Saltar al Mar de la Fe

Cuando llegamos a la orilla del mar, ¿cuán lejos estamos dispuestos a entrar en él? ¿Estamos dispuestos solamente a llegar a la orilla o a saltar a las profundidades del mar?...

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.04.21

Cuando llegamos a la orilla del mar, ¿cuán lejos estamos dispuestos a entrar en él? ¿Estamos dispuestos solamente a llegar a la orilla o a saltar a las profundidades del mar?…

 
Cuando una persona necesita relatar a otra alguna sensación que experimentó, generalmente la compara con algo. En nuestro caso la comparación será con el mar: Mar del amor, mar de la sabiduría, mar de la alegría, mar de dificultades, etc.
 
En este caso usaremos lo que llamaremos el "Mar de la Fe".
 
Cuando llegamos a la orilla del mar. ¿Cuán lejos estamos dispuestos a entrar en él?¿Estamos dispuestos a solamente a llegar a la orilla o estaremos dispuestos a saltar a las profundidades del mar sin pensarlo demasiado?
 
¡En el mar de la fe no es posible ahogarse! Por el contrario, aprendemos de Najshon ben Aminadav que cuando el Pueblo de Israel salió de Egipto saltó al Mar Rojo antes de que éste se abriera, y sólo entonces el mar se abrió. Un pequeño salto del Pueblo de Israel hasta casi llegar a ahogarse, lo demás lo hizo Di-s Todopoderoso.
 
Di-s ordenó a Moshé, que entraran en el Mar Rojo para salvarse de los egipcios, de las fieras del desierto, y de las gigantescas rocas que serían imposible atravesar.
 
Si es así, ¿qué es lo que nos queda? "El mar". Saltar. Tener fe que solamente de esta forma tendremos la salvación, y justamente cuando la lógica nos dice lo contrario debemos hacerlo y entrar en él.
 
¿Dónde comienza la fe?
 
Donde la lógica y el intelecto no nos proporcionan una respuesta concreta, ahí comienza la fe. Cuando hablamos de fe, debemos entender que no nos referimos solamente al razonamiento, como vimos con el Pueblo de Israel.
Al principio al verse perseguidos y alcanzados por los egipcios quisieron retornar a Egipto, ya que no vieron ninguna otra salida lógica, sino volver a la esclavitud y al yugo, lo que es mejor que morir.
 
Pero no es esa la decisión Divina, ni es lo que obliga la fe.
 
¡El Todopoderoso ordena cruzar el mar! La lógica más común no permite esta situación y nos dice que saltar al mar significa ahogarse, la muerte, y seguir clamando: ¿Dónde está la ayuda, la salvación?
 
Si la persona le da a la fe la fuerza de influenciar en su vida, significa que entiende y acepta que hay una fuerza superior que domina y vigila al mundo en general y a su vida en particular. Esta fuerza tiene el poder de abrir el mar y permitir pasar a través de él, aunque pareciera que todo está perdido y no hay salida.
 
El Talmud nos relata acerca de Rabi Akiva, que es el ejemplo de la integra fe en el Creador: cierta vez llegó a un pueblo lejano, y buscó lugar para pernoctar, pero para su sorpresa no lo dejaron ni siquiera entrar al pueblo. Exclamó: "Todo lo que el Creador, el Misericordioso, hace lo hace es para bien" y fue a dormir al bosque. Tenía una vela para alumbrarse, un gallo para despertarle por la mañana, y un burro para montar y viajar. Sopló viento y le apagó la vela, Rabi Akiva nuevamente exclamó: "Todo lo que el Misericordioso hace lo hace es para bien". Apareció un gato y devoró al gallo, Rabi Akiva repitió: "Todo lo que el el Misericordioso hace lo hace es para bien". De pronto vino un león y devoró al burro. Dijo: "¡Todo lo que el Misericordioso hace – lo hace para bien!". En la mitad de la noche llegaron al pueblo un grupo de asaltantes que robaron todo, y se llevaron a los habitantes como esclavos. Dijo Rabi Akiva: "Ya afirmé, "Todo lo que el Misericordiosohace lo hace es para bien": si la vela hubiese estado encendida, me hubiesen visto. Si el gallo o el burro hubiesen estado vivos, hubieran dado voces y me habrían tomado prisionero también a mí…
 
Rabi Akiva que era un gran Sabio y erudito de la Torá, nos enseña lo que es la fe. No es suficiente todo lo estudiado y aprendido durante tantos años para llegar a la fe completa. Más de veinte años atendió y aprendió de Rabi Najúm Ish GamZú, que solía decir por todo: "También esto es para bien" y sin embargo Rabi Akiva elevó su fe al nivel que decía todo lo que hace el Creador es para bien (a si tal como es).
 
Posiblemente, lo que le sucedió en el bosque a Rabi Akiva, no fue un gran sufrimiento, con seguridad que no estaba en sus planes, y con todo eso, Rabi Akiva no dejó de tener fe.
 
Su fe no estaba solamente en un nivel intelectual y lógico. Su fe tenía influencia directa en como él manejaba su vida, y sus reacciones eran acorde con su fe. Su humildad lo llevaba a aceptar la existencia de una fuerza superior a él, que maneja al mundo de manera exacta y perfecta.
 
No quiere decir que Rabi Akiva dejaba todo en manos del Todopoderoso y no hacía absolutamente nada, por el contrario, (como vimos con Najshón ben Aminadav, que saltó al mar) la fe exige también hacer algo. Rabi Akiva era un hombre de hechos, tenía planes, y se comportaba de manera de poder materializar sus planes. Salió al camino con todo lo necesario, una vela, un gallo, un burro. No esperaba milagros, pero cuando las cosas no estaban en orden, no se enojaba ni quejaba. Él entendía perfectamente que todo, absolutamente todo, está bajo el control de una fuerza superior que controla toda su vida y todo el mundo para bien, y que decidió cambiar sus planes para su beneficio.
 
Es por eso que dice: "Todo lo que el Misericordioso hace lo hace para bien".
 
Di-s el Misericordioso
 
Rabi Akiva llama a Di-s "El Misericordioso" lo que explica que su fe esabsoluta. Todo lo que ocurre y ocurrirá está planeado para él desde el cielo con misericordia, y es para su bien. Él sigue en su fe aun cuando no ve los resultados y no entiende cómo puede ser que lo que le sucede sea misericordia para su bienestar, pero al final ve que todo fue planeado para su salvación. ¿Acaso existe más misericordia que ésta?
 
La vida cotidiana se nos revela de distintas formas. A veces la vemos con una sonrisa, y a veces la vemos con una lágrima.
 
¡Nada funciona de acuerdo a lo planeado! ¿Por qué justo me pasa a mí? ¡No me resulta! Son éstas famosas exclamaciones y preguntas que nos hacemos en momentos difíciles. Pero, de todos modos, no quiere decir que el momento que estamos pasando no fue enviado por el Todopoderoso para ayudarnos y salvarnos. La verdad es que ese mal momento es exactamente igual al envío de una salvación o algo bueno.
 
Entonces todo lo que el Creador hace es para bien, y todo lo que nos sucede es debido a Su Misericordia y solamente para llevarnos al verdadero bienestar.
 
Por cuanto Di-s Todopoderoso es la esencia de lo bueno, es su deseo llevarnos al bienestar completo para que podamos disfrutarlo. Hay veces que nos lleva por medio de sonrisas, y hay veces que por "nubes negras", pero en todos los casos hay que ver solamente lo bueno, aun cuando en estos momentos es difícil ver lo bueno que está oculto.
 
La fe que todo es Su Misericordia y está todo bajo el control infinito, nos ayudará a sobrepasar también momentos difíciles.
 
Así es el comportamiento del Creador; igual al de un padre con sus hijos: A veces con dulzura y amor, y a veces no hay otra opción que de otra manera. Pero todo con una misma finalidad: otorgar Su amor a toda Su Creación revelando Su misericordia con el propósito que se acerquen a Él.
 
De todas maneras, todo está bien cuando nuestros problemas son superables y manejables. Seguramente no es agradable quedarse solo en medio del bosque, sin luz, rodeado de animales feroces que atacan al gallo y al burro, como le sucedió a Rabi Akiva. Pero todo lo bueno que se escondía detrás de esta desagradable situación, recién se descubrió al día siguiente. Su vida se salvó.
 
