Comer como expiación – Tetzavé

Durante la época del Baal Shem Tov, había un hombre que vivía en la sagrada comunidad de Medzibush y que estaba muy enfermo

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Grupo Breslev Israel

Posteado en 22.02.21

"Obtendrán expiación comiendo …" (Shemot 29:33)

 

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Durante la época del Baal Shem Tov, había un hombre que vivía en la sagrada comunidad de Medzibush y que estaba muy enfermo. Su familia, que no creía tanto en el Baal Shem Tov, trajo a un famoso médico judío para que atendiera al hombre. Desafortunadamente, los médicos no habían logrado curar al hombre. Finalmente, el paciente se puso tan grave que el médico perdió toda esperanza. "Lo siento, pero no hay nada más que hacer", le dijo a la familia.

 

En ese momento, el Baal Shem entró en la casa para hacer una visita (en hebreo llamada: bikur jolim). El Baal Shem Tov entró y encontró a los amigos y la familia del hombre llorando y al hombre tendido en la cama, blanco como un papel y apenas respirando.

 

El Baal Shem Tov miró al hombre en silencio durante unos minutos. Luego, ordenó: “Rápido, preparen un caldo de carne y denle de comer a cucharadas. Apenas se siente, encárguense de que sienta cómodo y muy pronto se recuperará por completo".

 

Las mujeres se apresuraron a preparar el caldo de carne mientras los hombres se pararon alrededor de la cama del enfermo a recitar Tehilim (Salmos). Casi todos, excepto el médico, se sintieron aliviados porque tuvieron fe en las palabras del Baal Shem Tov de que el hombre pronto se recuperaría por completo. El médico, que también escuchó las mismas palabras del Baal Shem Tov, no creyó ni por un momento que el enfermo se recuperaría.

 

Apenas estuvo listo el caldo de carne, la esposa del enfermo le dio de comer cucharada tras cucharada. Al principio, el paciente tenía los labios sellados. Pero poco a poco, sus labios se relajaron y empezó a tragar más y más caldo.

 

Casi como un milagro, el color comenzó a volverle al rostro. En unos minutos, el hombre ya estaba sentado, comiendo él solo la sopa y contándoles chistes a sus amigos y familiares. Todos se sorprendieron por el increíble giro de los acontecimientos – todos, excepto el Baal Shem Tov.

 

El médico dijo: "Rabino, no puedo creer lo que acabo de ver. Mi paciente estaba en su lecho de muerte y al minuto siguiente estaba sentado, comiendo y bromeando con sus amigos y familiares como si no hubiera pasado nada. ¿Qué fue lo que hizo?"

 

El Baal Shem Tov le explicó: “Mi querido doctor, usted encara la curación como un fenómeno físico, mientras que yo considero la curación como un fenómeno espiritual. Es cierto que el hombre estaba físicamente muy mal, pero espiritualmente todavía era capaz de ser curado. El cuerpo de una persona tiene 248 órganos y 365 vasos que en conjunto corresponden a las 613 mitzvot de la Torá. Cuando una persona transgrede una mitzvá en particular, la parte de su cuerpo que corresponde a esa mitzvá se aflige y se obstruye para evitar que la luz espiritual del alma fluya a través de esa parte del cuerpo en particular. Entonces, cuando una cantidad suficiente de partes del cuerpo se vean afectadas y obstruidas, el cuerpo de la persona se descompone y deja de funcionar. Entonces corre peligro de muerte. Yo no curé el cuerpo de este hombre. Simplemente le hablé a su alma preguntándole si estaba dispuesta a arrepentirse y alcanzar un estado de expiación por las transgresiones de la Torá que había cometido. Una vez que el alma aceptó sobre sí misma la teshuvá (retorno, volver a su conexión con Dios), el cuerpo físico se curó fácilmente y el hombre recobró su salud, tal como usted acaba de ver".

 

Y así fue.

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