A La Luz del Shabát – Nitzavím-Vayélej

La yuxtaposición de estos versículos genera muchas preguntas. ¿Por qué HaShem le dice a Moshe que ahora escriba esta canción...

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Rabino Mordejai Kamenetzky

Posteado en 05.04.21

La yuxtaposición de estos versículos genera muchas preguntas. ¿Por qué HaShem le dice a Moshe que ahora escriba esta canción? ¿Por qué es esta inminente condena llamada "una canción"?…

 ¡Levante la voz!
 
En las porciones finales de la Torá (Nitzavim Vayélej) encontramos muchas de las pruebas y dificultades que el pueblo judío encontrará en el futuro, así como las consecuencias de alejarse del camino de la Torá.
 
HaShem describe el escenario posterior a la muerte de Moshe. "Y esta nación ascenderá y se tornarán hacia dioses extraños, y dejarán el pacto que hice con ellos. Y mi furia los quemará y los dejaré. Serán presa de muchos y el dolor los encontrará. Y en ese día dirán, `¿no es porque Di-s no está con nosotros que todo este mal nos ocurre?`. Y ocultare mi rostro en ese día por todo el mal que hicieron al tornarse a otros dioses" (Deuteronomio 31:16-19).
 
El siguiente versículo parece estar completamente fuera de tono con lo anterior. "Entonces ahora escriban esta "canción" para ustedes y pónganla en sus bocas y enséñensela a los hijos de Israel, para que sea [esta canción] para Mí como un testimonio frente a los hijos de Israel" (Deuteronomio 31:20).
 
La yuxtaposición de estos versículos genera muchas preguntas. ¿Por qué HaShem le dice a Moshe que ahora escriba esta canción? ¿Por qué es esta inminente condena llamada "una canción"? ¿Por qué la Torá dice "que será para para Mí como un testimonio "? ¿Quién brinda el testimonio y a quién? ¿Qué significa que "lo pongan en sus bocas"? En todo caso, ¿no debería la Torá ser puesta en sus oídos o corazones? De cualquier manera, ¿por qué querríamos cantar esta inquietante "canción"?
 
Por supuesto, Rashi y muchos de los brillantes comentaristas medievales explican estos versículos con gran claridad. A mí, sin embargo, me gustaría brindar una explicación a través de un hermoso ejemplo.
 
El domingo pasado tuve el placer de encontrarme con William Goldberg, un verdadero amigo y generoso benefactor de instituciones educativas. Me contó una historia que había escuchado el pasado Shabat del Rab Shlomo Riskin de Efrat.
 
Después de la Segunda Guerra Mundial, el Klausenberger Rebe, Rab Yukisiel Halberstam, de bendita memoria, un sobreviviente de los campos de concentración organizo un minyan en el Beth Moses Hospital del barrio de Bedford-Stuyvesant en Brooklyn, Nueva York. Cuando llegaron al shabat donde se lee la parasha Ki Tavo sucedio un interesante episodio. La Parashá Ki Tavo tiene un capítulo conocido como el de "tojaja" (la advertencia), que esta lleno de apocalípticas advertencias de condena y destrucción para que la nación judía no se aleje de la senda de la Torá.
 
Esa porcion de la Torá muestra los inimaginables horrores de exilio, plaga, sufrimiento y tortura – para nombrar solamente unos pocos. La costumbre es de leer estos versiculos de "tojaja" con voz baja y rapidito, a fin de no incitar a los enemigos celestiales pues puede despertar en ellos la idea que esas son buenas desgracias para que le ocurran al pueblo judío.
 
Así fue que durante la lectura de la porción de Ki Tavo, el Klausenberger Rebe y su minyan de devastados sobrevivientes del holocausto estaban a punto de leer la tojaja y volver a "revivir" a través de las palabras profeticas los horrores de su reciente historia. El jazan que estaba leyendo la Torá comenzo, tal como es la costumbre, a leer rapido y en un tono bajo. Repentinamente el Rebe golpeó ruidosamente su atril. "Hecher!" gritó (que significa "más fuerte" en idish).
 
El jazan mucho no entendio lo que estaba pasando. Levantó su voz un tono pensando que estaba leyendo demasiado bajo. Pero el Rebe no estaba satisfecho. "¡Más fuerte!" , grito nuevamente. A esta altura, el jazan ya estaba leyendo normalmente, tal como lo haría en cualquier otra oportunidad. Sin embargo, el Rebe volvio a golpear ruidosamente el atril y grito: "HECHER!". El jazan ya no podría contener su perplejidad. Entonces se dio vuelta miró hacia el Rebe para obtener una explicación.
 
"Ya no tenemos que leer estas miserables maldiciones en voz baja," dijo el Rebe. "No hay maldición que no hayamos experimentado. No hay aflicción que no hemos sufrido. Hemos visto todo, ya vivimos todo. Gritemos con orgullo a nuestro Padre en el Cielo que ya tuvimos todas las maldiciones! ¡Y hemos sobrevivido a estas maldiciones. Y ahora es Su turno traernos las prometidas bendiciones y la redención final". Y fue así que el Jazan continuo leyendo la porcion de la Tojaja con voz alta y clara, tal como si estuviera entonando un hermoso himno.
 
HaShem le dice a Moshe que escriba esta canción y que se la enseñe a cada judío que confrontará dificultades. Será "una canción que debería estar en nuestras bocas, y será un testimonio frente al Todopoderoso". Nuestras experiencias y desafios deberían ser "cantados" con honor y fortaleza, tal como un soldado condecorado lleva con orgullo su medalla de honor en el pecho. Para que cuando las calamidades ocurran, podamos superarlas con dignidad. Que no sean agonías de las que nos acobardamos, sino un testimonio de nuestra fe en HaShem, nuestro compromiso con su Torá y mas importante aun, nuestra eternidad.
 
 
(Gentileza de www.Torá.org.ar)

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1. Barbara

10/04/2019

Hola,!! Quiero agradecer a nuestro creador antes que nada por este medio que he tenido de conocerlos

2. Tonatiuh Luna

10/03/2019

Es bastante interesante el importante la forma en la que se analiza una sentencia de Dios de esta magnitud. Y sobre todo tener presente la idea de la dignidad con la que Dios ha investido a sus hijos . Shalom

3. Nancy

10/02/2019

Si ya el pueblo Judío ha experimentado TODO HORROR NO HAT MAS, HASHEM SABE DE NUESTRA FE…GRACIAS POR ESTE MENSAJE TAN PROFUNDO Y ALENTADOR

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