Abrazos del Cielo

HaShem habla conmigo a través de la lechuga. ¡De veras! Hay quienes reciben mensajes Divinos a través de medios muchísimo más dramáticos. Yo no...

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Natalie Kovan

Posteado en 17.03.21

HaShem habla conmigo a través de la lechuga. De veras. Hay personas que reciben mensajes Divinamente orquestados a través de medios muchísimo más dramáticos. Pero yo no…

 
 

Abrazos del Cielo

 

HaShem habla conmigo a través de la lechuga.

 

De veras. No estoy bromeando.

 

Hay personas que reciben mensajes Divinamente orquestados a través de medios muchísimo más dramáticos. Pero yo no. Yo me doy por satisfecha con recibir toda clase de mensajes ocultos en los lugares más mundanales. Como por ejemplo, en la sección de verduras del supermercado de mi barrio.

 

Así que allí estaba yo, buscando esos paquetes tan lindos de lechuga que ya viene lavada y cortada y lista para usar. Mientras yo examinaba los estantes, me di cuenta de que solamente quedaban bolsas de lechuga común, sin lavar. Suspiré. Era casi fines de semana y la verdad que ya no tenía fuerzas para enjuagar, lavar y examinar todas las lechugas que iba a necesitar para Shabat. Ahí fue cuando de repente las encontré. Ocultas entre los demás productos que había en los estantes, había dos paquetes de la lechuga lista para usar – ¡exactamente lo que yo necesitaba! De inmediato miré hacia arriba, hacia el techo, si bien tenía la intención de mirar al Cielo, y dije: "Di-s mío, ¡cuánto me amas! ¡Las guardaste especialmente para mí! Tú sabes lo cansada que estoy esta semana y mira… ¡me guardaste estos dos paquetes de lechuga aquí mismo! ¡Qué increíble!".

 

Me fui caminando con la sonrisa más grande en los labios, sintiendo como si hubiera acabado de recibir un Abrazo del Cielo. Fue como uno de esos momentos que todos nosotros recordamos de la infancia, cuando mamá nos daba una taza de leche chocolatada bien calentita en un frío día de invierno – simplemente porque nos amaba.

 

Ahora sentí esa misma sensación.

 

A la semana siguiente, se repitió la misma escena. Dos paquetes de lechuga con mi nombre inscripto por la pluma de Di-s, otra vez esperándome.

 

"¡De veras, Di-s mío!", dije. "¡Tú sabes exactamente lo que necesito! ¡Qué maravilla!".

 

Por el otro lado, Él también sabe cuando no necesitamos algo que pensábamos que sí necesitábamos.

 

Así que allí estaba yo, saliendo del supermercado (ya sé, ya sé… me paso un montón de tiempo en el supermercado….) y llamando a un taxi para que nos llevara a casa a mí y a mis bolsas. En una de las bolsas tenía dos botellas de soda con gusto a frutas que solemos beber en Shabat y que había comprado porque estaban de oferta. Dado que el Shabat es el único día de la semana en que les dejamos a los chicos beber bebidas gaseosas, me sentí orgullosa de poder comprar dos botellas, así teníamos gaseosa para dos semanas. Cuando levanté la bolsa para ponerla en el asiento del taxi, se rasgó el nylon y una de las botellas se fue rodando en dirección a los autos que se acercaban. La pobre botella fue completamente aplastada por un camión que pasó en ese momento y yo me quedé mirando la escena con la boca abierta.
 

 

Entonces pensé para mí misma (yo siempre trato de no hablar conmigo misma delante de otra gente) – cuando HaShem no quiere que tengas algo, no lo vas a tener. Puede tratarse de algo aparentemente insignificante como una botella de gaseosa pero también puede ser algo de muchísima más importancia, como por ejemplo un trabajo, una casa, o una posible pareja. Las lecciones de vida abundan – solamente tenemos que estar dispuestos a escuchar los mensajes. Ésa es otra forma de recibir un abrazo del Cielo…

 

Vivir la vida con la conciencia de la existencia de HaShem es abrir los ojos a todo el increíble y maravilloso bien que el Creador hace con nosotros. Estos abrazos del Cielo vienen en muchas formas. En mi caso, muchos de ellos tienen lugar en el supermercado porque, bueno, fuera de mi casa, ése es probablemente el primer lugar en el que me van a encontrar. Recuerdo por ejemplo todas las veces que no tenía cambio para el carrito de compras (en Israel, hay que insertar una moneda de cinco shekels para poder obtener un carrito de compras y cuando lo devuelves, recibes los cinco shekels de regreso). Cuántas veces no tenía cambio y encontré un carrito que alguien había dejado abandonado y así me libré de tener que conseguir los cinco shekels… Y cuántas veces nos encontramos en situaciones en las que HaShem se hace presente en nuestras vidas, ya sea a través de esos veinte shekels que de pronto encontramos en el bolsillo en el momento en que más los necesitábamos (y de cuya existencia no teníamos la más mínima idea…) o en cualquiera de las millones de posibilidades en las que sentimos que Él llegó hasta nosotros para darnos un cálido y cariñoso abrazo. Estos abrazos del Cielo están por todas partes, pero tenemos que asegurarnos de no perdérnoslos…

 

Hay quienes opinan que HaShem ya no se comunica en forma abierta con nosotros, como lo hacía antes. Ya no hay mares que se dividen en dos ni arbustos ardientes ni una Voz que emana de las esferas Celestiales. Pero la gente que piensa así se pierde oportunidades increíbles de sentirse cerca del Creador. Hay que ser ciego para no ver todos los urgentes mensajes que HaShem le ha estado enviando al mundo entero. Los terremotos, los tsunamis, los huracanes en Nueva York: todos ellos son abrazos del Cielo, que nos imploran que nos arrepintamos y mejoremos nuestro comportamiento. Él nos habla fuerte y en voz alta. Por desgracia, muchos entienden esto en el sentido de que no existe un Creador, jas veshalom, en vez de llegar a la conclusión obvia y evidente. Ellos viven en un mundo aleatorio en el que se encuentran a la merced de la naturaleza y nada más. Y eso es algo muy pero muy triste.

 

No hacen falta eventos tan dramáticos para que siempre sepamos que HaShem está presente. La lechuga o los carritos de compras abandonados también pueden servir el mismo propósito. Lo mismo ocurre con una repentina bonificación en el trabajo cuando nos habíamos quedado sin nada de efectivo – o una llamada de alguien a quien amas, justo en el momento en que estabas pensando en esa misma persona.

 

Estos abrazos del Cielo son la forma que tiene HaShem de hacernos saber que Él está allí, mirándonos, cuidándonos, asegurándose de que todas nuestras necesidades sean satisfechas. Él no es un ausente poder Omnipotente que no se interesa por el bienestar de sus hijos. Al contrario: Él todo el tiempo nos hace saber cuánto nos ama y se interesa por nosotros. La pregunta es: ¿estamos atentos?

 

Así que la próxima vez que me veas hablando conmigo misma en la sección del pan o empujando a toda velocidad el carrito de compras junto al estante de los zapallitos, por favor no pienses que soy "rara". Simplemente estoy feliz de recibir un mensaje SMS directamente desde el Cielo – mi propio y muy personal y muy maravilloso abrazo del Cielo. 

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1. Elizabeth

2/13/2020

Hermoso!

2. imelda

2/11/2015

me hizo llorar

yo siempre recibo abrazos del Creador del universo y no me daba cuenta gracias por este escrito

3. Anónimo

2/11/2015

yo siempre recibo abrazos del Creador del universo y no me daba cuenta gracias por este escrito

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