Milagro vs. Resonancia magnética

El siguiente relato es una historia verídica que le sucedió a mi amigo Reuven Korenstein, un tremendo milagro que le sucedió y del cual todos aquí en Los Angeles somos testigos directos.

Hace algunas semanas, los doctores encontraron algo en el cerebro de Reuven y le dieron un diagnóstico de siete semanas de vida, Dios no lo permita. Le dijeron que no había nada que pudieran hacer para salvarlo y le prescribieron algunos remedios para ayudarlo a aliviar el sufrimiento mientras tanto.

Reuven es un gran discípulo del Rabino Shalom Arush y de inmediato aplicó sus enseñanzas de que hay que mirar todo con ojos de emuná. Por lo tanto, se sumió en la plegaria personal, enfocándose en agradecerle al Creador incluso por una situación tan horrible. Al Shabat siguiente hizo una sesión de seis horas de “gratitud” en su hitbodedut por todo aquello que quería ver suceder en su vida en el futuro. Estaba seguro de que Hashem iba a salvarlo, por lo que visualizó a sus hijos bailando en Israel y en Uman.

Mientras tanto, su estado continuaba agravándose. Reuven se desmayaba, dormía un montón, sufría un dolor tremendo y hasta estaba perdiendo el habla. Me contó que su esperanza y sus sueños, incluyendo el empezar un programa de estudios judíos para niños autistas y de necesidades especiales (él mismo tiene un niño así) era lo que lo mantenía con vida.

Reuven retornó a los médicos para más análisis. Ellos le hicieron más chequeos y le preguntaron: “¿Ud. hizo algo? ¿Tomó algo?”. La inflamación que tenía en el cerebro había bajado un poco, así que los médicos le dieron una esperanza de vida “actualizada” de doce semanas en vez de las siete semanas del principio. Y cuando le preguntaron si estaba tomando los remedios que le habían prescrito, no pudieron creer que Reuven no los había tocado siquiera, y que en lugar de eso estaba dedicando su tiempo, su energía y su anhelo a rezar, fortalecer su emuná y darle las gracias a Hashem.

Al final de esa semana, el sábado a la noche, Reuven dio una melave malka (comida después de Shabat), una sesión musical especial de fortalecimiento de la fe a la que tuve el privilegio de asistir. En su transcurso recitó la plegaria Nishmat Kol Jai con un minián, un quórum de diez hombres, que es una forma comprobada de obtener salvaciones.

Al día siguiente, el domingo, Reuven decidió que en vez de ir a consultar otra vez a los médicos, iba a tratar de contactar al Rabino Shalom Arush en Israel para pedirle consejo. Reuven habló con el hijo del rabino, quien le transmitió las instrucciones que le dio su padre:

1. Haz dos horas de agradecimiento a Hashem.
2. Haz un pidión nefesh
3. Vuelve a los médicos para hacer más análisis.

Luego el Rabino Arush le hizo llegar el mensaje de que no tenía nada de lo que preocuparse.

Tras esta “receta” espiritual, Reuven volvió al hospital, el Cedars Sinai de Los Angeles. La tomografía computada reveló que no había absolutamente NADA anormal. La imagen de resonancia magnética confirmó lo mismo. El problema había DESAPARECIDO por completo.

Los doctores NO PODÍAN EXPLICAR LO QUE SUCEDIÓ. No podían entender lo que estaban viendo sus ojos.

Esto fue un verdadero MILAGRO MÉDICO que todos nosotros aquí en Los Angeles vimos con nuestros propios ojos.

Quiero agregar que durante todo este tiempo los amigos de Reuven rezaron para que se curara y Le rogaron al Creador que revelara toda Su bondad y compasión sobre Su hijo, Reuven Korenstein, que ya ha tenido muchos desafíos difíciles en su vida. Y hay algo que quiero enfatizar: Reuven se ha dedicado a difundir las enseñanzas de emuná del Rabino Shalom Arush durante todos estos años de todas las formas posibles.

Todos salimos muy fortalecidos de la historia de Reuven que nos demuestra el tremendo poder de la emuná, la gratitud, la plegaria personal, el pensamiento positivo y el pidión nefesh (rescate del alma). Todos estos ingredientes combinados dieron como resultado un comienzo (no “final”) feliz en el que Reuven ve cómo sus sueños se hacen realidad.