Pero en la realidad de hoy, que vivimos con tantas dificultades como: problemas de sustento, de salud, en el hogar, no siempre llegamos a la conclusión que al final "Todo es para bien". No renegamos de la fe. ¡Nosotros creemos con fe completa! Pero ¿qué podemos hacer cuando la realidad es tan difícil de llevar? ¿Cómo podemos intentar entender y ver que todo será para bien?
 
Supongamos que nosotros no intentamos llegar al nivel más alto de la fe que nos enseño Rabi Akiva, que todo es para bien, sino que solamente intentamos pensar que es para bien aunque parezca lo contrario. De esta manera estamos intentando transferir la fe del intelecto al corazón, para que en un momento de apremio podamos asumir el mal rato en lugar de tratar de pelear contra la realidad.
 
Posiblemente con algún problema grave nos será muy difícil llevar a la práctica esto, por eso, es aconsejable comenzar con pequeños asuntos.
 
Por ejemplo:
 
Una mañana totalmente común. Te levantaste y te vestiste rápidamente para salir temprano, subiste al mismo transporte de todos los días para llegar a tiempo a tu trabajo. Sin embargo hoy, a pesar de haber hecho todo lo posible para llegar a tiempo, un embotellamiento en la vía te detiene, y te obliga a esperar un largo rato. "Voy a llegar tarde al trabajo. ¿Qué dirá mi jefe? ¡Justo hoy que le prometí adelantar todo el trabajo atrasado!". Mientras tú tratas de calmarte, sigues esperando en este embotellamiento que parece no llegar nunca a su fin. Sin embargo, despacio se va adelantando, y quizás todavía llegues a tiempo.
 
Seguramente en esta situación las preguntas no precisamente tranquilizan a la persona, sino por el contrario. Pero si el pensamiento en esta situación es que "Todo es para bien", "Así el Creador quiere", "Seguramente Él tiene sus motivos para esto,y "Todo tiene su tiempo", con seguridad que nos ayudará a tranquilizarnos en momentos de embotellamiento.
 
Cuando sepamos introducir la fe en las pequeñeces de nuestra vida cotidiana, sabremos sobrellevar también los momentos difíciles y no entendibles de nuestra vida.
 
Cierta vez, se acercó un hombre rico al gran Justo, el Rabi Dov Ber de Mezritch, y le pidió que le enseñe cómo sobrellevar los malos momentos de la vida. Le dijo el Rabi: "Tengo un alumno que podrá ayudarte. Su nombre es Rabi Zusha, vive en la ciudad de Anipoli. Ve donde él".
 
El rico viajo a la ciudad de Anipoli, y busco a Rabi Zusha. Llegó a su casa; una casa muy pobre donde la pobreza se notaba en cualquier lugar. Al escuchar Rabi Zusha el motivo de la visita del rico, preguntó sorprendido: "¿Estás seguro que Rabi Dov Ber te envió a verme a mí? ¿No entiendo por qué el Rabi te envió a mí para enseñarte como poder afrontar las cosas malas de la vida? Para eso, debes ver a alguien que tiene dificultades y sufrimientos. En cambio yo: "¡nunca me pasó nada malo durante todos los días de mi vida!"
 
Al escuchar la respuesta de Rabi Zusha, el rico se preguntó a sí mismo. ¿Cómo es que con toda su pobreza, nunca ha tenido un día malo?
 
La sorprendente respuesta del Rabi Zusha quizás proviene porque nunca vivió otra clase de vida, de riquezas o simplemente una situación económica media, y por eso no pudo responder correctamente.
 
Posiblementenosotros esperábamos que el Rabi de Mezrich le escriba una "receta" al rico para poder recibir todos sus sufrimientos con amor. Pero por lo visto, el encuentro con el Rabi Zusha era la mejor respuesta para el rico. El hecho que el rico viese frente a él un hombre pobre que vive en una choza destrozada y dice "¡nunca me pasó nada malo durante todos los días de mi vida!", le explica que la paz y felicidad dependen de cómo entender que todo es para bien, que todo se anula a la Voluntad del Todopoderoso.
 
Rabi Zusha no se queja y no se pregunta:¿Por qué soy pobre?, o ¿por qué mi casa se cae? Él dice sorprendido: "¡Yo no entiendo por qué te envío a mi!"
 
No estamos hablando aquí de un nivel muy elevado de anulación con respecto a Di-s, sino de algo simple y diario .Una anulación que cada uno puede conseguir al decir "Todo es para bien". "Así el Creador quiere". Sin embargo, ¿qué es lo que nos impide llegar a este primer nivel? Los negativos deseos y la interminable codicia que creemos que estamos obligados a satisfacer (ya que con seguridad me corresponde); los planes y programas que escogimos, (sin calcular que puede haber algún cambio, que seguramente es para nuestro bienestar, pero nosotros no lo vemos así) junto con nuestra deseo de que todo funcione como lo planeamos. ¡Si no!, comienzan las preocupaciones, las desilusiones y la tristeza, golpeándonos y diciéndonos: ¿Por qué justo a mí?
 
Todo el tiempo que soy quien decide y maneja mis asuntos, debo tomar en cuenta que puedo desanimarme y desilusionarme cuando éstos no salgan como lo planeé. Pero si yo sé que hay un Todopoderoso que dirige todas mis cosas, ¡sabré que los cambios que Él determina son sólo para mi bienestar!
 
Y ¿cuál es el bien? Quizás lo veamos enseguida, o quizás nunca en la vida. Pero con seguridad que es para bien.
 
Rabi Najman explica que la persona puede estar parada frente al monte más alto del mundo, pero si pone una pequeña moneda junto a sus ojos, incluso esta pequeña moneda ocultará el monte mas alto del mundo. ¡Increíble! Esta pequeña moneda oculta el monte más alto.
 
De esto se trata. En el momento que nos sumergimos en el materialismo de este mundo, es como esta pequeña moneda, que nos oculta y obstruye y no nos deja ver la simple fe que todo lo que hace el Creador es para nuestro bien (o por lo menos tratar de creer en esto). Por supuesto, que esto también nos oculta lo bueno en todo lo ocurre durante nuestras vidas.
 
El circulo vicioso de los deseos mundanos, el orgullo, la codicia y otros, no nos permite anularnos frente al Todopoderoso, ya que nuestro ego nos grita todo el tiempo: "yo"
 
Vivir en el Mar de la Fe, o por lo menos tratar, significa mirar a la vida de otro punto de vista más tranquilo. ¿Sucedió algo? Con seguridad es para bien y hay una buena razón. "Yo" ya no me encuentro en el centro de mi mundo; ese lugar lo dejamos para el Creador, que verdaderamente maneja todo.
 
Este es el motivo por el cual el Rabi de Mezritch envió a este rico, que vivía en su círculo vicioso donde era el eje de todo, para entender y aprender a mirar las cosas (malas) de la vida desde otro punto de vista. Es por eso que no lo envió a su casa con una "receta". Ya que lo primero que debía entender era anular su orgullo y ese pensamiento destructivo de "me corresponde"
 
Eso no quiere decir que el cambio sucederá de un momento a otro, quizás llevará tiempo pero "no está en las alturas del cielo ni tampoco del otro lado del mar". Finalmente tendrás éxito. Siempre se puede probar, aunque debamos intentarlo una y otra vez.
 
Cuando un padre ve que su hijo tiene una buena intención, y también es la voluntad del padre, con seguridad lo ayudará.
 
Di-s no es exigente con quien prueba y quiere fortificar su fe pero no tiene éxito. "Ábranme un orificio como el de una aguja, y Yo les abriré entradas que puedan pasar carretas con bueyes", dice El Todopoderoso al Pueblo de Israel.
 
Abre tú el orificio pequeño de buena voluntad para tratar de entender que existe quien controla todos nuestros actos, y hace todo para bien. Pues así te llegará la ayuda para todas tus necesidades. Ya que"Yo les abriré entradas".Por todo lo demás Yo me preocuparé.
 
¡Todo lo que hace Di-s el Misericordioso lo hace para bien!

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