Del esfuerzo al éxito

En un video reciente, el Rabino Elimelej Biderman cita al Jafetz Jaim, quien dice que cuando una persona está en medio de una batalla con su Mala Inclinación, ya sea para cuidar sus ojos o para abstenerse de alguna otra transgresión, es como una persona que se encuentra en una mina de oro. En una mina de oro, uno puede volverse millonario. Sin embargo, mientras está en la propia mina de oro, está esforzándose y está todo cubierto de suciedad.

Los demás lo ven y dicen: "¡Qué sucio estás!". Si es inteligente, este hombre se reirá de sus comentarios, porque sabe que está a punto de ser millonario. Puede que esté empantanado en la suciedad, pero qué importa eso si va a ser millonario. Del mismo modo, el Jafetz Jaim dice que cuando un judío está en medio de una prueba, puede estar luchando y cubierto de suciedad, pero está en la mayor mina de oro. Aquí es donde puede elevarse a las alturas supremas, si tan sólo logra superar con éxito el desafío.

El Rabino Yehoshua Rahimi cuenta la historia verdadera acerca de un joven pobre que se vio obligado a dejar la yeshiva y empezar a trabajar. El joven consiguió trabajo como conserje en el distrito de los diamantes. Mientras barría el piso, el joven advirtió un pequeño diamante en medio del polvo. Al principio, su mala inclinación lo tentó a guardarlo. Nadie se iba a dar cuenta… Además, quedándose con la gema, podría volver a estudiar a tiempo completo y no tener que trabajar. Tras una lucha interna, rechazó esta opción y anunció su hallazgo. Finalmente, le devolvió la gema a su legítimo propietario, que era un rico comerciante de diamantes y este quedó tan impresionado por la honestidad del joven que decidió contratarlo.

Con el tiempo, el millonario se quedó tan impresionado por la integridad, la honestidad, la ética de trabajo y el buen carácter del joven que, finalmente, le presentó al joven a su hija, con la que se casó. El Rabino Rahimi finaliza diciendo que cada prueba es una oportunidad para recoger diamantes.

Escuché una breve charla del Rabino Yehoshua Zitron, quien explicó que cualquier prueba a la que te enfrentes, ya sea grande o pequeña, puede ser el punto de inflexión en tu vida, que dará lugar a grandes salvaciones.

Hay una frase muy fuerte que dice así: "Sin presión, no hay diamantes". ¡Eso es tan cierto! El Rabino Shalom Arush a menudo dice que no construirás emuná sentándote en la playa o comiendo helado de chocolate. Los grandes avances espirituales sólo llegan a través de pruebas difíciles.

Recuerdo que mi entrenador de lucha libre de la escuela secundaria nos sometía a entrenamientos extenuantes y decía: "sin dolor no hay ganancia". En ese momento, odiaba que dijera eso, pero ahora veo que hay mucha sabiduría en ese viejo axioma.  Hace un año, estuve en el hospital tras ser atropellado por un camión. Recuerdo que miré por la ventana y vi a la gente caminando por la calle. Me dije a mí mismo: "Esa gente se parece mucho a lo que yo era hace unos días. Caminan sin dolor y se olvidan de darle las gracias a Hashem". En ese mismo momento decidí que, cuando me recuperara de mis lesiones, sería una persona más agradecida y Le daría las gracias a Hashem cada día por la capacidad de caminar y por muchas otras bendiciones que hasta ese momento había dado por sentadas.

Espero no volver a ser atropellado por un camión, ya que fue una experiencia muy difícil. Sin embargo, reflexionando ahora, veo que fue una de las mejores cosas que me han ocurrido.

Rabi Najman dice que Hashem está oculto dentro de cada prueba y cada tribulación. Estas son creadas por Él con amor para acercarnos a Él y elevarnos. Cuando recordemos que todo lo que sucede es una prueba y que Hashem quiere que la superemos, Él nos ayudará a navegar por los tiempos difíciles. Además, nos permitirá aprovechar cada situación desafiante para lograr el máximo beneficio en este mundo y en el Mundo Venidero.