La gratitud te abre el corazón

En esta ocasión, vamos a presentar una carta a la redacción que recibimos de una señora acá en Israel que ha adoptado el camino de la emuná:

Shalom rabino! Quisiera contarle lo que le sucedió a una amiga mía que reza conmigo en la misma sinagoga y a quien tuve el mérito de darle varios libros y folletos de emuná. Y tal vez su historia pueda servir de ayuda a mucha gente más a acercarse a una vida de emuná. Gracias a Dios, esta joven empezó a dar las gracias y a hacer hitbodedut, y las dos conversábamos de emuná. Entre otras cosas, me contó que todos los días, ella dedicaba un tiempo a darle las gracias a Dios por todas las bondades que Él hace con ella.

Hace como tres meses, me contó que conoció a un joven con quien mantiene una relación muy seria y que están pensando en casarse. Pero el problema es que él es religioso y ella recién está descubriendo el judaísmo y por eso, la familia de él no estaba de acuerdo. Yo le dije que debía continuar con el camino de la gratitud: “Tienes en tus manos la llave de tu salvación. Tienes que dar las gracias de todo corazón, incluso por los obstáculos y las dificultades y aceptar todo con emuná ─ y entonces verás grandes salvaciones”.

Y así fue. La joven empezó a dar las gracias por las dificultades y dijo: “Gracias, Hashem, que la familia de mi novio no quiere que se case conmigo. Gracias por los obstáculos. Todo proviene de Ti y todo es para bien. Tú eres quien decide y Tú puedes en un instante hacerles cambiar de opinión”.

Todo el tiempo daba las gracias por los problemas y las dificultades.

Gracias a Dios, hace un mes los dos se comprometieron y están por casarse en varias semanas. Y ella me pidió que le transmitiera este mensaje: que ella siente que la gratitud abre todas las puertas.

Cada historia es un mundo y contiene muchas emociones: esperanzas y desilusiones, aventuras y desafíos. Las circunstancias son diferentes, pero el mensaje es el mismo: aquel que posee emuná logra ver milagros con sus propios ojos, tal como enseña Rabí Natan: “Si todos dieran las gracias tanto por lo bueno como por lo malo, se anularían todos los sufrimientos y todos los exilios y ya habría llegado la Redención”.

Muchas veces recibo mensajes como estos. Este es otro de ellos:

“Shalom:

Me gustaría darle las gracias a Hashem por todo lo bueno que me dio en la vida. Empecé a dar las gracias por estar aún soltero y continué haciéndolo durante siete días. Al cabo de los siete días, me presentaron a alguien. Obviamente, continué dando las gracias y a las dos semanas tuvimos una cita y gracias a Dios nos comprometimos y nos vamos a casar pronto, gracias a Dios. Hagan ustedes también el intento. Mucho éxito”.

Qué felicidad es para mí recibir mensajes como estos, que son los que me dan fuerza para seguir adelante con esta labor sagrada tanto en Israel como en el mundo entero.