Una súplica de gracia

¿Por qué tenemos que pedir siempre con humildad?

2 Tiempo de lectura

Rabino Shalom Arush

Posteado en 11.06.23

Mucha gente que decidió comenzar a transitar por el camino de la gratitud cuenta que jamás habían sabido valorar las bondades que les hacía Hashem (familia, salud, amigos, etc). Habían dado todo por sentado o bien habían pensado que todo lo que tenían era por mérito propio. Pero cuando aprendieron la importancia de la gratitud, empezaron a valorar cada cosa que tienen.

Por medio de la gratitud, su vida cambió por completo y el más grande cambio es que se les abrieron los ojos y empezaron a ver toda la bondad que los rodea. De hecho, vemos en la realidad diaria que cuando una persona exige debido a que siente que todos le deben algo, eso produce rechazo y desprecio por parte de las personas que la rodean. Por el contrario, la persona que pide algo con humildad y sintiendo que nadie le debe nada, esa persona está llena de gracia y sus pedidos son aceptados con favor.

Incluso sentir dentro del corazón que alguien me debe algo es una muestra de descaro. Únicamente aquel que siente que le da vergüenza pedir y cuando pide lo hace solamente como pidiendo un regalo gratuito es una persona humilde y sus ruegos son aceptados. Como conclusión, podemos decir que la humildad es saber que todo lo que tengo es por bondad de Hashem y que solamente Le puedo pedir regalos gratuitos, o sea, no cosas que Él me debe. La persona humilde es, por tanto, la persona que se siente en deuda de gratitud con Hashem. Un rabino muy reconocido me contó lo siguiente:

Resulta que encontré en mi casa el libro En el jardín de los milagros y me puse a leerlo. ¿Qué le puedo decir? Después de leerlo, me sentí tan tranquilo… Yo estudio Torá a diario pero nunca en la vida sentí una tranquilidad semejante. Nunca sentí una alegría semejante. Nunca sentí que el corazón y la mente se abrían.

Esto es precisamente lo que le sucedió a un joven estudioso de la Torá que soñó una noche con Hashem y a la mañana siguiente le contó a su esposa del sueño. La esposa le respondió que uno no sueña excepto con aquello en lo cual pensó durante el día. “Dado que todo el día piensas en Hashem, por eso a la noche soñaste con Él”. Y el hombre le dijo: “¿Yo pienso en Hashem? ¿Cuándo tengo tiempo de pensar en Hashem? A la mañana madrugo para ir a rezar a la sinagoga y después voy a estudiar Torá en el kolel. A la tarde estudio con mi javruta y a la noche rezo otra vez en la sinagoga. ¿Cuándo me queda tiempo para pensar en Hashem?”.

Esta es una broma un poco triste que describe una realidad: que muchas veces hacemos todo lo que está escrito en el manual, pero nos olvidamos de lo principal.

¡A tener en cuenta!

Escribe tu opinión!

1. Mike

6/13/2023

Al joven estudioso de la Torah al parecer se le olvido que todas sus actividades que realizaba era para acercarse a Hashem.

Lo importante de su relato es que ahora ya se por que me levanto tan temprano en las mañanas xD

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario