Pásala! – parashat Vezot Habraja

si alguien te hace un favor y te ayuda a acercarte a Hashem o te fortalece tu emuná, no tienes que devolverle el favor. Pásaselo a otros!

3 Tiempo de lectura

Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

“Y Joshua ben Nun estaba lleno de un espíritu de sabiduría porque Moisés había colocado sus manos sobre él…” (Deuteronomio 34:9)

 

La Torá nos está diciendo en el pasaje citado que Joshua recibió su magnífico espíritu de sabiduría en virtud de la magnanimidad de su santo maestro y guía espiritual, Moisés. Si bien Hashem le había ordenado a Moisés que colocara la mano sobre la cabeza de Joshua, ordenándolo, Moisés colocó ambas manos en la cabeza de Joshua y le infundió la máxima cantidad de sabiduría que pudo. La ética judía y la decencia básica hacen que Joshua haga el máximo esfuerzo por recompensar tan grande deuda espiritual, pero el día de la ordenación de Joshua es también el último día de vida de su maestro Moisés. Entonces ¿cómo va a pagarle la bondad que hizo con él?

 

De un modo similar, una vez le pregunté a Rabí Ioel Bukshpan, el mashguiaj de la yeshiva Karlin de Jerusalen, cómo podía devolverle toda la bondad que había hecho conmigo. Me dio la bienvenida a su casa cuando yo estaba dando mis primeros pasos en el judaísmo observante y me introdujo al mundo del jasidismo. No sólo me guió en mis estudios de Torá sino que también me enseñó cómo el judío debe comer, beber, hablar y vestirse. Él y su familia me abrieron sus puros corazones con infinita paciencia , tolerancia y generosidad, Cuando me fui de la yeshiva de Karlin para empezar un nuevo capítulo de mi vida en el Programa Rabínico de Aish HaTora, le pregunté a Rabí “Yoelik” cómo podía siquiera empezar a pagarle. Y esto fue lo que me respondió:

 

“Si una persona le pide prestada a otra 100 $, tiene que devolverle exactamente 100 $, ni un centavo más ni un centavo menos. En otras palabras, los favores materiales deben devolverse en la cantidad exacta del préstamo. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los favores espirituales, ya que su valor no puede estimarse en términos monetarios y por ende uno nunca puede saber si está devolviendo el favor de la manera adecuada. Por ejemplo, el Rosh Yeshiva no espera que sus alumnos le devuelvan la Torá que él les enseñó. Pero lo que sí les pide es que transmitan sus enseñanzas a otros. Su más grande deseo es que sus alumnos lleguen a ser maestros, porque de esa manera, la Torá se difunde y su influencia llega a mucha más gente. Por eso, tú no me debes nada. Lo que recibiste de mí, haz todo lo posible por pasárselo a otros”. Les aseguro que lo he intentado…

 

Volviendo al pasaje citado al comienzo, Moisés no espera nada de Joshua, pero lo ordena con ambas manos, para que Joshua tenga el poder de enseñar y difundir la Torá y los caminos de Hashem a todo el pueblo judío. Eso es lo que nos enseña la primera mishná de la Ética de los Padres: “Moisés recibió la Torá del Sinaí y se la transmitió a Joshua; Joshua a los ancianos; los ancianos a los profetas…”, y así sucesivamente. El principio de pasarse los favores espirituales en vez de devolverlos es el principio de nuestra inquebrantable cadena de tradición de Torá de una generación a otra, lo que se llama la “mesorá”.

 

Por eso, si alguien te hace un favor y te ayuda a acercarte a Hashem o te fortalece tu emuná, no tienes que devolverle el favor. Pásaselo a otros! Ayúdalos a fortalecer su emuná! Si todos decidimos crear una cadena espiritual de difusión de la emuná, entonces no va a quedar ni una sola alma que no convoque el Nombre de Hashem. Eso es exactamente lo que Hashem quiere.

 

Solamente recuerden una cosa: no van a poder influenciar a los demás a menos que los amen verdaderamente. Nuestro deseo de difundir la emuná se fortalece enormemente cuando fortalecemos nuestro amor por el prójimo, demostrando un profundo y genuino interés por toda la humanidad. Y que en virtud de todo nuestro esfuerzo, Hashem nos redima muy pronto junto con todos los exiliados reunidos en Jerusalén y con la llegada del Mashíaj y la reconstrucción del Santo Templo, muy pronto en nuestros días.Amén!

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario