La punta del iceberg

Lo que vemos por fuera es solamente la punta del iceberg. Cada persona posee un interior rico y pleno, que no siempre se advierte por afuera...

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Tali Mandel

Posteado en 17.03.21

Las apariencias engañan, o pueden engañar… seguro que todos lo hemos escuchado alguna vez y probablemente la mayoría de ustedes lo han podido comprobar en persona. Normalmente, cuando conocemos a alguien tendemos automáticamente a catalogarle con determinado grupo de gente. Sin embargo, puede suceder que después nos demos cuenta, si le damos una segunda oportunidad, de que conociéndole mejor resulta ser una persona diferente a como la habíamos imaginado.

 

Esto se debe a que lo que vemos por fuera, la apariencia, es solamente la punta del iceberg. Cada uno de nosotros tiene un interior rico y pleno, que se puede manifestar en mayor o menor grado en nuestra apariencia externa. Pero, aunque sea poco lo que mostremos, esto no implica que seamos algo insignificante. Puede que conozcamos a alguien que parece terriblemente superficial, siempre se preocupa por su apariencia externa y parece que habla exclusivamente de nimiedades. Pero si le damos una segunda oportunidad nos damos cuenta de que es una persona con inquietudes y con ideas interesantes.

 

Podemos establecer un paralelismo con el estudio de la Torá. Hay personas que pueden pensar que este Libro Sagrado es sólo un cuento, o que es un documento histórico de cierto valor pero sin veracidad ninguna. Gracias a Di-s no todos pensamos este disparate y por ello hay otras personas, que se han tomado la molestia en recapacitar sobre el tema, y lo ven como la Palabra de Di-s que en realidad es. A medida que leemos y releemos una y otra vez esta fuente inagotable de sabiduría nos damos cuenta de que esconde muchos secretos que están por descubrir. La vida de una persona no alcanza apenas para llegar a estudiar un porcentaje pequeño de todo lo que podemos aprender de ella.

 

Cada semana, durante todo el año, leemos una pequeña porción de la Torá, la parashá, que va descubriéndonos poco a poco lo que contiene la palabra de Di-s. Cada día estudiamos un poquito de la parashá de la semana y con cada letra o palabra podríamos pasar meses de estudio. Gracias a los comentaristas, a los eruditos de la Torá, tenemos la oportunidad de desentrañar lo que HaShem nos dice a través de las letras del libro más importante que existe.

 

El estudio de la Torá nos proporciona una alegría inmensa, nos alegramos de poder descubrir qué hay debajo del iceberg y tener la oportunidad de investigar en profundidad qué es lo que HaShem quiere de nosotros. Por ello, celebramos con mucho entusiasmo cada vez que terminamos de leer la Torá y bailamos en torno a ella. Y para demostrar que el estudio nunca termina, en el mismo día que terminamos de leerla volvemos a empezar desde el principio. Así le demostramos a HaShem lo agradecidos que están sus hijos por haber heredado el regalo más bonito que nadie pueda nunca haber recibido y que se ha transmitido de generación en generación. Desde la entrega de la Torá en el monte Sinaí el pueblo de Di-s nunca ha dejado de estudiar la Torá, a pesar de las vicisitudes y de las dificultades que el pueblo judío ha tenido que enfrentar a lo largo de la historia, el amor por la Torá se ha mantenido incombustible e imperecedero.

 

Lo que leemos en primera instancia es solamente la punta del iceberg, lo que se ve de forma evidente, pero hay mucho más que queda aún por descubrir y que nos falta por estudiar todavía más, con más ahínco y con fuerzas renovadas cada día. Que HaShem nos ayude a comprender el verdadero significado de Su palabra divina y con humildad nos acerquemos a este texto sagrado que Él nos ha regalado para empaparnos de su belleza y su doctrina.

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

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