La Triple Herencia

En la parashá de esta semana, aprendemos que la Tierra de Israel se parece al Mundo Venidero, porque ambos son la herencia de cada judío, aunque este todavía se encuentre en Buenos Aires o en México D

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

Hashem ciertamente te bendecirá en la tierra que Hashem, tu Dios, te da por  herencia, para que la poseas” (Deuteronomio 15:4).

Al interpretar el pasaje citado, tenemos que preguntarnos por qué la Torá utiliza el tiempo presente, que Hashem nos da por herencia. Hace ya miles de años, Hashem nos dio la Tierra de Israel si bien el exilo y la Diáspora nos han separado de nuestra Tierra desde entonces. Por lo tanto, era de esperar que la Torá utilizara el tiempo pasado para referirse a nuestra tierra, como la Tierra que Hashem nos dio por herencia. ¿Por qué se usa el tiempo presente en lugar del pasado?

La Mishná en el Tratado Sanhedrín también se refiere a nuestra herencia en tiempo presente: “Todo Israel tiene una porción en el Mundo Venidero”. Aquí era de esperar que la Mishná empleara el tiempo futuro diciendo “todo Israel tendrá una porción en el Mundo Venidero”, o sea, cuando termine su tiempo en este mundo. ¿Por qué se emplea el tiempo presente en vez del futuro?

Además de las dos preguntas mencionadas, tenemos que prestar atención al siguiente detalle: el pueblo judío es bendecido cuando se encuentra en la Tierra de Israel- el sitio de su bendición es llamado la tierra de su herencia.

El denominador común entre la Tierra de Israel y el Mundo Venidero es que ambos son nuestra herencia por derecho. La referencia a ambos está en tiempo presente, peus la herencia es algo que existe aunque uno todavía no haya tomado posesión. En ese caso, la Tierra de Israel es como el Mundo Venidero – es su herencia por derecho, aunque uno todavía se encuentre en Buenos Aires o en Mexico D.F.. La promesa de Hashem, tanto en la Torá como en la Mishná, son testamento de nuestra herencia.

Ahora podemos comprender mejor cómo es que la persona que educa a sus hijos en el camino de la Torá merece el Mundo Venidero- porque una de nuestras principales tareas en este mundo es educar a la próxima generación para que sea leal y sirva a Hashem. Y dado que los sabios nos enseñan que el verdadero  lugar para el cumplimiento de todos lso preceptos de la Torá es la Tierra de Israel, podemos entender que aquellos que viven en la Tierra de Israel también se merecen el Mundo Venidero.  Una pregunta: ¿cómo es que la ceremonia de Havdalá, al culminar el Shabat, se relaciona con las dos mitzvot tan importantes de estudiar  Torá y vivir en la Tierra de Israel?
 

En la Kabalá, aprendemos que todo posee tres aspectos: el lugar, el tiempo, y la persona (olam-shana-nefesh). Hashem, en Su magnífica benevolencia, nos ha dado el lugar más santo de la tierra, la Tierra de Israel, por herencia, en el aspecto de olam-lugar. Y al regalarnos Su Torá, la Tierra de Israel, nos transformamos en el pueblo más sagrado de la tierra, que es el aspecto de nefesh-persona. Como nación y como pueblo, vivimos separados del resto del mundo, pues Moisés nos bendijo diciendo: “E Israel habitará segura, aislada” (Deuteronomio 33:28). Siendo el Pueblo Elegido de Hashem, se nos exige que vivamos en santidad, separados del resto de las naciones. Además, tenemos el aspecto de shaná-tiempo, que es el día de Shabat, que es el regalo tan especial que se le dio al pueblo judío. Por lo tanto, la persona que hace havdalá con una copa de vino el sábado a la noche, una vez que finaliza el Shabat, demuestra que está diferenciando entre la herencia del día más santo de la semana y todos los otros días. Y con el principio espiritual de olam-shaná-nefesh, él también hereda el Mundo Venidero. Vemos por lo tanto que la santidad de la vida  – nuestra triple herencia de Torá, la Tierra de Israel y el Shabat- son nuestro maravilloso pasaje de entrada al Mundo Venidero.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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