Yo creo en mis tzadikim!

La Rabanit Berkovics de Boro Park envió una conmovedora carta a la redacción de Breslev Israel y nos pidió que la compartiéramos con nuestros lectores:

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Sara Berkovics

Posteado en 17.03.21

Nota del editor: La Rabanit Sara (Suri) Berkovics de Boro Park envió una conmovedora carta a la redacción de Breslev Israel y nos pidió que la compartiéramos con nuestros lectores, así que aquí va:

 

Shalom!

 

Me llamo Sara Berkovics y hace ya cuatro años que estoy conectada a nuestros tzadikim, el Rabino Shalom Arush y el Rabino Lazer Brody, gracias a Hashem.

 

Mi marido, de bendita memoria, falleció hace cuatro años el 17 de Tamuz; Hashem me dio el regalo de conocer en persona al Rabino Lazer Brody en noviembre de ese mismo año, 2012.

 

Para mí eso fue un gran consuelo que me dio Hashem, y en especial después de tantos años de haber ayudado a mi marido z”l a vivir una vida normal y feliz si bien él estuvo muy pero muy enfermo durante un período muy extenso.

 

Una vez que conocí al Rav Brody sentí como que Hashem estaba haciendo brillar una luz Divina sobre mí.

 

Poco a poco me fui conectando más y más con el tzadik verdadero Rabí Najman ben Simja ben Feige, de santa y bendita memoria, de Breslev. Empecé a hacer mi hora de plegaria personal – hitbodedut- diaria, hablando con Hashem en mi propio dialecto nativo de idish. Eso me dio una nueva vitalidad, como si acabara de nacer.

 

Hashem me concedió el privilegio de tomar un rol activo en la preparación de varios eventos de emuná en Brooklyn, que fueron todos muy exitosos, con la ayuda y la guía de Hashem. Hubo varias conferencias durante la semana y también un Shabatón.

 

Durante mucho tiempo tengo una renguera en una pierna y además sufro de un problema de cadera. En junio de este año me dijeron que me iban a tener que operar  por segunda vez de un trasplante de cadera, que ya me habían hecho dos años y medio antes, y que no había tenido éxito, por no decir que fue un desastre. Yo me sentí aterrada. No quería por nada del mundo volver a tener que someterme a una operación, que ya sería la novena en mi cuerpo.

 

Mi Rav, el Rav Brody me pidió que por favor me la hiciera. Me dijo así: “Rabanit Suri, usted nos viene ayudando a difundir emuná a miles de personas en Brooklyn desde hace ya años. Usted ha ayudado a curar las almas dolientes de los hijos de Hashem. Con todos estos méritos, no existe la posibilidad de que Hashem no la ayude, ya que Él dirige el mundo medida por medida”. El Rav Brody sonaba tan seguro de lo que estaba diciendo que casi me convence, pero yo seguía muerta de miedo de tener que someterme otra vez al bisturí. Y entonces él me dijo: “Esta vez usted tiene un doctor excelente, pero en realidad no será él quien la opere. El ángel de la curación, Rafael, será quien la opere”. El Rav Brody me dio montones de bendiciones y palabras de aliento y me aseguró que no sólo que iba a caminar sin renguear sino que incluso iba a poder correr!

 

Con todas las bendiciones y las promesas del tzadik, entré al quirófano diciendo una y otra vez: “Tzadik gozer VeHaKadosh Baruj Hu mekaiem – el tzadik decreta y Hashem cumple”. Yo tenía confianza, estaba segura de que todo iba a salir bien.

 

Con infinitas gracias a Hashem, la operación fue todo un éxito. Yo realmente creo que me operaron ángeles, no personas. Mi recuperación fue un milagro también. Gracias a Dios pude preparar las Altas Festividades y hasta fui caminando a la sinagoga en Rosh Hashana, apenas tres semanas después de la operación.

 

Ahora quiero compartir con todos ustedes algo que aprendí en carne propia: la emunat tzadikim, la fe en los tzadikim, es EL MÁS GRANDE REGALO QUE PUEDE RECIBIR UNA PERSONA.

 

Primero tenemos que orar y esforzarnos por alcanzar una emuná completa, para que podamos ver a Hashem a través de nuestros tzadikim.

 

Gracias, Hashem, y gracias, Rabí Najman, por permitirnos estar entre los elegidos.

 

Breslev Israel desea responderle a la Rabanit Berkovics: “Gracias, Rabanit, por su incansable dedicación a la difusión de la emuná. Que Hashem le conceda una larga, sana y próspera vida con enorme felicidad junto a sus seres queridos, tanto los que ya están acá como los que están en el camino. Amén!”.

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2. julio delgado

11/23/2016

muy interesante su experiencia con HaShem

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