Hashem, ¿cómo no amarte?

Si revisamos las noticias internacionales, es sorprendente ver cuántas cosas pasan en el mundo diariamente, en cuestión de segundos; a su vez, resulta imposible no darse cuenta de la magnitud de la misericordia de nuestro Creador. Las principales agencias noticiosas enlistan los innumerables acontecimientos que describen la época en la que vivimos.

La bomba que mató a 40 niños en Yemen, la violencia sin fin en Kabul, Afganistán, las 324 muertes por inundación en India, el antisemitismo en Reino Unido, el aniversario del atentado terrorista en Barcelona-España, el régimen de Maduro en Venezuela y, como si fuera poco, las catástrofes naturales: los volcanes en Hawái, los huracanes en el Atlántico, los sismos, etc.  

Todas estas cosas harían pensar que el Creador, (el cielo no lo permita) está de paseo, y a consecuencia el mudo es un caos, o que Hashem está muy aburrido en el cielo y por eso ahora "Le dio por entretenerse" con el ser humano, enviándole sufrimientos para ver cómo responden hombres y mujeres frente al dolor. Pero la realidad no es así. En realidad, HaKadosh Baruj Ju tiene un plan detallado y Su Justicia y Juicio son perfectos.

Aunque veamos el panorama más gris, sabemos que nuestro Di-s es maravilloso. Y podemos estar segurso de que Él no nos está torturando, ya que todas esas cosas que ocurren a diario son únicamente por culpa de nosotros, por no cumplir ante Él todo lo que debemos hacer. Hashem no anda castigando al mundo-  es el mundo que se autocastiga así mismo, olvidando y alejándose del Eterno. Por ende, la violencia aumenta trayendo el rigor y padecimiento.

El libro Péle Yoetz nos recuerda que el amor al Eterno Bendito Sea es una de las virtudes más importantes , pues el amor deriva del servicio a Di-s, es unos de los 613 preceptos de cumplimiento constante, al poder poner en nuestra mente pensamientos, palabras y meditación en el Creador.

Dado que la mente siempre trabaja, sería perverso ocuparse en reflexiones inapropiadas. A esto se refirió el profeta al decir en nombre de D-s: “Me abandonaron a Mí, que Soy la Fuente de aguas vivas, para cambiarme por pozos rajados” (Yirmiyahu 2:13). De esta manera, en lugar de hacer una mitzva al pensar en el amor al Todopoderoso, y recibir recompensa, los necios cometen transgresiones con el pensamiento y son castigados.

Por lo tanto, debemos esforzarnos por apartar de la mente todos los pensamientos inadecuados a fin de conseguir un mayor apego al Creador, de acuerdo con nuestras fuerzas, actitudes y posibilidades. Todas las bondades que existen en el mundo, tanto las que nos llegan a través de la naturaleza como a través de personas, provienen de D-s directamente, Quien introduce en el corazón de las personas la idea de hacer este bien, como esta dicho “D-s tiene muchos emisarios”.

Si ocurren ante nosotros muchas desgracias y nos salvamos de todas ellas, ¡mucho debemos amar a D-s!, ya que Él fue Quien nos redimió y nos salvó de las mismas y tuvo piedad de nosotros. Aún más debemos amarlo, si recibimos solo benevolencia divina y no nos ocurren cosas desagradables o alguna de las desgracias que suelen suceder en el mundo. El hecho de que estas desgracias ocurran y no las suframos demuestran que fuimos tratados con clemencia Divina.

Sobre esto está escrito: “Toda alma (Neshama) alabará a D-s” (Tehilim: 150:6). Y explican nuestros sabios “Por cada respiración (Neshima) el hombre debe alabarlo” (Midrash Devarim Rabá 2:37). Dijo Israel: ¡Cómo podemos complacer a D-s! Cómo podremos doblegarnos ante el D-s de los cielos, que hizo tantas bondades con nosotros que no se pueden contar, y aunque nosotros Lo disgustemos con nuestras acciones, ¡Él no nos pagó con la misma manera!” (Mija 6:6).

Así pues, cada cual deberá amar al Creador de acuerdo con el bien que recibió, y deberá someterse a Él y decir: “No soy meritorio de todas las bondades y mercedes que hiciste conmigo” (Bereshit 32:11).

Por lo tanto, cuanto más la persona se conduce por los caminos de Hashem, más aumentará su amor a Él y será perfeccionada. Y en caso contrario se disminuirá su amor al Creador y su similitud con Él disminuirá, porque sus transgresiones se convierten en una barrera entre el hombre y su Padre Celestial.

En todos tus caminos lo Conocerás y El enderezará tus sendas”. (Mishlé 3:6). Este es un principio fundamental de la Torá, porque de esta forma nos mantendremos en el camino recto, y entonces elevaremos al mundo y lo salvaremos de muchas calamidades.