo largo del día y preguntarse: “¿Por qué cosas quiero dar las gracias ahora? “¿De qué estoy agradecido ahora mismo?”. Ponte recordatorios en el celular para asegurarte de hacer esto a intervalos a lo largo del día. Con el tiempo tus sentimientos de gratitud y cercanía al Creador aumentarán. 

Una contabilidad diaria

Cuando te embarques en tu plan, un jeshbon o revisión diaria es esencial para asegurarte de que progresas y no te quedas estancado ni retrocedes. Evalúate a ti mismo y dale las gracias a Hashem por tus logros mientras pides ayuda allí donde te has quedado un poco corto. Un buen momento para hacer esto es justo antes de acostarse. 

Cuando empieces a mejorar tu emuná, experimentarás muchas dificultades. A veces en un mismo día tendrás más “bajones” que “subidas”. Además, con el tiempo puede que te sientas desanimado por no haber hecho los progresos que esperabas. Cada pequeña mejora tiene un valor infinito, insondable y eterno. Debemos darnos cuenta de que nuestros pequeños pasos son muy valiosos para Hashem y crean un enorme mérito tanto para nosotros mismos como para el pueblo judío en su totalidad.

A medida que avanzamos de Purim a Pésaj, sigamos esforzándonos y dirigiéndonos hacia la verdadera libertad a través del estudio y la práctica de la emuná. Al hacerlo, traeremos bendiciones a nosotros mismos, a nuestras familias y al mundo entero.