Hashem escucha III

Mucha gente me escribe contándome los problemas que tienen: financieros, problemas de salud, problemas con la pareja, etc.

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 14.03.21

Mucha gente me escribe contándome los problemas que tienen: financieros, problemas de salud, problemas con la pareja, etc. Yo les aconsejo que hablen con Hashem una hora por día. Muchos me responden que no tienen tiempo. Esta es la reacción de la persona que se dejó conquistar por la mala inclinación. ¿Cómo puedes decir que no tienes tiempo para Hashem? Pero para el médico, el abogado, el psicólogo, el técnico, el casamentero, el contador y las agencias de empleo sí tienes tiempo? Es como el hijo de un millonario que va vestido con harapos: la gente le dice: “¿Por qué no le pides a tu padre unos cuantos dólares?”. El hombre dice que no tiene tiempo…

 

Las plegarias más eficaces son pedidos de compasión sinceros y humildes ante Hashem. Debemos entender que no nos merecemos nada. Mucha gente me dice: “Yo no pedí venir al mundo. ¿Por qué tengo que rezar?”. Según el Zohar, tú pediste venir al mundo para poder alcanzar la rectificación de tu alma. Una famosa parábola del Maguid de Dubnov ilustra muy bien este concepto:

                                         

En un pequeño pueblito de Polonia, vivía un anciano zapatero junto a sus dos hijas solteras. Ningún casamentero había logrado encontrarles marido. Y saben por qué? Porque la hija mayor era una dulzura de muchacha, con un corazón de oro pero era muy fea. La hija menor era una belleza, rubia de ojos celesters, pero tenía la boca más sucia que se puedan imaginar.

 

Una nueva famila, un sastre con sus dos hijos, se mudó al pueblito. Uno de los hijos era ciego y el otro era sordo. Moishele, el casamentero del pueblo, dijo inmediatamente: ¡dos parejas perfectas!”. De inmediato contactó a ambas familias y todos estuvieron de acuerdo. Un brindis y mazal tov!

 

Ambas parejas vivían muy felices hasta el día en que un médico alemán llegó de visita. Las personas que tenían problemas de salud incurables fueron todas a verlo, incluyendo los dos hermanos, y efectivamente, el médico los curó a ambos: el sordo ahora podía oír perfectamente, y el ciego veía perfectamente.

 

El primer hermano, el ex sordo, fue corriendo a su casa y le dijo a su esposa: “Mi hermosa, ya llegué a casa”. Pero entonces oyó los gritos de su mujer: “Estúpido, inútil, dónde estuviste todo el santo día! Por qué no traes un poco de dinero a la casa, parásito!”. El pobre marido se fue volando.

 

Mientras tanto, el segundo hermano, el ex ciego, llegó a casa todo emocionado, pero al ver a su esposa, se quedó helado. Él también se fue volando.

 

Ambos hermanos fueron a ver al rabino a decirle que querían que el médico les devolviera el dinero que pagaron por el tratamiento y además querían demandarlo por haberles arruinado la vida. El rabino llamó al doctor. El rabino le dijo: “Dr, sería muy difícil hacer que el ex sordo vuelva a ser sordo y que el ex ciego vuelva a ser ciego?”.

 

“En absoluto. Si la corte así lo ordena, lo haré gratis con mucho gusto”.

 

“Entonces que así sea. Caso cerrado”.

 

“Un minuto!”, exclamaron los hermanos. “Nosotros no queremos volver a ser como antes!”

 

"¡Ajá!" asintió el Dayan. "Así que disfrutan de los beneficios de los servicios del médico. Entonces el caso no es válido y ciertamente no tienen derecho a un reembolso. ¡Caso cerrado!"

 

* * *

 

Querido amigo, si Dios te pidiera ahora mismo que Le devuelvas la vida, ¿estarías dispuesto? No lo creo. Entonces, como deseas seguir viviendo, significa que disfrutas de los beneficios de la vida. Tu alma solicitó el privilegio de venir a este mundo para poder alcanzar su corrección y, finalmente, regresar al mundo espiritual para obtener la recompensa eterna de disfrutar de la luz de Hashem. Nuestros sabios han dicho que todas las almas en esta última generación antes de Mashíaj han venido a rectificar la falta de emuná. Hashem nos está haciendo un favor al ponernos en una posición en la que debemos acudir a Él. Si no nos volvemos a Él, no podemos aprender emuna y no podemos corregir nuestras almas. Nuestro sufrimiento sería entonces en vano; no habríamos logrado completar nuestra misión en esta tierra.

 

La ley judía (halajá) requiere que oremos como una persona pobre que tocó a la puerta pidiendo caridad. "Hashem, ten piedad de mí, dame un regalo". Si creemos en el poder de la plegaria, entonces el deber de orar no es una molestia. A menudo vemos a la gente murmurar algunas palabras y luego salir corriendo de la sinagoga como niños pequeños después de que suena la campana al final de clases. Si la gente realmente creyera en Hashem, mendigarían como una persona pobre. El sabio Yosef Karo dice que una persona no debe orar como si mereciera algo. En el momento en que uno golpea un puño sobre la mesa y Le exige algo a Hashem, diciendo que merece una recompensa, Hashem le responde: "Muy bien… ¡Abramos tu archivo y veamos exactamente lo que te mereces!" De repente, la persona descubre cientos y miles de transgresiones por las que Hashem nunca lo castigó. Por eso, hay que rogar humildemente por un regalo gratuito.

 

Entonces, ¿por qué la gente va dando vueltas como el hijo del millonario vestido de harapos? Es porque tienen los labios sellados y el corazón cerrado. ¡Carecen de emuna!

 

Cuando una persona realmente cree en la promesa de Hashem (Escucharé, porque soy Compasivo) entonces no deja de orar. Utilizará cada oportunidad disponible para abrir las puertas de la salvación. Sus peticiones sinceras, profundas y sinceras de misericordia saldrán del corazón con lágrimas. El Rebe Najman de Breslev explica que incluso si una persona se está ahogándose y no puede hablar, Hashem de todos modos escucha el grito del corazón.

 

La Torá enfatiza que Hashem viene en ayuda de aquellos que no tienen otra esperanza de salvación, como el converso, el huérfano y la viuda. Hashem tiene especial compasión en aquellos de corazón contrito. Sus lágrimas Le son más queridas que un sacrificio en el Templo Sagrado.

 

Debes saber que eres un amado hijo o hija de Hashem. . . ¿Por qué no Le pides lo que necesitas a Él? ¿Por qué caes en el estrés, la ansiedad y la depresión, y luego recurres a curas artificiales? El rey David, nos promete en el Salmo 147 que Hashem es el médico para el corazón quebrantado. El mejor cardiólogo del mundo no puede hacer nada con un corazón roto. Solo Hashem puede arreglar un corazón roto. ¿Por qué no rogarle a Él?

 

Hashem escucha. Esa es la promesa que nos hizo.

 

 

 

 

 

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1. Luz

5/20/2019

Hashem escucha

Excelente enseñanza, no puedo mas que agradecer dia a dia la vida que Hashem me ha dado!!! Y agradecer por haber encontrado este sitio web!!!

2. Luz

5/20/2019

Excelente enseñanza, no puedo mas que agradecer dia a dia la vida que Hashem me ha dado!!! Y agradecer por haber encontrado este sitio web!!!

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