La escandalosa verdad

El antisemitismo, el odio a los judíos -cualquiera que sea el término que utilices- se está disparando a niveles alarmantes sin precedentes desde el Holocausto. ¿Cómo es posible algo así, cuando tenemos igualdad, derechos civiles y libertad religiosa?

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Rajel Tzipora Avrahami

Posteado en 01.01.24

El antisemitismo, el odio a los judíos -cualquiera que sea el término que utilices- se está disparando a niveles alarmantes sin precedentes desde el Holocausto. ¿Cómo es posible algo así, cuando tenemos igualdad, derechos civiles y libertad religiosa?

El ahora infame y completamente moralmente corrupto testimonio de los tres presidentes de las Universidades de MIT, UPenn y Harvard fue algo impactante. Los presidentes ni siquiera intentaron mentir o encubrir su flagrante e intencionado desprecio hacia los estudiantes judíos. Aún más espantoso que la petulante y descarada negativa a responder a simples preguntas de la representante Stefanik en el ahora famoso clip, fue el absoluto silencio que dieron al representante John James, congresista afroamericano, cuando formuló la pregunta: “Recuérdennos qué hace cada uno de ustedes en sus campus universitarios [para combatir el antisemitismo]”.

Todos tenemos perfectamente claro que si estas preguntas se hubieran dirigido a las respuestas de las universidades en relación con los derechos de cualquier otro grupo minoritario, las respuestas habrían sido contundentes y definitivas. 

Esto es algo que vemos en todos los ámbitos, ya sea el silencio de la Universidad sobre las amenazas a los judíos en el campus, que llevó a un estudiante de UPenn a declarar ante el Congreso que “no me siento seguro”, o el silencio de la ONU y otras organizaciones feministas líderes ante las atrocidades y crímenes contra la humanidad contra mujeres judías cometidos por Hamás en Simjat Torá, o el silencio y la inacción ensordecedora del CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) para ayudar de alguna manera a los rehenes – el mundo ha elegido una vez más ponerse en contra de los judíos, en contra de la moral y en contra de Dios mismo.

Peor aún, organismos como la ONU y la CPI, que fueron creados supuestamente para garantizar que “nunca más” se permitiera un Holocausto en este planeta, son exactamente los organismos que no sólo guardan silencio ante el Holocausto y el flagrante acto de genocidio que tuvo lugar en Simjat Torá, negándose abiertamente a condenar a Hamás, negándose abiertamente a ayudar a los judíos, sino que incluso se han convertido en los peores enemigos de Israel, ¡haciéndole creer que Israel está haciendo a los gazatíes lo que Hamás nos hizo a nosotros! Los organismos mundiales incluso están ejerciendo una presión increíble para intentar impedir que Israel tome represalias y elimine la amenaza que supone Hamás de hacer lo que ya prometió que va a tratar de hacer: cometer el genocidio del 7 de octubre una y otra vez, ¡que Dios nos salve!

Cuando la olla hierve, la espuma sale a la superficie. Con este telón de fondo, el antisemitismo mundial se dispara. Los neonazis marchan a plena luz del día en la Universidad de Wisconsin, y los antisemitas pro palestinos y pro Hamás marchan por todo el mundo. Los ataques antisemitas y el vandalismo están alcanzando un punto de inflexión. A los estudiantes universitarios judíos se les dice que no lleven símbolos judíos, y una estudiante de la Universidad de Nueva York testificó ante el Congreso que fue atacada por otro estudiante mientras llevaba un pin de la bandera estadounidense-israelí – ¡y no se hizo nada en absoluto a su atacante que sigue vagando libremente por el campus! [Nota del editor: Según datos recopilados por la organización Mosaic para el Subcomité de Política Exterior y Diplomacia Pública de la Knesset, el antisemitismo en los campus ha aumentado un 700% desde el 7 de octubre]. Eso de que “la expresión puede convertirse en acoso si conduce a una conducta” es una patraña, pero incluso para eso hacen la vista gorda. Y, recién salido de la prensa, ha habido cientos de amenazas de bomba a sinagogas de todo Estados Unidos este último Shabat.

Es como si hubiéramos retrocedido en el tiempo a una película de terror en blanco y negro sobre el Holocausto en la que nunca hubiéramos soñado estar.

Como judía estadounidense de nacimiento, he pensado muchas veces que todo esto es demasiado para mí. Nos enseñaron que este nivel de odio a los judíos se había acabado, que estaba en una caja de cristal en un monumento conmemorativo del Holocausto. ¿Acaso el nuevo mundo posmoderno no ha superado todo este odio? 

Parecería que la respuesta es muy clara: todas las normas, la protección y la igualdad se aplican a todos— menos a los judíos. 

A los judíos se los sigue odiando, se los sigue sometiendo a la luz de gas, se les sigue imponiendo un doble rasero, se los sigue etiquetando con lo que la sociedad considera malo, aunque eso signifique una hipocresía total. Incluso si significa que los judíos que se defienden serán etiquetados como los mismos “nazis” que asesinaron a 6 millones de nosotros. Que los judíos en nuestra propia tierra legítima serán llamados “ocupantes”.

Y esto no muestra signos de que vaya a pasar pronto. De hecho, el Rabino Arush ya ha dado múltiples advertencias (ver el video Q&A del Rabino Arush sobre Aliyah) de que el peligro para los judíos puede llegar a empeorar mucho más, que Hashem nos salve…

No sé a vosotros, pero a mí me escandaliza -y me asusta- que nos escupan a la cara nuestra creencia.

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1. PAULIN NIKOLLI

1/04/2024

BARUJ HASHEM POR ESTA AVERTENSIA,YO NON SOY JUDIO SOY DE ALBANIA PERO SONO CON CORASO PIENA CO JUDIOS EN ESTE MOMENTO ANQUE SE NELA MISMA CASA MIA SUCEDE LO STESO,PORQUE MIS PARIENTES SON TEMEROSI DE VERDAD ,P,NON SON MALAS PERO QUANDO ABLO POR EL JUDIOS SE MITEN EN INCONTRA DE MI MUY FUERTE,POQUE SECONDO MI LE GUSTA A ESERE CON LOS MUCHAS PERSONAS ,POQUE TENGAN MIEDO DE ESTAR EN MENORANCA.. SIN JUDIOS SIN VERDAD,VIVA EL POPOLO DE VERDAD .

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